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Los restos de Fernando Botero llegaron este jueves a Bogotá en un avión procedente de Francia para dar inicio a una semana de homenajes al artista más afamado de Colombia en el mundo por parte de sus compatriotas.
Un coche fúnebre recibió en el aeropuerto El Dorado de la capital el ataúd con el cuerpo del pintor y escultor fallecido el 15 de septiembre a los 91 años en Mónaco, como consecuencia de una neumonía.
Lina Botero, una de sus hijas, lo esperaba entre lágrimas acompañada del ministro de Cultura, Juan David Correa, según observaron reporteros.
Los colombianos darán el último adiós a uno de los artistas más importantes del siglo XX y uno de los personajes más famosos de Colombia en el exterior, junto al Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.
Desde el viernes hasta el domingo, el féretro del artista estará en cámara ardiente con acceso público en el Capitolio Nacional y el lunes se celebrarán en su honor una misa católica y un concierto en el Museo Botero, donde están expuestas 208 de sus obras, según el ministerio de Cultura.
El martes y miércoles, Medellín recibirá el cuerpo de unos de sus hijos más queridos, que donó esculturas y pinturas que adornan parques y plazas de la segunda ciudad de Colombia.
El próximo jueves "al finalizar estos homenajes, el cuerpo del maestro y su féretro serán revisados para su posterior cremación y traslado a Italia, en donde reposarán sus restos" en el pequeño poblado Pietrasanta, agregó el Ministerio en un comunicado.
Las cenizas serán enterradas junto a la tumba de su esposa, la artista griega Sophia Vari.
Las creaciones de Botero, en su mayoría de formas voluptuosas y ligeramente surrealistas, han sido subastadas hasta por 4,3 millones de dólares en las galerías más prestigiosas del mundo.
En Colombia quiso abrir sus obras al público, en un intento de llevar el arte a las clases populares, y en el mundo las expuso en ciudades como Madrid, París, Barcelona, Singapur y Venecia, entre otras.