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Junto con el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó Alejandra Frausto para encabezar la Secretaría de Cultura. Desde el periodo de transición, la funcionaria repartió el libro "El poder de la cultura", de 8.5cm x 11.5cm y 32 páginas en las que explicó los ejes y líneas de trabajo que iba a emprender: Redistribución de la riqueza cultural, Cultura para la paz y la convivencia, Economía cultural y Agenda digital, por mencionar algunos.
En ese documento quedó establecido que serían cuatro los temas prioritarios: Perspectiva de género, por el que se crearía “un observatorio de género y derechos humanos, así como un programa para fomentar proyectos culturales de mujeres y minorías”; Mirar de frente al mundo, pues “la Secretaría de Cultura articulará un programa en coordinación con la Secretaría de Relaciones exteriores a través de las embajadas y agregadurías culturales”; De la cultura del poder al poder de la cultura, que marcaba la apertura de Los Pinos al público.
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El cuarto punto era el Patrimonio dañado por los sismos, en el que se propuso “crear un fondo especial para la reconstrucción” y de la mano de las comunidades afectadas, “se creará una escuela/taller de arte y oficios para la conservación y restauración del patrimonio. Este modelo crecerá paulatinamente hasta lograr una escuela/taller en cada estado que tenga monumentos históricos”.
