La reúne 124 piezas del reconocido artista de origen oaxaqueño, fallecido en 2019, con el objetivo de celebrar la obra y producción de Francisco Toledo, así como ofrecer una revisión a la exploración indígena que realizó durante más de seis décadas de trabajo artístico.

La muestra se encuentra abierta en la (Hipólito Taine 212, Polanco) y propone esta revisión de los vínculos entre el trabajo de Francisco Toledo y su compromiso con la comunidad indígena.

Pablo Goebel, fundador de la galería y curador de la exhibición, señala en entrevista que Francisco Toledo fue un importante referente del arte mexicano en el mundo, y que su obra debe ser revisitada para comprender más sobre las ideas y reflexiones del artista oriundo de Oaxaca.

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“Estoy seguro de que la escuela de arte de Oaxaca le debe mucho a Toledo. Es fascinante saber de los inicios de Toledo, tan humildes y sencillos, fue un ser humilde de espíritu y alma, no se sentía de los grandes, trataba de mejorarse en cada trabajo, y es cierto que Toledo no tuvo instrucción formal, pero fue un artista muy informado, muy estudioso, era enérgicamente buscador del intelecto de los otros”, señala el galerista.

Las piezas seleccionadas para la muestra exponen el universo de “fantasías” de Toledo, donde animales como murciélagos, insectos, sapos, monos, tortugas, lagartos, venados, conejos, peces, cabras y vacas, “habitan en un mundo lleno de simbolismos y texturas que evocan la cosmovisión zapoteca”, refiere Goeber.

“Como él mismo comentó alguna vez, estos seres no son fruto de la fantasía, sino recuerdos de su infancia entre Juchitán y Minatitlán, donde estos animales formaban parte cotidiana de su entorno. En la obra de Toledo, estas criaturas cobran vida como representantes de una zoología fantástica, en la que la naturaleza y el arte se entrelazan para crear narrativas profundas y provocadoras”, detalla.

De acuerdo con Pablo Goeber, Toledo fue un representante del arte mexicano porque supo navegar entre el arte tradicional y el arte contemporáneo.

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“Las técnicas occidentales, como el óleo, la acuarela, el gouache, la litografía y el grabado, se fusionan con elementos naturales y rituales artesanales, creando un diálogo constante entre lo ancestral y lo contemporáneo”, señala el curador.

La muestra fue realizada en colaboración con coleccionistas privados e institucionales y expone piezas desde cerámica, escultura, grabados, tapices, dibujos, acuarelas y pinturas, “que mezclan lo onírico con lo mundano, cada pieza refleja la capacidad de Toledo para transformar lo cotidiano en algo mágico”, concluye Pablo Goebel.

La exhibición estará abierta hasta el 23 de febrero, y una parte podrá verse en Zona Maco.

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