¿Cuántas vidas caben dentro de una sola?, se preguntó al conocer la historia de Manci y después al ir "empollando" su relato, Silvia Pasternac, la guionista y autora de "Manci" (Lumen, 2025), su primera novela cuya historia relata la vida una mujer que a la primera página ya es una "personaja" entrañable, rebelde, guerrera y valiente que nació durante la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, y murió en el ocaso del siglo XX.
Entre la honestidad y el egoísmo, está mujer que fue real y vivió 80 años, superó guerras y exilios, pobrezas y desventuras, desamor materno y amantes amorosos en tiempos de un antisemitismo violento. Manci fue una mujer que vivió siete vidas, cuya historia comenzó antes del nacimiento de Manci y terminó incluso después de su muerte.
"La historia de Manci, a rasgos muy generales, me la contó mi papá y a él se la contó un pariente quien no sabía que existía. Me impresionó el afán de supervivencia de esa mujer nacida en Transilvania. El afán de sobrevivencia es mi obsesión un poco por lo que estamos pasando en estos tiempos, la verdad es que me parece admirable y me da un poco de envidia un personaje que es capaz de superar su vida de la manera que sea, no detenerse en tonterías como querer a la gente. Esta mujer sobrevive por encima de todo y no solo sobrevive, logra vivir con un gozo de vivir que es muy impresionante" señala Pasternac.
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La creadora de guiones de películas como "De la infancia" y "Sin remitente", asegura que cuando empezó a escribir la historia de Manci, su inspiración fueron las mujeres que la rodean, "mi mamá y mi tía, por ejemplo, que ya están más allá de los 80s y corriendo hacia los 90, son mujeres muy duras y al mismo tiempo muy fuertes y muy llenas de voluntad de hacer cosas que ellas amen, y eliminar las cosas que no les gustan, quizás no tan acariciadoras, digamos, pero sí con una fuerza de vital brutal", señala y agrega que Manci es una guerrera que se da cuenta pronto que la vida no es nada fácil y que hay que quererse primero así mismo para poder querer a los demás, o no quererlos, pero sí tomar las decisiones de salir al mundo y de amar.

"Eugenia, su madre, la odia. No la va a dejar de odiar nunca, o sea, le tiene mala fe, le tiene desconfianza, creo que es la única en la familia que nota un impulso de Manci, no sé si llamarlo hacia la maldad, pero sí hacia hacia la indiferencia, por decirlo así. Y le tiene muchas reservas, digo, su hija más querida, pero en realidad es su hija menos querida, es la persona la que menos ganas tiene de darle un beso, pero ese dolor, esa herida de no haber sido querida por Eugenia sí es algo que empuja a Manci para adelante. El amor de sus hermanos la hace fuerte en el sentido de que de que ocupa un lugar en el mundo para ellos, pero la sensación de que Eugenia la observa con desconfianza, es la herida que la mueve", afirma Pasternac, quien sentencia: "Siente que su mamá es un ojo que la hace chiquita".
Cuenta la escritora que cuando escribió "Manci" hace casi tres años, ella pensaba que el siglo XX era lo más malo que nos había pasado. "Ella nace en 1915, a la mitad de la Primera Guerra Mundial y muere en 1995 poco después de la ejecución de Ceaucesco en Rumania y pasa por la Segunda Guerra, la llegada de los soviéticos, un montón de cosas que a nosotros de este lado del charco también nos pegaron, la Guerra Fría, muchas de esas cosas yo no las viví, pero otras sí, soy argentina y vengo de del exilio, o sea, mis papás llegaron a México en el 76 huyendo, realmente yo pensaba que el siglo XX era lo peor que podía llegar a pasarnos, pero llegó el siglo XXI que es peor. A ver qué puedo escribir sobre eso también, no sé bien cómo todavía", señala.
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Silvia Pasternac cuenta que pensó que su entrenamiento en guiones le iba a dificultar la escritura de algo literario, pero en realidad le facilitó todo, "yo a Manci la veo moverse, la veo actuar, todo lo que me enseñaron en el cine, de que todo se ve y que expresar un estado de ánimo se tiene que ver, con Manci me salió de ahí. Yo estuve empollando esta historia mucho tiempo, mi papá me la contó hace mucho. Yo no sabía qué hacer con ella en realidad. De hecho, hubo un momento en que la quise hacer un guion. La puse en México y me la imaginé en la época de los Cristeros, en los Altos de Jalisco, la familia de mi marido es de allá, de San Miguel el Alto y es una zona y una historia que me gustaría contar alguna vez, lo intenté por ese lado y la verdad es que era demasiado grande la historia para que yo pudiera encerrarla en una sola época y por eso decidí escribirla en novela", afirma.
Por otro lado, pensarlo en un guión era irrealizable como película porque es muy caro contar 80 años de la vida de alguien "tienes que conseguirte cinco actrices, vestuario. Yo a Manci la tengo vista, la miro, la tengo vista porque tengo un par de fotos de la verdadera Manci, es todo lo que tengo, fui a Transilvania a averiguar y no averigüé nada, entonces la modelé, es como un poco mi hija".
Tras la publicación de la novela, Silvia Pasternac tiene un gran sueño: "Si se vende un montón y se traduce al inglés, a lo mejor le llega a manos de algún productor muy rico de Hollywood y se puede hacer una miniserie de siete capítulos, ese es mi sueño. Si quiere yo escribo el guión", concluye risueña.
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