José Woldenberg, el expresidente del Instituto Federal Electoral, recupera en su nuevo libro, "Izquierda y democracia" (Cal y arena, 2023), seis textos escritos entre febrero de 2022 y enero de 2023 en los que reflexiona y echa luz sobre las diferentes izquierdas, para desde ahí analizar, con otro ángulo, la democracia. El politólogo mexicano asegura: “La izquierda democrática no ha desaparecido en nuestro país, por supuesto, pero no es la que hoy gobierna”.
El profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y colaborador de EL UNIVERSAL asegura que abriendo la visión se puede ver que en América Latina hay una seudo izquierda claramente antidemocrática y dictatorial. “Ciertamente, hay una izquierda autoritaria, pero yo quiero pensar, no solamente quiero pensar, hay evidencia de que hay una izquierda fuertemente comprometida con la democracia”.
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¿En México hay una deriva mucho más autoritaria y antidemocrática?
Con el proceso de transición democrática creí que buena parte de la izquierda empezaba a leer la democracia no solamente como una ruta sino como un compromiso profundo con la misma, y sobre todo creía que dado que la izquierda había avanzado y se había beneficiado de las fórmulas democráticas, ese compromiso tendía a asentarse, a hacerse cada vez más fuerte y, sin embargo, en la actual administración ese compromiso no solamente no existe, sino parece que se quisiera volver a un régimen político de carácter autoritario en el cual el Presidente lo fuera todo y los otros poderes constitucionales estuvieran subordinados a él. Creo que esto debe alarmarnos a todos.
¿La izquierda tiende al autoritarismo?
Yo creo que hay una izquierda autoritaria, de eso no hay duda, pero también ahí están las declaraciones del presidente de Chile (Gabriel Boric), un presidente de izquierda, pero democrática. Valdría la pena insistir, como lo hago de alguna manera en el libro, en que no hay una sola izquierda. Es decir, no es lo mismo la izquierda que encabezó Mao, Stalin, Pol Pot o Fidel Castro, a la izquierda de Willy Brandt, de Felipe González, de Ricardo Lagos; es decir, en el primer caso, a nombre de la igualdad se suprimieron todas las libertades y se generaron regímenes dictatoriales; en cambio, en los segundos, se intentaron construir sociedades más igualitarias preservando todas las libertades.
Hay otras izquierdas, ¿cómo están frente a esta fuerza autoritaria en el gobierno?
Hay una izquierda democrática en nuestro país que se expresa a través de organizaciones civiles, que se expresa en la academia, en el periodismo, que está presente en los partidos.
¿Izquierda y lopezobradorismo no son lo mismo?
Una de las estelas que puede dejar la presente administración es que en el imaginario de mucha gente, izquierda y lopezobradorismo sean una y la misma cosa. Y no es así, esa sería una gran derrota para la izquierda democrática en nuestro país. Yo creo que México requiere de una izquierda democrática que sea capaz de conjugar al mismo tiempo los dos grandes valores que puso en acto la modernidad, que son la libertad y la igualdad.
¿Qué habría que impulsar?
México tiene que preservar y fortalecer su régimen democrático y al mismo tiempo tener políticas que atiendan la enorme fractura social que modela nuestras relaciones. Somos un país demasiado desigual, las carencias de millones de mexicanos están ahí y no pueden ser borradas por la retórica; México requiere de eso, de una izquierda democrática que sea capaz de atender las enormes carencias de millones de mexicanos al mismo tiempo que preserve y fortalezca un régimen democrático.
La llamada 4T... ¿el gobierno de López Obrador no es un gobierno de izquierda?
En términos políticos es un gobierno con profundos rasgos autoritarios, pero cuando uno ve los resultados en materia social, se da cuenta que tampoco está atendiendo esa fractura social. Acaban de aparecer los datos de Coneval y nos informan que la pobreza en el país crece, que la cobertura en salud hoy es menor que en el pasado inmediato, de tal suerte que incluso en ese renglón, en el que se refiere a la política social, no parece que esté dando resultados para atemperar la desigualdad y sacar de la pobreza a las franjas mayoritarias del país.
¿Usted dice que el del Presidente es un gobierno unipersonal, narcisista, autoritario y empobrecedor?
Creo que por desgracia esos adjetivos no son impostados, sobre cada uno de ellos hay evidencia suficiente.
Y que el Presidente ha usurpado la voz del pueblo.
Esta quizá es una de las piedras de toque de todo autoritarismo. Cuando la noción de pueblo se utiliza como si se tratara de un bloque homogéneo, sin fisuras, que ya encontró a su representante y ese representante es el Presidente de la República, pues en efecto, todos los instrumentos, todas las instituciones, todas las normas que dan pie a la democracia parecen innecesarias; es tratar de homogeneizar a un país plural como si se tratara de un ejército o de una iglesia.
¿Estamos a tiempo de reconstruir en México la germinal democracia?
Ha habido muchos espacios de resistencia, México tiene una diversidad de partidos, tiene organizaciones sociales, tiene voces en los medios que están alerta, al mismo tiempo tenemos rutinas como las elecciones, instituciones estatales que han resistido, está la Suprema Corte, tenemos un Congreso plural, tenemos instituciones como el INAI y el INE, es decir, México vive un dilema: ¿cómo va a organizarse la vida política en nuestro país en los próximos años y en las próximas décadas, en un formato democrático o en un formato autoritario? Y creo que es lo que se está jugando hoy y es lo que se seguirá jugando, quizás en los próximos meses y en los próximos años. Nada está definido de una vez y para siempre.
¿Qué espera de la manifestación de este domingo?
Entiendo que va a ser una especie de reclamo masivo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que en el momento en que lleguen las controversias constitucionales, la Corte esté a la altura y no permita que lo edificado en términos democráticos sea destruido por una legislación que se ha hecho al vapor, sin discusión y sin consenso de las fuerzas políticas.
¿Aunque desde la Presidencia sigan los ataques a esta concentración?
Es ya una rutina que cada vez se desgasta más. Cuando alguna voz, sea de un partido, de una asociación civil, de un académico, de un periodista, no le gusta al Presidente de la República, inmediatamente se le descalifica, se le pone un adjetivo. Por desgracia, nuestro Presidente no está acostumbrado al debate, cuando alguna opinión, diagnóstico o iniciativa no le gusta, la descalifica poniendo adjetivos, por cierto, adjetivos que cada vez están más deslavados, porque son insultos.
¿Cree que el lopezobradorismo seguirá?
Eso dependerá de cómo votemos en las urnas. Por supuesto tiene posibilidades de refrendar su victoria en 2024, pero hay otras opciones y otros partidos. La moneda está en el aire. Las elecciones de este año en el Estado de México y Coahuila son muy importantes por el impacto que van a tener en el realineamiento de las fuerzas políticas.
¿Habrá alternancia en 2024?
Dicen que es más fácil ser historiador que profeta, y yo me quedo con esa frase.