La UNAM me ha brindado la oportunidad de desempeñarme como alumna, profesora e investigadora. Además, he enriquecido esta trayectoria al asumir funciones académico-administrativas y al participar en diversas comisiones y consejos dedicados a la actualización de planes de estudio, así como en iniciativas relacionadas con aspectos éticos y de probidad académica.

Nuestra Universidad propicia el crecimiento de sus estudiantes y su desarrollo en el ámbito profesional. En ella cursé la maestría en Bibliotecología y el doctorado en Estudios Latinoamericanos. Afortunadamente, pude solventar los gastos que esto requería gracias a un empleo que me permitió consolidar mi preparación académica. Sin embargo, no todos los jóvenes que ingresan a la UNAM cuentan con los recursos suficientes para cubrir los costos mínimos que exige nuestra Alma Mater. Por ello, resulta fundamental destacar las múltiples iniciativas de apoyo que ofrece la Universidad; entre ellas, las becas y los programas imprescindibles como los que oferta Fundación UNAM, que respalda a alumnos, docentes e investigadores mediante incentivos sólidos que facilitan el acceso a cursos, seminarios y otras actividades complementarias.

El área disciplinaria en la que me desempeño es esencial para los usuarios de la información, que en realidad somos todos. De manera consciente o intuitiva, cada uno de nosotros requiere información para tomar decisiones en la vida cotidiana o para desarrollar proyectos de investigación y tesis en distintos campos del conocimiento. Los resultados de estos procesos son tan diversos que pueden derivar en nuevas perspectivas históricas, en productos vinculados con el presente o en propuestas que exploran las posibilidades del futuro.

En la actualidad, el sector de la información enfrenta desafíos inéditos debido al avance de la tecnología digital y la inteligencia artificial, lo que plantea nuevas preguntas de investigación. En este contexto, considero ineludible abordar cuestiones como: a) la sobrecarga informativa o infodemia; b) la veracidad de los contenidos; c) los dilemas éticos derivados de ambos aspectos; d) la prevención del plagio y otras prácticas que omiten el reconocimiento del autor original; y e) la importancia de fomentar la integridad académica.

La UNAM es, en esencia, una obra del pueblo y de la comunidad universitaria de México, así como de intelectuales y líderes políticos que, con una visión de futuro, han promovido la formación de ciudadanos a partir de ideas y métodos de vanguardia basados en principios científicos y laicos. Su existencia es resultado de múltiples luchas para fortalecer la pluralidad, la equidad y la libertad de pensamiento y expresión. Gracias a ello, hoy es posible transmitir conocimiento a través de procesos educativos de alta calidad, que integran enfoques diversos provenientes de distintas partes del mundo. De esta manera, la Universidad fomenta en los estudiantes la capacidad de reflexionar sobre los cambios políticos, sociales, históricos y éticos que configuran nuestra realidad.

Investigadora titular C en el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y tutora del posgrado en Bibliotecología y Estudios de la Información de la UNAM

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