En su nuevo libro de ensayos, Tedi López Mills se adentra de nueva cuenta en la memoria, en esa franja creativa que crece entre la autobiografía y la autoficción y que llega a buen puerto: el de la autocrítica; esta vez analiza el tema de los aviones y el miedo a volar, la amistad y la identidad nacional y la poesía.
A través de tres ensayos y un relato —casi como un entremés— que se reúnen en Cascarón roto (UNAM/ Almadía, 2020), la poeta y ensayista increpa a la literatura, la vida intelectual y personal, así como las amistades y enemistades que ha tenido a lo largo de su vida, y lo hace mediante sus recuerdos, desde los familiares con su tío Ted y su primo Mike muertos en accidentes aéreos, pero también desde las controversias intelectuales protagonizadas por Octavio Paz, Carlos Monsiváis, Juan García Ponce y Salvador Elizondo, entre otros, y en las que también aparecen Amado Nervo, Salvador Díaz Mirón, los Contemporáneos y la chica de 20 años que ella fue y que en 1979 ingresó entusiasmada a la Facultad de Filosofía y Letras.
Tedi López Mills (Ciudad de México, 1959), quien es miembro del Sistema Nacional de Creadores, habla de la tradición de la poesía mexicana, de la identidad nacional —es hija de padre mexicano y madre estadounidense—, de la amistad y de la afición de los escritores por los festivales literarios.
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¿Desde la autocrítica aborda la amistad, el miedo a volar y la identidad?
Preferí correr el riesgo de atreverme a hacerlo yo como personaje principal en tres historias. Lo primero que escogí fueron los temas, el tema de los aviones que como se ve en este ensayo está muy relacionado con mi familia porque del lado materno mi tío y mi primo murieron en aviones, luego mi mejor amiga murió en un accidente aéreo también y luego está mi propia experiencia con el miedo a volar; a partir de ahí fui engarzando encadenando los temas y eso me llevó a libros, a recuerdos, tenía ya la idea de Ibargüengoitia que ha sido el pilar de esta época de mi vida y su libro Viajes por la América ignota, su maravilloso texto sobre el viaje literario a Cuba para recoger su premio Casa de América y otros textos sobre aviones, y finalmente la tremenda tragedia de morir en un accidente aéreo.
Fui rastreando todos estas historias relacionadas con aviones, el cuento de Bioy Casares, el cuento de Julio Cortázar, la pequeña novela de Ignacio Padilla, y luego también el tema de la muerte instantánea versus lo que yo llamo, quizás perversa o temerariamente, la agonía razonable, una discusión que todos hemos tenido, creo que todos hemos comentado: “no te preocupes, de todas maneras no vas a sentir nada”, como si supiéramos algo acerca de la muerte instantánea porque en realidad no sabemos nada. Y también me llevó a lo que ocurre en la vida de los escritores, que con la pandemia quedó suspendido: las ferias, los festivales, los congresos lo cual significa aviones, estas invitaciones a mí siempre me provocan pánico.
¿La amistad es otro tema del ensayo?
La amistad para mí es fundamental, los amigos y las amigas que a lo largo de los años he ido perdiendo; hago amistades pero pierdo muchas y muy importantes; entonces hago revisión de las teorías acerca de la amistad que a lo largo de los siglos no han cambiado, la definición que Aristóteles da de la amistad ha fundado todas las teorías.
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Junto a las teorías pongo los ejemplos que son sólo mis ejemplos, no me atrevo a hablar en nombre de los demás, hablo sólo en mi nombre, los malentendidos, los distanciamientos.
Y luego de un pequeño relato entra a las discusiones literarias ¿siempre suelen terminar amistades?
Es que habló de mi propia impertinencia, es la historia de un viaje en el tiempo, viajó a 1979 que es el año en que me inscribo en la Facultad de Filosofía y Letras y lo que me ocurre. Monsiváis es mi guía en la primera parte de ese ensayo, en la parte del alma mexicana, de la mexicanidad y también en la tradición de la poesía mexicana; están Monsiváis, Octavio Paz, Gabriel Zaid, Juan García Ponce, Salvador Elizondo, está la tradición mexicana, Díaz Mirón, Amado Nervo, las antologías, las lecturas canónicas y mi propia relación con la escritura de la poesía.
¿Podría ser un solo ensayo, el hilo conductor es su memoria?
La memoria siempre, porque además en el tercer ensayo lo digo: la memoria es mi máquina del tiempo; todos tenemos esa máquina del tiempo, ahí es donde viajamos constantemente, en general uno no decide que va a recordar, la memoria hace su trabajo todo el tiempo, uno recuerda lo que recuerda la memoria, pero aquí sí decidí recordar deliberadamente, y en ese recordar uno se dispara hacia otros lugares, hacia otros recuerdos, pero en definitiva estoy instalada en modo memoria en este libro y eso me lleva a lecturas, a gente que conocí.
Y sí, otro hilo conductor es la amistad, en los tres ensayos está presente el tema de la amistad y el tema de la identidad, las conversaciones, las peleas, los disgustos y en ese sentido podría verse sí como un ensayo dividido en tres partes con un cuento en medio que es un entremés.
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¿Autoficción para no hablar de otros?
Soy la persona y el personaje que mejor conozco por eso soy mi punto de partida porque en nada confío más y con nadie me puedo dar el lujo de desconfianza que conmigo misma, de algún modo es como un aval, una forma de legitimar que lo que voy diciendo, lo digo yo no se lo atribuyó a nadie más, en ese sentido claro que corro el riesgo de que me digan “¿por qué siempre tú?”, pero también la pregunta es ¿por qué no? Eso me permite moverme con entera libertad.
¿La distancia con los amigos siempre tiene que ver con la diferencia de ideas?
Creo que sí, es que uno empieza hablando y termina discutiendo, uno cree que las ideas porque son ideas no son peligrosas, que uno no va a ser sentimental ni se va a poner a la defensiva por que tiene este idealismo con respecto a las ideas pero no es cierto, uno empieza hablando y termina discutiendo, incluso peleándose, creo que ahora lo estamos viendo más que nunca, se dan las discusiones con amigos, incluso con la familia; resulta que hay enconamientos, hay posiciones muy extremas y acabamos discutiendo.
¿Esa es la historia de las polémicas literarias?
Esa es la historia de esas polémicas también, polémicas en las que participaron Monsiváis, Paz, los Contemporáneos, en la que hemos participado todos, que siempre son crueles y persecutorias. También hago una especie de rápido trazado de ese ambiente de la Facultad en la que yo estudié en 1979.
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¿Cómo se mira hoy en esa joven que entró a la Facultad de Filosofía y Letras?
Creo que siempre hay que ser sumamente críticos con uno mismo porque ahí es donde uno tiene todos los permisos, yo no tengo derecho a ser cruel salvo conmigo misma. Al final digo que no sé si me voy a reconocer en esa chica que tenía 20 años; este ensayo salió porque encontré mis cuadernos donde tengo mis poemitas, estaba aprendiendo a escribir poemas, aprendiendo a acentuar, aprendiendo métricas; fue todo un viaje en el tiempo leer esos cuadernos y ver mis tachaduras y ver las recomendaciones de mis compañeros que me ponían correcciones. Tengo un cuartito en la azotea donde tengo cajas y archiveros con esas libretas y con muchas otras cosas y siempre pienso “algún día tengo que aprovechar para hacer una especie de revisión y destruir lo que no quiero que quede aquí”, pero uno nunca tiene tiempo de hacer esas cosas.
¿Otra cosa que recuperó son las cartas de la muerte de su tío y su primo?
Esas cartas también fueron las que me llevaron a escribir el ensayo de los aviones, había una leyenda familiar de que mi tío Ted había muerto peleando en batalla en la Segunda Guerra Mundial y resulta que no, que murió en un entrenamiento, hubo un choque con otro piloto, él salió ileso y mi tío murió, y para mí esa verdad fue toda una revelación.
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Y mi primo Mike, su avión de espionaje se perdió en la Guerra Fría, nunca encontraron rastros del avión, es posible que en los archivos secretísimos de la Unión Soviética exista algún rastro de lo que ocurrió de veras con ese avión y también es posible que haya explotado y no haya quedado nada.
Su vida ha estado llena de aventuras
Frase
“Uno recuerda lo que recuerdala memoria, aquí decidí recordar deliberadamente”. Tedi López Mills. Poeta y ensyista.