La historia de un niño de nueve años que entró a la Youth Sinfonietta Chiapas es un ejemplo de lo que el director de esta orquesta-escuela, Roberto Peña Quesada, llama el “inmenso talento innato que tiene el mexicano”.

En abril de 2024, cuando salió la convocatoria para formar parte de la Youth Sinfonietta, le abrieron las puertas a los y les mostraron los ; allí, después de ver cómo los maestros interpretaban una pieza, eligieron la clase a la que entrarían. “El lunes llegaron tres niñas. Se les hizo un recorrido por todos los instrumentos que pudieran tocar y usar. Una niña eligió el chelo; la otra, clarinete; una más, flauta transversal”, cuenta Peña.

El niño, cuyo nombre prefiere reservarse el director, escogió, curiosamente, la viola, a diferencia de todos los demás que querían tocar el violín. De inmediato, su maestro notó una habilidad natural.

Lee también

A la Youth Sinfonietta Chiapas la conforman 43 alumnos de entre ocho y 16 años; tienen 24 horas de clases al mes, preparan programas de concierto y son una muestra de lo que su titular llama “el inmenso talento innato del mexicano”. Foto: Óscar Macedo y Montserrat Pérez
A la Youth Sinfonietta Chiapas la conforman 43 alumnos de entre ocho y 16 años; tienen 24 horas de clases al mes, preparan programas de concierto y son una muestra de lo que su titular llama “el inmenso talento innato del mexicano”. Foto: Óscar Macedo y Montserrat Pérez

A los seis meses —continúa el director—, la madre del niño se presentó en la escuela y dijo que su intención era que su hijo tuviera nociones de música, pero también de natación, pintura y baile para aprender “un poquito de todo”. La respuesta fue que el desempeño del alumno era muy bueno y él mismo lo confirmó: “No, mamá, yo no me quiero mover de aquí. A mí lo que me encanta es la música y lo que me encanta es la viola”. Peña Quesada afirma: “Hoy, para tener diez años, toca una barbaridad”. En su examen sacó las mayores notas, incluso comparándolo con adolescentes, en un nivel más avanzado, que asisten a la escuela.

Ese es solo uno de los casos entre los 43 estudiantes que integran la orquesta-escuela. También hay una alumna de flauta que hoy tiene siete años y, desde la primera vez que entró en contacto con la música, mostró una pasión pocas veces vista, explica Peña: “Ella se enfermó y la mamá me dijo: ‘Maestro, no sé cómo hacerle para quitarle la flauta a la niña; le digo que ya no puede seguir agarrando el instrumento porque está enferma de la garganta, y ella casi llora por la frustración de no poder tocar’. Son cosas que pasan aquí”.

Fue el 29 de septiembre cuando la existencia y los retos de la Youth Sinfonietta Chiapas saltaron al panorama nacional ante el cuestionamiento hecho a la presidenta Claudia Sheinbaum; se hizo público que durante dos meses y medio, 53 instrumentos musicales que fueron donados por la Musik Schule Bantiger a la Youth Sinfonietta Chiapas, no pudieron llegar a su destino porque la Aduana del Puerto de Veracruz no los liberó (tiempo en que permanecieron guardados en bodegas de la empresa Golmex Veracruz). Gracias a la intervención presidencial, a través de la titular del Consejo Asesor Empresarial, Altagracia Gómez, se consiguió que un par de días después la aduana liberara el envío y que no cobrarán más de 100 mil pesos por mantenerlos en bodega.

Lee también

A la Youth Sinfonietta Chiapas la conforman 43 alumnos de entre ocho y 16 años; tienen 24 horas de clases al mes, preparan programas de concierto y son una muestra de lo que su titular llama “el inmenso talento innato del mexicano”. Fotos: Óscar Macedo y Montserrat Pérez
A la Youth Sinfonietta Chiapas la conforman 43 alumnos de entre ocho y 16 años; tienen 24 horas de clases al mes, preparan programas de concierto y son una muestra de lo que su titular llama “el inmenso talento innato del mexicano”. Fotos: Óscar Macedo y Montserrat Pérez

El origen de la Youth Sinfonietta, cuenta Peña, fue una asocación civil homónima formada en 2021 por un grupo de empresarios que se reunió para apoyar proyectos culturales; de allí emanó la orquesta-escuela. Aunque el proyecto cobró vida hace poco más de un año, el contacto entre Peña y los empresarios de la asociación se dio previamente porque él tuvo el ambicioso objetivo de crear la primera orquesta privada en México, algo que no pudo concretarse, pero dio pie a la Sinfonietta (la asociación no les brinda dinero propiamente, pero está para efectos legales, administrativos, documentación, etc); en el caso de los instrumentos donados, si el proyecto desaparece estos pasarían a manos de Hacienda según lo acordado: “El SAT nos hizo firmar una carta, cuando la registramos, de que si se termina la asociación todo va a ser para el SAT”, afirma Peña.

El gran valor de un proyecto emanado de la sociedad civil, como lo es la Youth Sinfonietta, radica también en el contexto bajo el que éste opera: en Tuxtla Gutiérrez, donde se encuentra la orquesta-escuela (los niños estudian físicamente en espacios de la rectoría de la Universidad de Ciencias y Artes, que no se ocupan en las tardes), hay pocas opciones para una familia que quiere que su hijo se forme en un instrumento desde la infancia; la educación se enfoca en el nivel licenciatura y las otras opciones son las academias, que son mucho más caras y permiten una formación de menos horas al mes.

“Sé que estamos batallando mucho aquí, en la cultura, en todo el país. Pero, afortunadamente, hay que decir todo lo bueno. Los niños empiezan a adquirir experiencia, van avanzando muy rápido. El sistema que utilizamos nosotros es que ensayamos prácticamente con ellos”, explica y subraya que no se trata de dar las clases, dejar a los niños a la deriva para que estudien solos en su casa y evaluarlos la siguiente semana. “Así es como funcionan prácticamente todas las escuelas de música. Le das la clase al niño y él se las arregla para estudiar. Y eso no funciona porque es muy difícil para un niño y un adolescente motivarse y estar estudiando. Todas las academias sólo dan su clase, cobran y ya”.

Lee también

En la Youth Sinfonietta, explica, se dan dos horas de clase por jornada, tres veces a la semana (lo que suma un total de 24 horas al mes): “Consideramos que con seis horas a la semana dedicadas a esto, pueden lograrse grandes avances y, en cuatro o cinco años, ser una muy buena orquesta juvenil. Los jueves son los ensayos generales. Entonces, todo lo que estuvo ensayando cada quien, con su maestro de flauta, corno, trompeta, chelo, contrabajo, violines, viola, todo lo que teníamos ya, puede dar resultados”.

Es el método con el que cada maestro puede reunir a los alumnos con los que estuvo trabajando para materializar un próximo concierto: “Acabamos de presentar un programa mexicano en septiembre y ahora estamos trabajando para el programa navideño”. Bastaría con preguntar cuánto cuesta una clase en una academia, resalta.

Pese al donativo que se hizo desde Suiza, la orquesta no está completa. “Digamos que ya está semicompleta. Nos faltan los instrumentos especializados: oboe, fagot, trombón y los timbales, que son carísimos. Aún no sabemos cómo vamos a hacer para conseguirlos”.

Lee también

Los 43 alumnos están en un abanico de edad entre ocho y 16 años; a cada uno se les cobran mil pesos al mes; las clases son por instrumento: “los maestros tienen su método, van teniendo ejercicios, escalas, arpegios, técnica básica. A la par de la técnica, van aprendiendo las primeras piezas. Estamos concentrados en el instrumento y que entiendan básicamente la lectura de la música: que lean bien, porque muchos son muy de oído y se aprenden todo de memoria y no, deben aprender a leer bien”.

El proyecto cuenta con seis maestros “que están felices de que, aunque no les podemos ofrecer mucho, se complementan con esto. Trabajan en la mañana, dan clases en una escuela u otra, en los estudios primarios, y vienen en la tarde a trabajar con nosotros. Yo espero que cada vez podamos tener más y más niños, y más donativos; que algunas gentes quieran becar a algunos niños”. Habla de la importancia de un pago digno y de que nadie haga su trabajo gratis, y estima que, antes del donativo que recibirán, tenían cerca de 25 o 30 instrumentos.

Peña, quien se formó musicalmente en Suiza, también dice que, aunque él está a favor del gobierno actual, se requiere una mayor inversión para la educación artística en México.

Ahora con ayuda de los clubes Rotarios de Chiapas y de Veracruz, el donativo de instrumentos podrá ser trasladado. No hay fechas confirmadas de cuándo llegarán a la orquesta y Peña Quesada asegura que se mantendrán en silencio hasta que sea una realidad que los instrumentos hayan llegado a su destino.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

[Publicidad]