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Darle vida a Vincent van Gogh ha sido un reto para Mario Iván Martínez como productor, escritor y actor, en un momento que "los astros se alinean" y le permiten ser capaz de verse y sonar como el pintor neerlandés, "asumirlo con pausas, sudor y todo lo que requiere una puesta en escena porque, una cosa es lo que está escrito y otra es llevarlo después a una versión tridimensional escénica", explica el actor sobre el monólogo "Van Gogh, un girasol contra el mundo", que protagoniza bajo la dirección de Luly Rede y podrá verse del 20 de enero hasta el 7 de abril en el Teatro Helénico.
Por otra parte, continúa el actor, la escritura de este unipersonal forma parte de un camino más amplio en el que se encuentran los libros para niños en torno a Sor Juana, Cri-Cri, Mozart (que se publicará este año) y, por supuesto, Van Gogh.
Fuentes como la correspondencia de Van Gogh, la biografía "Anhelo de vivir", de Irving Stone y los libros, "Vincent y Theo", de Deborah Heiligman, y "Vincent", de Esteban Cosano Montero le sirvieron como fuente a Martínez.
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"Hubo muchos otros textos que recopilé específicamente en lugares como Auvers-sur-Oise, Arlés, en el Museo Van Gogh de Ámsterdam. Todos ello para dar a luz mi versión, resaltando, por supuesto, eventos icónicos de su vida, ineludibles, novelescos, no solamente la mutilación de su oreja, que es algo familiar para muchos, sino también, por ejemplo, el hecho de que quiso ser predicador, algo que ha quedado un tanto a la sombra del conocimiento general. Su padre fue un predicador protestante muy severo y Vincent incursionó en esto. De hecho, se sentía llamado a esta profesión casi como una transformación mística. Su misma familia lo acusaban de ser obsesivo. Cuando vivió en una de las regiones más desprovistas de recursos que hay en Bélgica, con los mineros, bajaba con ellos para emular su sufrimiento, sus privaciones. De hecho, su hermano Teo, cuando lo visita, queda verdaderamente en shock al ver casi la indigencia que vive Vincent al tratar de emular el sufrimiento de los mineros y al mismo tiempo el de Cristo", explica el actor.
Otro hecho que destaca es que Van Gogh convivió con una prostituta por casi un año y quería casarse con ella: "Ante el escándalo que provocó fue amenazado por su hermano Theo de perder su pensión si continuaba con este vínculo, que podía dañar la reputación de toda la familia. En el siglo XIX el descrédito de uno significaba el descrédito moral de todos y hay que recordar que Vincent vendió sólo dos cuadros en vida, entonces vivía en la constante privación".
Por tratarse de una figura tan compleja, en ocasiones contradictoria, la posibilidad de darle vida es, a todas luces, un platillo exquisito para un actor, dice: "De eso pedimos la limosna, de tener la posibilidad de llevar a escena a carne y hueso, sudor y energía, a personajes tan complejos. Hay una escena, cuando Theo llega a Arlés, tras enterarse del encontronazo cósmico entre Vincent y Gauguin, dos personajes tan opuestos en tantos rubros, y se pregunta, ¿qué lucha tan tremenda libra mi querido pelirrojo? Por un lado es un hombre sensible, ávido lector, culto, y por otro es un ser intolerante, violento, tanto que las autoridades de Arlés han firmado un documento desterrándolo de la ciudad".
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Van Gogh llegó a despertar a su hermano, cuando vivió con él en París —cuenta Martínez—, a las tres de la mañana para pedirle su opinión sobre un cuadro, aún sabiendo que éste debía despertarse a las tres de la mañana para trabajar como lo haría cualquier burócrata.
"Lo mismo le hace a Gauguin en La Casa Amarilla. Naturalmente hay muchos aspectos de su vida que contribuyen a su inestabilidad física y anímica, y que tienen que ver con la privación tan tremenda que vivía. En una semana, de pronto, vivía de 23 cafés y de pan fiado, y el poco dinero que le enviaba Theo se lo gastaba en pinceles. Para él esta búsqueda constante de su identidad artística, de su destino, tuvo la misma intensidad que cuando deseó ser pastor. Influido, por supuesto, por la pasión y el amor hacia las mujeres de su vida, él mismo lo dice que todo es una miscelánea de infortunios. Siempre hubo este apasionado planteamiento de vida en todo lo que abordaba. Pintar para sobrevivir, para encontrar un destino y una identidad", concluye el actor.
melc
