La avenida Vasco de Quiroga está repleta de vendedores; es domingo y la calle Corregidora, que conduce a la parroquia de la Asunción de María , está cerrada por un tianguis; unos cuantos feligreses llegan a misa.
Corregidora es la entrada hacia la Cuarta Sección del Bosque de Chapultepec , un área inmensa, al otro lado del río Tacubaya, que ha sido ajena por décadas al pueblo de Santa Fe, que ha pertenecido al Ejército, que casi nadie conoce, y que ahora el proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura planea integrar a la comunidad. Desde julio de 2021, el público puede ir los domingos hasta la que fue la Fábrica de Pólvora ; sin embargo, a la fecha se ven pocos visitantes; hay más soldados.
Atrio de la parroquia de la Asunción de María, en Santa Fe; por la esquina, en Buenavista, se accede a la Cuarta Sección.
Corregidora y luego las escaleras de la peatonal Buenavista llevan hasta el río Tacubaya, y al frente, unas escaleras conducen a la ermita Vasco de Quiroga, un espacio que fue restaurado por el Instituto Nacional de Antropología de Historia ( INAH ) —aunque no se ha abierto al público como se prometió desde el año pasado.
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A un lado están los manantiales, su agua es pura; antes de perderse en el río que ya baja contaminado, es tomada por un joven para lavar su ropa en una especie de tanque de aguas cristalinas; estrega, enjuaga y la pone a secar al sol sobre un resto de muro histórico. Una promesa del proyecto Chapultepec es que se puedan ver estos manantiales y un anhelo es que las aguas del río se traten.
Las escaleras de Buenavista son la huella de un proyecto que una década atrás comenzó la Fundación Televisa , y donde participaron, entre otros, el arquitecto Mauricio Rocha y la doctora en Urbanismo Cecilia Barraza.
El río Tacubaya, a esa altura, no está entubado. Las aguas están contaminadas; a un lado está el manantial.
Rocha es hoy responsable del Plan Maestro de la Cuarta Sección , por invitación de Gabriel Orozco, que fue elegido por el Presidente Andrés Manuel López Obrador para encabezar todo el plan. Cecilia Barraza, como entonces, trabaja en la socialización con la comunidad.
La restauración de la ermita —que a finales del año presentó el propio Presidente a través de un video— fue una de las primeras acciones en la Cuarta Sección del Bosque, un área de 73 hectáreas, parte de las cuales ha ido liberando el Ejército mexicano —imposible saber cuánto ha liberado porque aún se les ve en diversos puntos—; se pretende integrar como parte del proyecto que impulsa la Presidencia.
Las escaleras que conducen hacia la ermita son una alternativa que los pobladores de Santa Fe toman para, a través de un edificio privado y luego de enseñar su credencial de elector, cortar camino y pasar al otro lado, hacia la avenida Constituyentes.
Al lado del río Tacubaya se conservan restos de un muro histórico. Con agua del manantial, un joven lava su ropa.
Entrar a la Exfábrica
De este lado del río Tacubaya ha quedado atrás el bullicio del entorno de la avenida Vasco de Quiroga. Una familia —los padres y dos hijos— toca una puerta metálica que tiene un gran letrero: Ejército Mexicano. El padre pide acceso para ver el espectáculo de danza colombiana que se ofrece el domingo, la militar lo permite; aún son tímidas las visitas a la programación de la Exfábrica de Pólvora.
Este edificio histórico —que deberá ser restaurado— es el primero de una serie de instalaciones que se prolongan al interior del bosque donde huele a árboles y el aire es frío y puro. El espacio es generoso y se ha adaptado para ser escenario de espectáculos; jóvenes atienden a los que llegan —pocos, todavía—; una funcionaria de la ciudad hace una encuesta con los visitantes para saber qué piensan del Metrocable que llegará hasta esa zona, y que anunció hace poco la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum .
Tras el mural se halla el manantial, un patrimonio natural de la zona. Al fondo, la puerta que conduce a la Exfábrica.
Atrás de la Exfábrica hay numerosas instalaciones, cuyo destino no se conoce. Múltiples edificios, o esqueletos de edificios que fueron parte de esa fábrica de pólvora, están vacíos; no son históricos.
A un costado se abre una vía completamente rodeada de bosques; van apareciendo más edificios entre rejas. Tampoco es claro el destino que éstos tendrán.
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Se sabe que habrá un museo de la Guardia Nacional, o Pabellón , sobre la historia del lugar, pero el punto exacto en estas instalaciones y quién lo creará y qué contará no son tema que las autoridades al frente del proyecto hayan difundo.
¿Para qué otro museo dedicado a una instalación militar? Esa pregunta surge al ver el bosque.
Dos kilómetros adelante, después de dejar atrás un amplio comedor militar, comienzan a aparecer los edificios, también del siglo XX, donde estarán la Bodega de Museos y la Cineteca.
Una familia pide acceso a los espectáculos en la Exfábrica; aunque ingresa, el Ejército nunca deja abiertas las puertas.
Primero están los que serán bodega: frente al que fue un campo de tiro del Ejército, están las viejas instalaciones en las que se conservarán las obras de arte de museos del Instituto Nacional de Bellas Artes ; a lo largo de más de un kilómetro se prolongan estos inmuebles de un piso de altura. De acuerdo con la información que publicó recientemente la Secretaría de Obras y Servicios de la CDMX, se llamará Bodega Nacional de Artes y Talleres de Arte y Oficios y tendrá cuatro bodegas de arte, una bodega de arte visitable, una mediateca que contenga digitalizado el acervo de obras de arte que guarda la bodega, una biblioteca de mediación, ocho talleres de oficios del CECROPAM, ocho talleres de artes y oficios, galería, cafetería, restaurante y estacionamiento.
Desde fuera y, a través de las rejas, se ve una vía interior que comunicará todos los espacios. Este proyecto todavía no se licita para su construcción; la inversión, de acuerdo con lo publicado por la Secretaría de Obras y Servicios de la CDMX , será de 500 millones de pesos.
Al final del conjunto de la que será la bodega, un control militar cierra el paso. No es un área abierta al público, es restringido, dicen los militares y piden identificaciones. Entonces hay que regresar; al acceder por la que será la parte de atrás de la bodega, la vía hace varias curvas, a un lado están algunos edificios de vivienda de militares.
Son muy escasos los visitantes a los eventos en la Exfábrica. Este inmueble, abierto en 2021, será restaurado.
Y más allá, en una elevación, aparece la que será la sede de la Cineteca ; como es domingo, no se ven trabajadores laborando; también ahí el acceso está bloqueado. Sólo se ve la alta estructura que fue la ensambladora, de varios pisos; atrás de esa estructura se ha avanzado más en los trabajos a cargo de la constructora Desarrollo Sustentable Arro S.A. de C.V; el contrato fue por 135 millones de pesos. Ahí estará el complejo de cines que, de acuerdo con las autoridades de la CDMX, abrirá este año.
Las obras en la Cineteca Chapultepec comprenderán la intervención en fachadas de la nave industrial exensambladora de Armas, dos salas de cine para 400 personas, cuatro salas para 200, dos salas para 100, una sala de exposiciones temporales, tienda, restaurante, restaurante-bar, cafetería, dulcerías, librería, taquillas, almacén, oficinas administrativas, áreas de servidores, sanitarios, comedor para personal y bodega.
Bodega y Cineteca no están unidas, pero sí son cercanas; en sus alrededores quedan restos de polvorines, y este entorno podría convertirse en espacio público y hasta área de juego.
73 hectáreas, área de la Cuarta Sección que entregará el Ejército; todavía ocupa buena parte del espacio
Al frente, a la distancia, se divisa el pueblo de Santa Fe; al bosque que está lleno de altos árboles no llega el olor fétido de esa parte del río, que hace una caprichosa isla. Todavía no hay otras formas de acceso para la gente del pueblo a ese lugar, más que la puerta que custodia la militar; los accesos son un gran pendiente —el Metrocable podría resolver esa parte y la idea es que una de sus estaciones llegue a la Cineteca—. Una propuesta es abrir un puente que a esa altura de la Cineteca y la Bodega conecte con el pueblo.
Otro pendiente es la salida del Ejército para que en realidad éste sea un espacio público . La promesa del proyecto es que los habitantes del pueblo de Santa Fe, que no tienen espacios públicos, ahí los encuentren. Sin embargo, por ahora aquí prácticamente no llega nadie a pesar del anuncio de una programación. Hace falta difusión y, sobre todo, puertas y accesos abiertos para que muchos hagan suya la Cuarta Sección del Bosque de Chapultepec. El comercio , los edificios privados y el Ejército todavía ponen trabas a ese acceso.
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