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cultura@eluniversal.com
En el marco del coloquio M68 por el 50 aniversario del movimiento estudiantil de 1968, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentó ayer la conferencia magistral “Partidos Políticos y el 68”, a cargo de José Woldenberg, académico de la UNAM y colaborador de EL UNIVERSAL, quien habló de las consecuencias de este movimiento en el ámbito de la democracia.
Woldenberg comenzó con la mención del pliego petitorio de los estudiantes del 68 al gobierno, en que las demandas no eran académicas, sino políticas. “Cualquiera puede darse cuenta que, de las seis exigencias que pedían los estudiantes en el pliego petitorio, no había ninguna sola de ellas que tenga que ver con la vida estudiantil; el aliento del movimiento era un anhelo por libertades de carácter democrático”.
El académico enfatizó en las nuevas formas de pensar que surgieron en la década de los 60 en México y su enfrentamiento con un gobierno rutinario. “El movimiento de 1968 fue anunciador de lo que vendría en la década siguiente. La década de los 70 está marcada por la aparición de sindicatos, de diferentes movimientos estudiantiles y de nuevos partidos políticos; es decir, la efervescencia que surge en el 68 no termina en el 68, sino que permanece por las décadas siguientes”.
Mencionó que la reforma política de 1977 comenzó el proceso de transición democrática en el país, de un esquema de partido hegemónico, a un modelo de pluripartidismo; y remarcó la relación existente entre los principios del movimiento del 68 y el desarrollo de una democracia auténtica, además de una mayor apertura de los partidos de oposición en los medios masivos a partir de la reforma de 1977.
También dijo que, con el pasar de los años, las exigencias de la sociedad por un gobierno que representara de forma auténtica a México fue una de las razones del nacimiento del Instituto Federal Electoral en 1988.
“El sistema de gobierno que tenemos hoy, el sistema democrático, el sistema electoral que tenemos y la ampliación de las libertades públicas y políticas no pueden explicarse sin aquél momento estelar en donde los jóvenes de la capital dijeron ‘basta, no queremos instrumentos que inhiban la acción política ni normas que se apliquen a los opositores para que estos acaben en la cárcel’”.