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México se caracteriza por ser un país rico en herencia cultural; tan sólo dentro del patrimonio tangible tenemos espléndidos sitios arqueológicos, edificios y centros históricos de gran valor, reservas naturales únicas y sorprendentes paisajes culturales.
Personalmente tengo un profundo aprecio por el patrimonio arquitectónico y el estar en contacto con lugares de alto valor patrimonial me apasiona. Mi tarea a lo largo de más de cinco décadas en la Universidad ha radicado en generar conciencia sobre el patrimonio, es decir, mi labor se ha enfocado en identificar, valorar, conservar, fortalecer, difundir y educar a los futuros arquitectos y urbanistas mexicanos sobre la importancia de conservar nuestra herencia cultural construida.
Recordemos que el patrimonio es aquello que nosotros heredamos y nuestra obligación es entregarlo en buenas condiciones a las futuras generaciones, ya que concentra gran parte de lo que consideramos como nuestra identidad nacional.
Durante 2012 tuve la oportunidad de asesorar los procesos de planeación participativa en tres centros históricos del país, espacios centrales de nuestras ciudades que albergan un invaluable patrimonio histórico, arquitectónico y cultural. Para este proyecto se crearon equipos interdisciplinarios formados por un amplio número de investigadores, profesores y alumnos de diferentes dependencias de la UNAM, entre ellas la Facultad de Arquitectura, la Facultad de Economía, el Programa de Posgrado en Urbanismo y el Instituto de Investigaciones Sociales. Asimismo se sumaron al esfuerzo las universidades de las entidades donde se localizan estas ciudades, como la Universidad de Guanajuato, el Instituto Tecnológico de Campeche y el Instituto Tecnológico de Zacatecas.
No se puede omitir que este proyecto fue realizado a petición de la entonces Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio del Gobierno de México. Fue un proyecto de vinculación muy importante, ya que además se tuvo participación del personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia, así como de autoridades locales y estatales.
Los tres casos seleccionados son centros inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO: Campeche, Guanajuato y Zacatecas. Estos son un precedente para realizar planes parciales en otros centros históricos. Cabe destacar que los centros históricos han sido motivo de atención, de preocupación y de estudio tanto en México como en el mundo; principalmente se ha buscado conocer cuáles son sus características, cuáles son sus problemáticas y cuáles son sus posibles soluciones urbanas.
Es por ello que con este proyecto se intentó generar mecanismos para proteger y fomentar los centros históricos, conservar e incrementar la calidad de vida para sus habitantes, visitantes, trabajadores y para quienes los gozan. Esta labor de planeación participativa constituyó un importante esfuerzo y significó una contribución en las experiencias universitarias de planeación urbana participativa, las cuales son detonadoras de procesos ciudadanos para conservar esos centros históricos que concentran el invaluable patrimonio histórico, arquitectónico y cultural de los mexicanos.
En mi quehacer universitario siempre he procurado que la conservación del patrimonio sea una responsabilidad compartida, por lo que he buscado involucrar profesores, estudiantes y exalumnos ahora profesionistas, así como a las instituciones, propietarios y a todos los ciudadanos que disfrutamos de esta herencia. Esta es la única manera de transmitir un sentido de apreciación y respeto por los edificios históricos y reforzar la identidad mexicana.
Profesor emérito de la UNAM y ganador del Premio Nacional de Arquitectura 2022.