El momento en que muere, el 7 de agosto de 1974, en Tel Aviv, Israel, es el punto de partida de la obra “Prendida de las lámparas", de Elena Guiochins, que se presenta, bajo la dirección de Mariana García Franco, en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario, a partir de mañana. A ese instante en el que la autora de “Balún Canán” sufre la descarga eléctrica, le sigue una secuencia de escenas, no lineales, que pueden interpretarse como la recapitulación de la vida después de la muerte.

“Es un espacio que quiere también traer la presencia, esto que es indecible, de Rosario Castellanos en términos de profundidad, lo prolífico que ella fue y su luminosidad. Más allá de las situaciones que vamos presentando de la vida de Castellanos y las personas que aparecen, que fueron importantes para Rosario, también quisimos que todo el dispositivo escénico mostrara esta otra parte de mucha profundidad que tuvo Rosario. Un legado enorme que nos dejó en muchos sentidos”, explica García Franco. Una especie de diálogo actual que se teje —continúa— y permite seguir dialogando con Castellanos. Protagonizada por las actrices Luisa Huertas, Dulce Mariel y Ana Karen Peraza, a quienes corresponden las distintas etapas de la vida de Castellanos (Huertas interpreta los años en que fue embajadora; Mariel, el tiempo de estudiante, y Peraza, la infancia), la obra plantea una mirada particular,

una plática de la escritora con ella misma: “Son tres voces de Rosario, pero las tres están juntas todo el tiempo, alternándose. Son maneras, digamos, de mirar ciertos sucesos que le pasaron".Una recapitulación que va de su infancia a la relación con Ricardo Guerra, la amistad con Raúl Ortiz y Ortiz y su viaje a Europa, "los sucesos más importantes que ocurren en la obra". En Castellanos, abunda la directora, literatura y vida son indivisibles y van de la mano:

 "Es decir, si uno lee a Castellanos, entiende su biografía. Entender su obra es, también, entender su vida. Ella estuvo trabajando siempre, en paralelo, con su manera de articular la literatura y de mirar el mundo". Explica que el diálogo que entabla con ella misma es una forma de adentrarse en ese universo privado y enseñarle a nuevas a generaciones a dialogar a partir de ciertos intereses: su faceta feminista, su trabajo con los indígenas.Un dato curioso es que la expresión que le da título a la obra ("estoy prendida de las lámparas") puede encontrarse, en muchas ocasiones, en su obra y su correspondencia.

El poeta Rubén Bonifaz Nuño hizo una recopilación de las veces en las que Castellanos habló de lámparas y muerte al mismo tiempo —García Franco cuenta que se enteró de esto por Sara Uribe, quien fue la asesora de la puesta en escena.“Prendida de las lámparas", obra de Teatro UNAM y la Compañía Nacional de Teatro, inicia su temporada mañana y hasta el 6 de julio; y del 31 de julio al 23 de agosto (jueves y viernes, a las 20:00; sábados, 19:00 y domingos, 18:00 horas).

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melc