Por segundo año consecutivo el pianista y compositor francés, es uno de los invitados especiales del . Enhco, quien ha grabado con los sellos Verve, Deutsche Grammophon y Sony Music, y se ha presentado en recintos como la Ópera de Burdeos y el Gran Teatro de Shanghái, por mencionar un par entre una decena de lugares, habla sobre el deseo de difuminar las barreras entre la música clásica y la popular. Exploración latente en el recital de piano que ofrecerá hoy —cuya programa se revelará en el momento de la presentación— y los dos conciertos especiales que dará: un tributo a Astor Piazzolla, mañana, y "Family Tree", en compañía de su hermano, el trompetista David Enhco, el 3 de julio. ¿Cómo se siente por volver a Paax GNP? Estoy emocionado porque es el primer concierto que daré como solista en el festival. Es un gran desafío llevar al público en este recorrido. Acostumbro improvisar a partir de temas de diferentes géneros. Incluso, a partir de mis propias composiciones, algunas de las cuales, a veces, ni siquiera tienen nombre. El desafío de esto es alcanzar la inspiración en el momento.

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En la segunda semana del festival estaré con el Nuevo Tango Quintet en el Tributo a Piazzolla junto a cuatro músicos increíbles: Félicien Brut, Jordan Victoria, Thibaud García y Edouard Macarez. Le añadiremos improvisación a algunas de las mejores obras de Piazzolla para quinteto. Digamos que es un proyecto de música de cámara que está en la intersección de lo clásico, el folclor y la improvisación.

Luego está el concierto "Family Tree", con mi hermano, David, donde yo seré algo más que un pianista de jazz porque es una reunión de trompeta, piano, bajo y batería, y un cuarteto de cuerdas clásico, dos violines, viola y violonchelo. Yo escribí los arreglos para mí hermano y la música que fusiona estos dos cuartetos. Además, esa noche tocaremos sus composiciones. ¿Cómo vincula el jazz y lo clásico? Mis composiciones parten de ciertos modelos de la música popular que pueden ser estándar, pero también de música muy antigua. En este programa soy, en realidad, un pianista de jazz, pero también soy un arreglista y compositor. Para la última noche del festival me siento verdaderamente honrado de volver a tocar con Alondra de la Parra y la Orquesta Imposible.

Este año, la lista de intérpretes de la orquesta es extraordinaria. La primera vez que toqué en el festival, toqué a George Gershwin. Fue mi versión de 'Rhapsody in Blue', a la que le añadí mucha improvisación, El propio Gershwin llegó a decir que sólo un pianista de jazz podría tocarla (o alguien que fuera como un pianista de jazz). No hay jazz sin improvisación, no hay jazz sin swing. Mis conciertos serán muy diferentes a los del año pasado. Será una noche espectacular. Una noche de desafíos, emocionante, demasiado emocionante.

¿En qué coinciden los lenguajes de la música clásica y el jazz?

Tienen mucho en común. Ambos se han influenciado entre sí durante el siglo XX. Siempre he pensado que el jazz es como una esponja que absorbe todo y cuando la presionas también devuelve todo. Lo clásico y el jazz tienen en común la armonía tonal y las melodías. No hay mucha diferencia entre la melodía y la estructura de una pieza estándar de jazz y una melodía de Schumann o Mozart. Es la armonía tonal occidental. Creo que la principal diferencia es la improvisación y el ritmo. La cultura del ritmo del jazz proviene de África. Hoy en día en la música clásica no queda mucha improvisación y en el jazz todo se trata de improvisar. Ambos son universos musicales de muy alto nivel. Es como el deporte o la literatura de alto nivel. Hay mucha complejidad, muchos colores, muchos matices en los dos. Tienen mucho en común y muchas diferencias y mi objetivo como músico es resaltar estas cosas mutuas y borrar sus diferencias tanto como pueda

¿Cómo lo marcó venir de una familia de músicos?

Mi madre es cantante soprano clásica profesional. Mi padre es un pianista amateur muy bueno. Desde muy niño crecí en los dos mundos, el del jazz y el de lo clásico. Por eso me siento como en casa en ambos géneros.

La mayoría de la gente piensa que debemos empezar con la música clásica y luego ir hacia otro sitio. Pero no es así, el jazz es toda una cultura. Creo que es importante que los niños tengan acceso no sólo a la educación musical formal, los estudios académicos de música clásica, sino a la educación sobre los ritmos del mundo, el baile, la improvisación. Es importante porque la improvisación equivale al habla. Si sólo nos enseñaran a decir lo que leemos, no seríamos capaces de expresarnos en una conversación o de inventar nuestras propias historias. Aprender música sólo a través de las partituras podría significar que alguien no es capaz de componer su propia música; tener, digamos, una conversación en el momento con otros músicos. Ahora, esto que digo es algo que ya está sucediendo en muchas escuelas de música y es hermoso. Hoy en día no tiene sentido separar tanto las cosas.

Por supuesto, para ser un músico clásico debe haber mucha dedicación de por medio, y esto no significa que no se pueda aprender a improvisar. No sólo hay que aprender jazz, sino toda la música popular: el rock, el pop, el blues y el soul.

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El año pasado pude sentarme con decenas de niños de la orquesta de Armonía Social para ensayar y tocar un poco de piano con ellos en el concierto. Pienso que así fue como empecé. Empecé a amar la música porque tocaba en un grupo. No era sólo yo, practicando y tocando solo. La música se trata de compartir, de vivir un momento ahora juntos.

Hoy hay tanta violencia, penurias y aislamiento en el mundo. La gente está mucho más aislada que nunca porque cree que está conectada con el resto del mundo a través de una pantalla, las redes sociales y todo eso. Pero, en realidad, sólo se trata de gente pegada a una pantalla

¿Qué proyectos a futuro puede adelantarnos?

Estoy grabando mi nuevo disco. Será un álbum de piano solo, de improvisaciones sobre temas de Mozart. También haré una reinterpretación del famoso concierto de Keith Jarrett en París y en las principales ciudades de Europa.

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