Los escritores Leonardo Padura, Valeria Correa Fiz y Alfonso Cruz compartieron la noche de este jueves en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara durante un foro dedicado al placer de la lectura, sus experiencias sobre cómo comenzaron su carrera en la literatura y coincideron en que el camino de las letras es una gran sorpresa.
El autor de El hombre que amaba a los perros indicó que en su niñez no estuvo presente la literatura sino el beisbol, las matemáticas y la física. "A ese ambiente le debo el escritor que soy, a mi educación familiar en un barrio de La Habana en donde jugaba beisbol con los amigos", indicó.
Además, Padura contó que entró a la universidad con el objetivo de convertirse en periodista deportivo. "Ya había comprendido que no iba a ser un buen jugador de beisbol, así que deseaba ser al menos comentarista. En los países socialistas existe el concepto de la planificación y en ese momento alguien ya había decidido que en Cuba ya había suficientes periodistas y no abrieron la escuela de periodismo; intenté estudiar entonces historia del arte pero tampoco abrieron esa escuela, de modo que terminé estudiando literatura. Tuve que hacer dos carreras, la académica y la de las lectuas que no tenía", explicó.
Además, Leonardo Padura reconoció en Fernando del Paso como uno de los autores que han influenciado su obra. "Tenía un dominio de la lengua, una capacidad de invención, una manera de estructurar y de crear que uno se quedaba completamente deslumbrado. Cuando escribí mi primera novela en el año de 1983 tuve la buena y la mala suerte de leer Palinuro de México y me volví absolutamente loco porque empecé a escribir como Fernando del Paso , pero me di cuenta de lo que yo estaba haciendo y pensé en que debía terminar esa relación macabra. Por eso creo que Fernando del Paso era un escritor peligroso, porque después de leerlo empezabas a querer escribir como él", indicó Padura.
Por su parte, la autora argentina Valeria Correa comentó que tenía una gran admiración por el libro como un objeto debido a que su abuelo era encuadernador. "Siempre me gustó leer el género fantástico y la literatura de viajes, pero empecé a fantasear con la idea de ser escritora cuando leí Frankenstein y cuando supe que lo escribió una mujer. Empecé a leer la biografía escandalosa de Mary Shelley y me fasciné con la novela y con la figura de su autora. En ese momento pensé en que yo podía escribir", recordó.
Mientras que el periodista portugues Alfonso Cruz contó que debido a que fue hijo único pasó gran parte de su niñez en soledad y los libros se conviertieron en sus hermanos. Sin embargo, en su infancia durante unas vacaciones de verano leyó dos cuentos de Dostoyevski. "Me acuerdo muy bien de esa experiencia. Además leí muchos comics y un día comprendí que había historietas que también estaban destinadas a los adultos", dijo.
akc