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Historiadores y arqueólogos lamentaron la muerte de Miguel Léon-Portilla, a quien consideraron como uno de los más grandes historiadores de México, y coincidieron en que sus luchas por las sociedades originarias, la formación de generaciones de historiadores, su trabajo para la declaratoria de zonas arqueológicas como patrimonios mundiales de la humanidad, y su amplia bibliografía son parte fundamental del legado que le deja al país.
El historiador Alfredo López Austin consideró que la obra de Miguel León-Portilla abrió nuevos caminos en la investigación de la historia antigua de nuestro pueblo y que su búsqueda fue principalmente en las bases del pensamiento de los habitantes del centro de lo que hoy es México. “Y fundó su pesquisa en el minucioso análisis de los textos en lengua náhuatl. Como fruto de la obra de Miguel León-Portilla se han desarrollado múltiples vías de aproximación del pasado y, como consecuencia, muchas luchas por el digno aprecio a sociedades que han sido relegadas o vituperadas hasta el presente”, dijo a EL UNIVERSAL.
Por su parte, el arqueólogo Leonardo López Luján indicó que León-Portilla fue un brillante embajador de México ante la UNESCO y gracias a su hábil gestión diplomática y a los expedientes bien conformados que presentó ante el pleno de dicha organización, fueron integrados a la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad los sitios de Teotihuacan, Monte Albán, Palenque, Chichén Itzá y el Templo Mayor de Tenochtitlan, este último en tanto parte del Centro Histórico de la Ciudad de México.
“Los arqueólogos le reconocemos a don Miguel estos nombramientos que no solo implican un enorme privilegio, sino una responsabilidad mayúscula para quienes estamos a cargo de la salvaguarda de dichos sitios”, indicó López Luján.
Enrique Krauze sostuvo que León-Portilla es uno de los más grandes historiadores que ha dado México: “Su obra escrita es gigantesca y lo es también su influencia sobre generaciones de estudiantes y de historiadores. Es un historiador a la altura de los historiadores y grandes cronistas que él estudió. Fue un maestro deslumbrante que nos hizo apasionarnos por sus temas de estudio. Cuando lo conocí en El Colegio de México nos llamaba la atención su capacidad de reír, de inventar frases y chistes elegantes, inteligentes e irónicos, tenía una enorme alegría creativa”, dijo.
El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma indicó que el historiador dejará un vacío muy grande, difícil de llenar. “La historia de México está de luto con su pérdida. Fue defensor de las diferentes lenguas y lamentaba mucho que se dejara de hablar alguna, también fue defensor de las causas indígenas, es mucho lo que se le debe”, comentó.
El historiador Antonio Saborit indicó que es un autor al que será imposible no volver una y otra vez, en función de toda la atención que puso en las fuentes indígenas escritas. “Tuvo gran cantidad de lectores, y como lector lo conocí. Desde su libro, "Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares" hasta sus estudios sobre las literaturas indígenas de México, pasando por su ensayo biográfico sobre Sahagún, creo que la pasión que depositó en la recuperación de las fuentes primarias es notabilísima, en un tiempo, cómo él contaba -al final de 1950- en que muy pocos tomaban en serio el testimonio de las fuentes indígenas. "La visión de los vencidos", "El reverso de la conquista", la antología "Trece poetas del mundo azteca", son libros que no se han dejado de reimprimir, que han creado un enorme interés y un número incalculable de lectores. Muchos adolescentes tuvimos nuestro primer contacto con este universo a través de sus antologías. Fue traductor, muy buen editor, ágil ensayista y, desde luego, un promotor muy serio de los estudios del México prehispánico”, indicó.
Enrique Florescano calificó a León-Portilla como “el gran conservador de la memoria indígena” y destacó sus estudios del México antiguo, así como los libros que hoy guardan el pasado de nuestro país.
León-Portilla siempre convocaba a la reconciliación a través del conocimiento", dijo la historiadora María Teresa Franco, exdirectora del INAH, y lo recordó como un ser humano, intelectual y maestro insustituible: "Conservó a lo largo de su vida la pasión por la investigación, el deseo constante de transmitir a los demás, de ayudar a cualquier interesado en la historia de nuestra patria, y además fue gran conocedor de la historia universal". Franco lo describió como humanista y un ser con una calidad extraordinaria:
"A León-Portilla le encantaba la vida, era un ser que sabía sonreír, tenía un gran sentido del humor. Para la cultura mexicana, fue un un hombre que aportó una visión trascendente. Su pasión por el conocimiento de nuestras antiguas culturas, su conocimiento profundo del periodo virreinal, de las instituciones... para el Instituto Nacional de Antropología e Historia no sólo fue un gran maestro e investigador, sino un acompañante constante para la supervivencia de nuestras lenguas indígenas. León-Portilla siempre convocaba a la reconciliación a través del conocimiento. Siempre tendió a la vida y al gusto por saber de los seres humanos. Sus libros son poderosos, con un mensaje universal. Su voz, su memoria prodigiosa; todo tenía León".
Desde Tijuana, el historiador David Piñera, alumno y colaborador de Miguel León Portilla evocó la importancia que él tuvo en el impulso del estudio de las culturas antiguas de Baja California: "Siendo director del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, Miguel León-Portilla propició la fundación del Centro de Investigaciones Históricas (UNAM-UABC), en 1975, con sede aquí en Tijuana, con el propósito de impulsar la investigación histórica en Baja California. Tenemos como una joya del Instituto la colección Ascensión y León Portilla; en 1991 ellos dos donaron su colección sobre Baja California, que forma parte de nuestra biblioteca".
Piñera contó que una de las virtudes del maestro León-Portilla fue su sensibilidad para ver en la historia no sólo el pasado, sino todo su encanto: "Manejaba el lenguaje con gran agilidad y talento. Escribió páginas admirables de la historia de Baja California, con una actitud siempre de transmitir el interés y el entusiasmo por la investigación histórica regional. Es un momento de luto y admiración a una trayectoria brillante y generosa".
El escritor Alberto Ruy Sánchez, quien con la editorial Artes de México publicó libros de Miguel León-Portilla destaco que él sólo hizo la defensa del mundo indígena muerto, sino del mundo indígena vivo, pero resaltó esa cualidad suya -propia de los genios- de hacer que el mundo sea visto de otra manera. Consideró que una de las dimensiones más asombrosas del trabajo de Miguel León-Portilla fue hacer lo que se llama un giro epistemológico y explicó: "Hacer que el mundo sea visto de otra manera. Lo que hizo con "La visión de los vencidos" fue retomar textos, algunos traducidos y otros no, pero les dio un sentido, no nada más de crónicas; marcó un punto de vista que hace que el mundo sea visto de otra manera. Y lo hizo varias veces: cuando habló de una filosofía prehispánica, y todo el mundo decía que no, él demostró que ese pensamiento sí era una filosofía, uno de sus libros fue "Filosofía del México antiguo". Otra ampliación e inversión del conocimiento fue con el libro "Erótica náhuatl", que acabamos de publicar. Este tipo de acciones, hacer un giro en el conocimiento, es lo que hacen los genios. Entonces es un inmenso profesor, infatigable colaborador de miles de proyectos, sabio, gran maestro, y sobre todo un hombre que ha transformado la manera de pensar del mundo”, indicó el editor.