Marina Colasanti, la escritora italo-brasileña fallecida en enero pasado, reconfiguró el imaginario del cuento de hadas tradicional para convertirlo en un territorio de libertad y pensamiento. “Sus textos son como mordeduras de serpiente que enganchan y cambian al lector después de leerlo”, asegura Adolfo Córdova, el escritor, investigador y mediador de la lectura, quien hizo selección y es autor de la nota introductoria del número 151 de la colección Material de Lectura dedicado a Marina Colasanti en la serie Narrativa.

Es él quien asegura que esta edición que reúne nueve cuentos de Colasanti, traducidos por Ave Barrera y publicados por la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, ofrece una selección pequeña, pero muy diversa de cuentos que “son también como talismanes para atraer lectores”, donde podrán encontrar pequeñas piezas maestras en las que la autora une la poesía con la reflexión y el mito en una sola forma literaria.
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“Es una selección pequeña, como lo permite el Material de Lectura, pero bastante representativa, me parece, porque hay cuentos de todos los cuentarios maravillosos que ella publicó hasta el 2015 cuando salió su antología "100 cuentos maravillosos", y además, hay tres cuentos inéditos de estos que no se llegaron a publicar”, señala Córdova, el escritor y también periodista, quien cuenta que desde 2003 empezó a leer todo lo que pudo de ella, sobre todo cuentos de hadas, sus cuentos realistas, novela infantil y también empezó una amistad con ella.
A él le emociona que con este material los lectores de su obra van a reconocer quizá cuentos emblemáticos como el de “La aguja de Marfil” que es una historia que tuvo muchos lectores de su obra “Un unicornio y otros cuentos”, pero habrá otros relatos que tal vez no conozcan, y sobre todo tres que segurísimo la mayoría no ha leído porque estaban inéditos en español.
“Para mí es un acontecimiento muy afortunado y del que me siento muy feliz, es poder poner en circulación a un precio muy accesible entre universitarios de una nueva generación y, para mucha de la gente que conocía a Marina, pero que no la había leído. Me ha pasado que al leer varios de estos cuentos en voz alta la gente queda encantada, o sea, en el sentido de encantamiento, como de decir, ‘quiero más’, o sea, que esta prosa, este lenguaje, este tipo de cuento de hadas habrá de maravillar a quien no conoce la obra y a quien la conoce, pues podrá recordarle la grandísima escritora que fue Marina y el legado que nos dejó a través de su literatura”, afirma Córdova.
También podrá descubrir su manera tan peculiar de hacer estos “cuentos de hadas”, porque no tienen ni una moraleja ni mucho menos dan consejo de una manera propagandística, como dice Adolfo, que, lamentablemente pasa mucho también, en las relecturas contemporáneas de los cuentos de hadas, y que por ello han sido muy denostados desde los años 70.
Dice el autor de “El dragón blanco” y “Ana en todas partes”, que la propia Marina era muy consciente de eso y hasta la fecha, el cuento de hadas es más, un género literario que ya quedó un poco arcaico, por algo no habían publicado sus cuentos de hadas últimamente sus editoriales. Sin embargo, enfatiza que en ella sí hay una mirada desprejuiciada tanto de lo políticamente correcto como de lo que muchas veces se considera incluso adecuado para niños y niñas, que es un concepto siempre muy problemático.
“Pero, además, desde un feminismo, porque Marina se consideraba feminista, sus cuentos tienen un feminismo de ese que nos hace mirar el mundo desde otra perspectiva. No el que está preocupado por cubrir una cuota, por que las mujeres ocupen lugares típicamente ocupados por hombres y que obviamente es una batalla que ha tenido que emprenderse también y Marina en muchos momentos también de su literatura y de su persona encajaba con algunas de estas búsquedas de los feminismos, ella defendía mucho que no razonaba el argumento”, apunta, y agrega que no los escribía pensando en una agenda política.
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Por ello dice que este Material de Lectura será una gran puerta de entrada a su obra, porque será una entrada a su lenguaje y a lo que nos han enseñado los feminismos, que es imaginar otros mundos posibles y en ese sentido ser críticos con el mundo a nuestro alrededor y atravesar opresiones, porque hay muchos personajes opresivos en sus cuentos, como suele pasar con las figuras de los reyes. “Aquí hay varios reyes y ganarle al rey desde la inteligencia, digamos, como desde lo que puede incluso hacer la libertad personal e interior”.
Habla también del tiempo en que ella comenzó a escribir estos cuentos, que eran tiempos de dictaduras y de censores, y dice que a los censores les suele pasar desapercibida la fantasía, pero la fantasía es una forma muy disimulada, muchas veces de criticar la realidad, pero como está el filtro fantástico, a veces al sensor se le se le pierde vista, por suerte, y pasa desapercibida.
“La fantasía es profundamente revolucionaria, y en ese sentido, Marina fue revolucionaria; creó su primer cuento de hadas 1973 en dictadura militar en Argentina hablando de reyes opresivos y mira tú, estamos de vuelta, pareciera, en los grandes imperios, con dictaduras en Latinoamérica y en el mundo que llevan décadas sin poder de ser derrocadas y nuevos reyes tanto de la extrema derecha y de la extrema izquierda que es necesario mirar con una lente crítica y encontrar formas de resistir a eso. Y yo creo que los cuentos de Marina sí, son especialmente vigentes ahora que, con esta vuelta a los faraones, a los reyes y a los mesías ocupando cargos públicos y políticos, es especialmente reveladora, también de cómo desde abajo las personas que no tenemos ese poder, cualquier ciudadano o ciudadana, puede resistir a ello de manera personal, pero también organizada”, concluye Adolfo Córdova.
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