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La narrativa de César Güemes , el periodista y escritor fallecido hoy a los 58 años, fue singular y oscura. En muchas ocasiones partía de los datos documentales y los hechos reales para construir una ficción detectivesca que encontraba sustento en el género policiaco, la novela negra, el thriller y el relato criminal. Desde esa perspectiva construyó “ Soñar una bestia ”, publicada por Joaquín Mortiz en 1996 y reeditada por Alfaguara en 2011.
En esa historia que tiene como protagonista a un asesino serial y como coprotagonista a un periodista de la nota roja, Ángel Balderas, César Güemes parte de la certeza literaria de que hay un asesino serial en la ciudad y la prensa sensacionalista lo llama "El Abrelatas" porque mutila los genitales de sus víctimas.
Como parte del juego siniestro y de misterio que el asesino ha puesto en marcha, le envía mensajes al periodista Ángel Balderas, donde le advierte y le da datos sobre los asesinatos que va a cometer. Ángel sabe que su vida también está en riesgo y que recurrir a la policía es punto menos que inútil, por lo que en una decisión temeraria decide iniciar un combate a muerte contra “El Abrelatas”, un monstruo como los muchos que habitan nuestra realidad.
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Apasionado de la literatura igual que del periodismo que ejerció durante más de 25 años, César Güemes en 2009 se aventuró en otra novela donde explora desde la narrativa otra vida y sobre todo otra muerte para el célebre poeta Manuel Acuña, el autor del célebre “Nocturno a Rosario”.
Es así que en “Cinco balas para Manuel Acuña”, novela publicada por Alfaguara en 2009, Güemes plantea una nueva hipótesis: “Manuel Acuña no se mató. Lo asesinaron”. Y en esa frase que plantea todo un universo criminal, el escritor propone una novela que atrapa porque es la otras cara de lo que dice la historia oficial.
Según la verdad que ha llegado hasta nuestro tiempo, el poeta Manuel Acuña se suicidó ingiriendo cianuro en su habitación de la Escuela de Medicina el 6 de diciembre de 1873, cuando apenas era un joven de 24 años que estaba profundamente enamorado de Rosario de la Peña, a quien le dedicó un célebre poema en cuyos versos finales puede, sin demasiada suspicacia, interpretarse una despedida de ella y del mundo.
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Esa historia que dicta que la causa del suicidio de Acuña fue por desamor, César Güemes le encuentra otra verdad y para contarla decidió escribir esta novela, donde un siglo y medio después, ya situado en el México del siglo XXI, recrea la aventura a partir de Gardel, un gatillero honesto --según su propio código moral--, que es contratado por una anticuaria para investigar sobre un par de objetos encontrados en un mueble que perteneció al poeta: una carta y una llave.
Esa encomienda llevará a Gardel al encuentro con la familia de Manuel Acuña, con el siglo XIX mexicano, donde sentó sus reales el crimen organizado a través de bandas tan peligrosas como La Sociedad Siniestra, y con balas del siglo XXI, “disparadas contra él y sus asociados Gavilán y Formosa para quitarlos de en medio en un camino que podría llevar a cuantiosas riquezas largamente ocultas”, como señala Alfaguara en la reseña de esta novela, y la de “Soñar una bestia”, que hoy quedan como constancia de la literatura de César Güemes, y quedan en las páginas de EL UNIVERSAL, la última parte de sus columnas de opinión.
mafa