Para no hacer "una pieza de museo" e interactuar con los espectadores, la puesta en escena del monólogo Camille Claudel, escrito por Gaël LeCornec, dirigido por Diego Vázquez e interpretado por Yuriria Fanjul, aborda, desde lo lúdico, la vida de la escultora francesa a partir de su correspondencia. No sólo le presenta su historia al público, sino que lo incluye: le pregunta qué piensa sobre la equidad; le ofrece comprar sus obras en una subasta e invita a alguien de entre las butacas a que sea su modelo para esculpir, cuenta Fanjul. "Hay mucho involucramiento para romper la cuarta pared", dice y puntualiza que el texto original fue escrito en inglés y que ella hizo una versión con el español de México. "Adaptamos algunas frases para que sean coloquiales, cercanas a nuestro lenguaje y eso hace que uno sienta que Camille está viva, que es una de nosotros".
En el montaje de las 25 viñetas sobre la vida de Claudel puede trasponerse la historia de mucha gente y viceversa; "mujeres, hombres y todos los géneros" que han sido callados socialmente por estar adelantados a su tiempo y salir de las normas: "Esta obra y este personaje le habla a la gente que vive una situación similar, bajo la incomprensión de los otros".
El montaje, continúa la también productora ejecutiva de la obra, el diseño escenográfico, de vestuario e iluminación son poéticos. Fanjul/Claudel, por ejemplo, no lleva los atuendos de la época ni hay, frente al espectador, alguna reproducción física o virtual de sus esculturas; no se proyectan fotos o videos, por ejemplo, sino que "esculpe" con tela.
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"Es una transposición, un abstraernos de esa historia para colocarla en lo que resuene de nosotros y conocer a un personaje que abrió brecha y trazó el camino para muchas mujeres. Por estos elementos sigue siendo algo que resuena hoy en día".
Si bien el estreno de la obra fue el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, "Camille le habla a otro tipo de problemáticas, no sólo las que atañen al feminismo; se dirige además a las problemáticas de género de las comunidades LGBTQ+. El ser incomprendida, la injusticia, las vidas de quienes todavía no cuadran en el sistema son temas vigentes en la obra. Camille habla de cómo las mujeres no podían estudiar en las academias de arte ni participar en las grandes exposiciones en París, que era la gran ciudad del arte en el siglo XIX".
Su madre la abandonó, continúa, la encerró en un psiquiátrico porque era bohemia, bebía en los bares y volvía con las manos sucias de polvo y tierra. "Al ser mujer, no se comportaba conforme a las normas. Las posibilidades que ella tenía en ese tiempo eran reducidas y equivalentes a las de la actualidad. Pero creo que Camille le habla también a los hombres, a los sectores sociales que han encasillado ciertos comportamientos. Es curioso que la criticaron por ser bohemia, cuando ella era hermana de un poeta, Paul Claudel, que como hombre tenía todo el derecho a hacer lo que quisiera; creo que él se volvió poeta poco después que Camille, pero ella fue la primera que se aventuró en las exposiciones".
Para Fanjul, hay una frase importante en esta obra: el tiempo va a repararlo todo. Es interesante porque, al pasar de los años y revisitar la historia, empezamos a identificar a esos artistas no reconocidos".
La quinta temporada de Camille Claudel se presenta hasta el 17 de marzo en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, el jueves y viernes, a las 20 horas; el sábado, a las 19 horas, y el domingo a las 18 horas. En mayo, el unipersonal se montará en varias ciudades del país y su versión en inglés llegará luego a Los Ángeles.
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