El compositor francés, Hector Berlioz, no quería imitar ningún "Romeo y Julieta". Cuando escuchó en Italia la tragedia lírica "I Capuleti e i Montecchi", de Vincenzo Bellini, decidió darle forma material a algo que rondó su mente desde hace muchos años, cuenta el compositor estadounidense, Stefan Lano, quien es el director concertador de la interpretación de la sinfonía coral, "Romeo y Julieta Op. 17", de Berlioz, que se presentará el 2 de febrero, a las 17:00 horas, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes con la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes.
Berlioz, continúa, se enfrentó a proyectos ambiciosos, "no menos que dos de las historias más grandes en la literatura" en "La condenación de Fausto", a partir del clásico de Goethe, y el "Romeo y Julieta": "Pero su intención no era presentarlo en ópera como lo hizo Charles Gounod o como lo ha hecho Leonard Bernstein en West Side Story. Él quería usar su talento para colores orquestales, con un libreto que atendiera a su necesidad de revelar ciertas ideas que, si miramos desde hoy, eran revolucionarias en la interpretación de orquesta".
"Es más un poema sinfónico sobre el tema de Romeo y Julieta, con dos cantantes, un contralto, un tenor y, al final, un bajo barítono y un coro que a veces funge como el personaje de Mercucio, pero es más como un comentario, a la manera del teatro griego. El público no debe esperar una forma de ópera concertante, sino un poema sinfónico coral completamente diferente. En ese sentido, este Romeo y Julieta es totalmente distinto a lo que escribió Shakespeare".
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No le es fiel al dramaturgo inglés, porque la intención y verdadera fidelidad de Berlioz, por decirlo de alguna manera, era hacia los estados emocionales que sintió a la hora de leer esta famosa obra de Shakespeare: "Nunca fue su intención presentar a Shakespeare con la música de Berlioz. El eje son los colores orquestales y las emociones que en Berlioz despertó esta historia. Lo que dentro de unos días vamos a hacer en el Palacio de Bellas Artes es presentar a Berlioz usando sus impresiones de Romeo y Julieta y ofreciéndole al público la historia en la forma sinfónica".
Un ejemplo de cómo estos dos clásicos intrincados (Shakespeare y Berlioz) no pierden la vigencia en el presente es el "allegro salvaje" de la obertura. ¿Qué significa?, se pregunta Lano. Es el conflicto entre los Capuletos y Montescos —responde—, algo que no pierde vigencia si pensamos en un tiempo turbulento como el del presente: "Hay más conflicto que nunca en nuestros días; aunque queremos creer que en el siglo XXI hemos aprendido algo de la Historia, no es así (tal vez ha habido algo gracias a los políticos o ciertas empresas). En esto radica la actualidad de artistas como Shakespeare, Dante, Carlos Fuentes o Borges. Por eso necesitamos de la cultura. La próxima semana será nuestro Romeo y Julieta y cada persona en el público podrá sentir lo que Berlioz está diciendo a través de la música".
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Otra particularidad de la obra, dice el director, es que, en el libreto de Émile Deschamps, de acuerdo con Berlioz, se arroja una luz más optimista sobre el final de "Romeo y Julieta". Hay historias como ésta y la de Tristán e Isolda en las que se identifican plenamente las muertes en las que deviene la trama. "En esta versión se está tratando de poner paz, finalmente, entre los Capuletos y los Montescos; eso es un cambio, una visión que tenía Berlioz. Aunque no pensemos en él como alguien pacífico o involucrado en la vida política, es interesante su deseo de ponerle el punto final al odio entre dos pueblos".
"Muchas veces me preguntan qué relevancia tiene la cultura. Una vez, en una entrevista que me hizo un medio en vivo, se me preguntó con sarcasmo por qué la gente necesita la cultura. Yo respondí con otra pregunta, ¿por qué necesitamos ciencia? Hoy estamos bien, pero quizá mañana tendremos un temor, ¿qué haremos? También hay tumores en la mente y el espíritu", concluye Lano.
El director huésped del Coro será Alfredo Domínguez. Estarán la solista mezzosoprano Rosa Muñoz, el tenor Édgar Villalva, el barítono Óscar Velázquez. La obra contará con supertitulaje en español.
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