Investigadores de la UNAM, El Colegio de México y el INAH escribieron 10 ensayos en los que desde diferentes aristas abordaron la última etapa indígena —previo a la caída de Tenochtitlán—, el proceso de Conquista y el inicio de la época colonial, para conformar el libro 1519. Los europeos en Mesoamérica.
El libro, publicado por la UNAM, fue una iniciativa del Instituto de Investigaciones Históricas, que surgió luego de realizar el ciclo de conferencias El historiador frente a la historia, en 2019, donde los especialistas en el siglo XVI analizaron la caída del imperio mexica a manos de los españoles y sus aliados indígenas.
Entre los ensayos están “Las posibles causas de la caída de Tenochtitlan y Tlatelolco”, de Eduardo Matos Moctezuma; “El impacto demográfico y ambiental del encuentro de dos mundos en Nueva España”, de Gisela von Wobeser; “Supuestos peninsulares de la conquista de América”, de Óscar Mazín, e “Intérpretes y traductores. Mediadores culturales en tiempos de conquista y de dominación”, de Berenice Alcántara Rojas.
Pablo Escalante realizó el texto “Los pueblos de indios en el siglo XVI. Cambio cultural, liturgia y sincretismo”. Sin embargo, el doctor en Historia por la UNAM asegura que antes de hablar de cambios es preciso explicar que el concepto “pueblo de indios” es una categoría jurídica colonial para denominar a los señoríos indígenas que se habían transformados en “cabeceras”, con gobernador y ayuntamiento.
10 ensayos escritos por historiadores conforman el nuevo libro 1519. Los europeos en Mesoamérica.
“De esta forma, el concepto ‘pueblo’ no tiene una connotación del tipo de asentamiento. En general, eran espacios urbanizados, más bien ciudades, pero con esa denominación jurídica de ‘poblaciones’ y eran el alma de la vida indígena en el mundo novohispano. La continuidad de la cultura indígena, la estructura, la supervivencia, la fuerza de la cultura indígena ocurrió al amparo de la estructura de los pueblos de indios”, sostiene el investigador.
“En todos estos pueblos, una parte importante tiene que ver con la vida religiosa, como lo había sido en la época prehispánica, pero ahora era otra religión. Es decir, se trata de otra religión totalmente distinta, pero no se trata de otra religiosidad, ese es el gran asunto para comprender el siglo XVI y lo que viene después”, indica Escalante.
La religiosidad indígena, añade, fue “vaciada en las formas de una nueva religión, de una nueva religión institucional. El término de liturgia incluye todas las manifestaciones mediante las cuales los miembros de la iglesia se expresan religiosamente, participan en el culto y por tanto, el arte, es parte de la liturgia”.
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