Antigua como la e histórica y tradicional como las posadas o las fiestas de, la tauromaquia, o las , fue una actividad que por siglos permaneció arraigada en el imaginario de la población popular mexicana.

Si bien a su llegada al continente fue una actividad que sólo los nobles o adinerados podían practicar, con el tiempo se volvió una actividad de las clases populares, tanto que en los siglos XIX y XX no era raro que los toreros fueran vistos como personajes a seguir, héroes populares que inspiraban a los menos privilegiados a salir del barrio y de la pobreza.

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De ser una actividad para nobles o adinerados, poco a poco las clases populares se sumaron como aficionados. (18/04/2025) Crédito: Hemeroteca | El Universal
De ser una actividad para nobles o adinerados, poco a poco las clases populares se sumaron como aficionados. (18/04/2025) Crédito: Hemeroteca | El Universal

El enfrentamiento con el animal bravo, el toro, era un espectáculo familiar, la popular fiesta brava, en donde diversas generaciones se reunían para apreciar “el arte de lidiar con el toro”, desde el abuelo, los hijos y hasta los nietos.

La parafernalia de los toreros, que va desde los movimientos en la plaza de toros para combatir al animal, hasta el clásico traje colorido y brillante y la capa o capote de braga de color rosa o rojo tuvieron un lugar protagonista en las plazas de toros, a la vez que medios como la televisión y periódicos hacían crónicas de la fiesta brava y daban reconocimiento y difusión a los toreros famosos de la época.

Algunos toreros eran vistos como héroes populares. (18/04/2025) Crédito: Hemeroteca | El Universal
Algunos toreros eran vistos como héroes populares. (18/04/2025) Crédito: Hemeroteca | El Universal

Esta casa editorial contó con un semanario dedicado a la fiesta brava, EL UNIVERSAL Taurino, en donde se publicaron crónicas de las corridas, entrevistas con toreros, así como materiales relacionados con el mundo de la tauromaquia, de la pluma de figuras como Rafael Solana, Pepe Alameda y Carlos León.

Portada de un ejemplar de El Universal Taurino, 1925. (18/04/2025) Crédito: Hemeroteca | El Universal
Portada de un ejemplar de El Universal Taurino, 1925. (18/04/2025) Crédito: Hemeroteca | El Universal

Otro medio para celebrar las corridas de toros fue el cine; películas como "Torero" (1956), de Carlos Velo; "Toros, amor y gloria" (1944), de Luis de Anda; y "Torero por un día" (1963), de Gilberto Martínez Solares, enaltecían la tradición de ser torero y narraban historias con personajes que aspiraban a convertirse en figuras reconocidas del toreo.

Uno de los epicentros de la llamada época dorada de la tauromaquia, que se vivió entre 1940 y 1970, fue la Ciudad de México, y de eso no cabe duda, ya que la Plaza de Toros de la capital, inaugurada en 1946, es la plaza de toros más grande del mundo.

Hoy, ese esplendor se desdibuja y parece languidecer ante el paso de la modernidad, de los discursos y movimientos progresistas que defienden a los animales y ante políticas de gobierno que pretenden cambiar totalmente lo que fue la fiesta brava en sus mejores años.

“Creo que la Plaza (de toros) México, después de la mejor época, quedó un tanto olvidada. Se dieron algunos empujes, pero dejó de haber temporadas armadas, su apogeo, en la ciudad, creo que se descuidó y por eso decayó, se perdió el impulso que tanto costó ganar, poco a poco se fue para abajo”, afirma el novelista Javier García-Galiano, quien considera que las corridas son una manera de rendirle culto al toro.

Cantina-museo taurino La Faena, en el Centro Histórico, solía ser un lugar de reunión de la asociación de novilleros y que data de 1954. (18/04/2025) Foto: Gabriel Pano | El Universal
Cantina-museo taurino La Faena, en el Centro Histórico, solía ser un lugar de reunión de la asociación de novilleros y que data de 1954. (18/04/2025) Foto: Gabriel Pano | El Universal

Y es que el 18 de marzo pasado, el Congreso de la Ciudad de México aprobó el dictamen que reforma las corridas de toros para que sean espectáculos sin violencia, con el argumento de salvaguardar la dignidad y el bienestar de los animales en espectáculos taurinos, incluyendo novilladas, rejoneo, becerradas, festivales taurinos y tientas.

Para García-Galiano, la situación actual de las corridas de toros tiene que ver con un desinterés de las nuevas generaciones. “Creo que la juventud de hoy ya no siente esa emoción con los toros que sentimos las generaciones previas, creo que hay un interés más en la tecnología, eso domina mucho en las mentes de los jóvenes”, explica.

Lo dicho por Javier García-Galiano puede observarse en la cantina-museo taurino La Faena, ubicada en la calle Venustiano Carranza del Centro Histórico, que conserva parte de su decoración original como lugar de reunión de la asociación de novilleros y que data de 1954.

El sitio de tradición taurina y que se ha vuelto uno de los favoritos del Centro para beber cerveza enfrentó un golpe al ser cerrado por autoridades del gobierno de la capital desde inicios de año.

Tras más de tres meses cerrado, La Faena abrió sus puertas hace unos días. Uno de los meseros, quien afirma llevar 40 años trabajando en el lugar, relata que el interés por los toros poco a poco ha ido bajando, incluso en sus comensales, por lo que el sitio es de los pocos museos taurinos que todavía existen en el país.

Aunque enfrenta estos problemas, La Faena conserva su decoración taurina y resiste al paso de la gentrificación del Centro Histórico y la crisis que enfrentan hoy las corridas de toros.

La Faena conserva parte de su decoración original. (18/04/2025) Foto: Gabriel Pano | El Universal
La Faena conserva parte de su decoración original. (18/04/2025) Foto: Gabriel Pano | El Universal

Para Garcia-Galiano, la crisis actual que vive el toreo es una conjunción de malas decisiones y “la aceptación” del futbol como una moda permitida por los intelectuales.

“El futbol tuvo que ver, se volvió aceptado por la clase intelectual, cosa que los toros tenía también, pero descuidaron muchas cosas, la publicidad también fue un factor, no se logró, no se actualizaron como los otros espectáculos”, apunta.

Para Marcial Fernández, escritor, y durante dos décadas cronista taurino, la tauromaquia es una tradición que el siguiente año cumplirá medio milenio, y estuvo profundamente arraigada a las festividades de diferentes estratos sociales.

El cronista apunta que la decadencia de la fiesta brava en la Ciudad de México vino con ciertos excesos de los profesionales del toro, que comenzó con la autorregulación de las fiestas taurinas por parte de los encargados de las plazas, como Miguel Alemán Magnani y Rafael Herrerías.

Señala que esta crisis alcanzó su punto máximo en el periodo en que Andrés Manuel López Obrador fue jefe de Gobierno de la capital. “Con la Comisión Taurina de AMLO en la ciudad sucedieron dos cosas: a medio sexenio el jefe de Gobierno la dejó de escuchar y, para el final, la traicionó a favor de los intereses económicos de Miguel Alemán Magnani, quien, junto con Rafael Herrerías, consiguió que la fiesta de los toros en la capital se autorregulara por los propios profesionales, encabezando ellos mismos tal comisión en su calidad de empresarios taurinos de la Plaza México”.

En La Faena hay huellas de las corridas de toros de antaño. (18/04/2025) Foto: Gabriel Pano | El Universal
En La Faena hay huellas de las corridas de toros de antaño. (18/04/2025) Foto: Gabriel Pano | El Universal

Y agrega: “En el momento en que una parte del Estado mexicano renunció a ser juez de algunos de sus territorios —las plazas de toros capitalinas—, los excesos se multiplicaron y, una vez que Alemán Magnani huyó de México, lo que antes era un duopolio taurino en el país se convirtió en un monopolio de Alberto Bailleres y, más tarde, de sus herederos, que acabaron por transformar la tauromaquia en un negocio decadente, indefendible, tramposo y, por decir lo más, injustificable”.

El cronista sostiene que en el país hay estados que todavía viven la fiesta brava “a la usanza española”, pero lo que sucedió hace unos días con la aprobación de corridas sin violencia es una indolencia de los empresarios y los políticos.

La Faena reabrió sus puertas hace unos días, luego de que fuera cerrado por autoridades desde inicios de año. (18/04/2025) Foto: Gabriel Pano | El Universal
La Faena reabrió sus puertas hace unos días, luego de que fuera cerrado por autoridades desde inicios de año. (18/04/2025) Foto: Gabriel Pano | El Universal

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“Las últimas corridas en la Plaza México fueron una vergüenza, como ritual perdió mucho valor, se está obligando a la pequeña afición a cambiar hábitos, entonces ya es un asunto mercantil dirigido por un grupo de personas que poco les interesa la historia de la fiesta de los toros, los perjudicados son los ciudadanos a pie, aquellos que tienen referencias del universo torero, fue un fraude que se fraguó en varias décadas y que culminó en la decadencia actual”, apunta.

En días recientes, el torero Joselito Adame interpuso un amparo contra la reforma que prohíbe las corridas de toros con violencia, demanda que fue admitida a trámite y que continuará con su curso legal, hecho que representa el primer paso interpuesto contra la reforma, siendo así el inicio de una posible batalla judicial en torno a la tauromaquia en la capital del país.

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