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Uno de los sismo más catastróficos que se ha experimentado en la Ciudad de México, fue el ocurrido en la madrugada del 28 de julio de 1957, con una magnitud de 7.8 en la escala de Mercalli, con epicentro en San Marcos, Guerrero; que dejó a la Ciudad sin el gigantesco ángel dorado símbolo de la Independencia.
La caída del Ángel de la Independencia fue el suceso que marcó históricamente ese temblor, pues nunca se había dañado el monumento desde su creación en 1910 a petición del presidente, Porfirio Díaz . El impacto destrozó casi por completo el ángel, únicamente una pierna y un brazo pudieron salir ilesos.
Dichas piezas fueron adheridas al nuevo monumento restaurado que hasta un año después, el 16 de septiembre de 1958 se reinauguró. Actualmente, los restos de la cabeza se encuentran exhibidos en la entrada del Archivo Histórico de la Ciudad de México.
Columna del Ángel después del movimiento telúrico. Foto: Hemeroteca El Universal
En las crónicas de EL UNIVERSAL se incluyó una del rescate entre los escombros de una sobreviviente; la elevación en el precio del vidrio debido a que éste mercado se volvió muy solicitado tras el siniestro y también sobre la pérdida de algunos animales en el Zoológico de Chapultepec.
Así fue como EL UNIVERSAL narró la caída del símbolo de la Patria y otras historias en relación al sismo de 1957.
Recogieron el Ángel Caído
30 de julio de 1957
Es probable que el metal se funda para hacer una nueva estatua
En la madrugada de hoy volvió a congregarse mucha gente frente a la Columna de la Independencia para presenciar las maniobras que llevaban al cabo varias cuadrillas de trabajadores del Departamento del Distrito Federal. Cumpliendo órdenes del Director de Obras Públicas, ingeniero Manuel Moreno Torres, los trabajadores estuvieron recogiendo todos los fragmentos del destrozado Ángel.
Por cuanto a la parte maciza que quedó del remate, a base de jalar con potentes grúas, se logró hacer un levantamiento para luego proceder a llevarse el material en camiones.
Foto: Hemeroteca El Universal
El ingeniero Humberto Santiago López, que dirigía las maniobras, explicó que calcula que la mole que se vino por tierra con el temblor, tenía un peso de más de seis toneladas .
Se pudo apreciar que por dentro, el Ángel, que por cierto tiene la figura de una mujer alada, sólo tenía concreto, vigueta y varilla redonda. En el exterior es sólo bronce y el dorado se hizo a base de fuego, realizándose un trabajo de gran calidad.
Posiblemente el bronce pueda ser nuevamente fundido para aprovecharse en el nuevo Ángel que se modelará y que servirá de soberbio remate a la Columna de la Independencia.
Foto: Archivo
En Apoyo a la Idea de una Colecta Para Reparar la Estatua de la Independencia
Fuerte corriente en los sindicatos obreros. Llegada de funcionarios de la Cámara Mexicana de Comercio en los EE. UU.
Una corriente de opinión hubo ayer en los sindicatos obreros en el sentido de que haya una colecta nacional, tanto para ayudar a los damnificados por el temblor, como para reconstruir la estatua de la Independencia.
Propició esta corriente de opinión el señor Agustín Sánchez Delint, secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas, quien expresó que aunque estaba seguro de que el Presidente de la República ocurriría en el auxilio de las clases menesterosas damnificadas por el sismo, consideraba conveniente la unidad de todo el pueblo para acudir a ayudar a los damnificados en esta Capital y en el Estado de Guerrero, así como realizar una colecta nacional para la reconstrucción de la estatua a la Independencia.
Foto: Archivo
También el líder del sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera, Manuel Sosa Campaña, secretario de prensa de ese organismo, se pronunció por una campaña nacional de auxilios a los damnificados y para reconstruir la estatua a la Independencia, pero haciendo la salvedad que sea el propio gobierno el que la encabece.
Esta corriente de opinión fué también sostenida por otros dirigentes obreros.
Por otra parte, y en señal de duelo por las consecuencias del sismo, la Unión de Obreros y Empleados de Artes Gráficas del D. F. suspendió los festejos que había preparado para ayer en ocasión del “Día del Tipógrafo”.
Será en la Alameda la ceremonia en honor al Padre Hidalgo
A consecuencia de los daños que causó el sismo en la Columna de la Independencia, la ceremonia de conmemoración del CXLVI aniversario del sacrificio de don Miguel Hidalgo y Costilla será en la Alameda Central, sobre la Avenida Hidalgo.
Foto: Archivo El Universal
Serenidad ante todo
Recomendó el Presidente de la República. Expresó la gratitud del Gobierno por el alto espíritu de solidaridad que ha puesto de manifiesto el pueblo de México. Recorrido del Primer Magistrado
Nota de Guillermo Hewett Alva
El Presidente de la República, don Adolfo Ruiz Cortines , expresó ayer la gratitud del Gobierno por el alto espíritu de solidaridad que ha puesto de manifiesto el pueblo de toda la República para prestar ayuda a las víctimas del temblor ocurrido el domingo pasado.
El Primer Magistrado hizo estos comentarios durante el recorrido que efectuó ayer en la mañana acompañado del Secretario de Salubridad y del Jefe del Departamento del Distrito.
A preguntas que le hicieron los periodistas, comentó que la magnitud del siniestro ha ocasionado cuantiosos daños materiales que aún no ha sido posible precisar, la deplorable pérdida de vidas y más de 500 heridos en su mayoría leves, en esta Capital, así como alrededor de 20 fallecimientos en Guerrero sin que se pueda conocer aún el número de heridos y las pérdidas materiales que hubo allí.
Foto: Hemeroteca El Universal
El Jefe del Ejecutivo dedicó toda la mañana a inspeccionar los lugares que desde el domingo los técnicos oficiales y las informaciones de toda índole habían señalado como más damnificados.
El Presidente pidió medidas inmediatas y efectivas para restaurar la simbólica Columna de la Independencia, casi toda la cual es restaurable inmediatamente, incluso el ángel que la remataba. De ese lugar el Jefe del Ejecutivo se trasladó a la esquina de Álvaro Obregón y Frontera, donde ocurrió el mayor número de pérdidas humanas (hasta ayer se habían rescatado 12 cadáveres y se suponía que aún podían hallarse 3 o 4 más).
Foto: Hemeroteca El Universal
Después visitó los multifamiliares “Benito Juárez”, donde en uno de los tres, Departamento “B” -que fueron los más dañinos- se desprendió de la escalera externa. Ello hizo que tanto éste como los dos fueran desalojados. Se calcula que en esos departamentos “B” habitaban 2.000 personas, de las cuales afortunadamente no hubo defunción alguna que lamentar.
El recorrido
El Presidente Ruiz Cortines inició su recorrido a la hora mencionada, por la Columna de la Independencia, observando con expresión de pena el simbólico ángel dorado que coronaba el hermoso monumento. Consultando con sus colaboradores fue enterado de que no será preciso demoler la columna para reparar el Altar Patrio, y dispuso que a la brevedad posible se ejecuten las obras necesarias para que el Ángel vuelva a ocupar el sitio que tuvo por tantas generaciones.
Foto: Hemeroteca El Universal
Se trasladó de allí a la esquina de Álvaro Obregón y Frontera, en donde bomberos, ambulantes, soldados y voluntarios han estado trabajando incesantemente. Estuvo después en el edificio de la avenida de los Insurgentes, propiedad de “ Cantinflas ”, que también quedó arrasado por el sismo y de allí se dirigió al Multifamiliar “Juárez”, en donde también causó destrozos el fenómeno telúrico.
Dramáticamente fue rescatada con vida una de las víctimas
La señora de Cohen, que fue sacada casi en agonía, murió ya
Veintenas de personas, de todas las clases sociales se encontraban presenciando antier a las doce de la noche, las maniobras de rescate que realizaban nuestros gloriosos soldados del Cuerpo de Zapadores, bomberos, algunos policías y miembros de la benemérita Cruz Roja, cuando sintieron la angustia que producía el rumor que comenzó a correr: “Hay una señora con vida, enterrada…”
Todos trataban de acercarse lo más posible al hacinamiento de piedras, fierros retorcidos, muebles destrozados y ropas desgarradas, ladrillos y tierra, para ver mejor la maniobra. No era posible que todavía hubiera alguien con vida, se pensaba.
El murmullo aumentaba. Uno de los ingenieros militares que dirigen la labor de rescate y de escombrar el sitio, daba órdenes al conductor de una pesada, “pala automática”, para que metiera aquel artefacto debajo de una enorme lápida de cemento y fierro que estaba tirada. La grúa levantaba, como si fuera una pluma, todo un piso de madera y parte del techo de donde pendía un modernista candil.
Foto: Hemeroteca El Universal
Los socios de la benemérita Cruz Roja se movían de uno a otro sitio buscando el lugar preciso en donde colocar la camilla que habría de recibir a la mujer que iban a rescatar. Los médicos estaban ahí listos, con la jeringa y la sustancia química en la mano.
Eran minutos de expectación constante. Todos querían trabajar lo antes posible, pero había que realizar la maniobra lentamente, pues, en caso contrario, podría provocarse una tragedia en lugar de un salvamento.
Con gran cuidado se logró quitar la lápida que estaba sobre la mujer y que apenas si levantaba tres centímetros de ella. Rápidamente el cuerpo fue tomado en brazos de miembros de la Cruz Roja. Desgraciadamente estaba muerta, pero como si el destino así lo hubiera querido, esa mujer que ya era cadáver, había formado una especie de cuna, con su cuerpo bajo el cual estaba otra señora, a la que se veía abrir y cerrar los ojos.
Iba a ser sacado este segundo cuerpo, cuando la lápida se partió en dos cayendo sobre una varilla de fierro que la sostenía apenas. Los hombres que realizaban el rescate tuvieron que saltar hacia atrás para evitar quedar aplastados. Nuevamente había necesidad de iniciarse la maniobra que durante cinco o diez minutos, al cabo de los cuales era sacado el cuerpo de Susana Menrey Pardo de Cohén, de 43 años de edad, y la cual presentaba infinidad de amoratamientos en la cara y resto del cuerpo.
Respiraba con dificultad. Sus ojos inmensamente abiertos miraban a uno y otro lado como buscando a alguien. También para sus salvadores había miradas de agradecimiento y hasta una pretendida sonrisa que se convertía en rictus de dolor.
Acopio de víveres tras el terremoto de 1957. Foto: Archivo El Universal
En la camilla fué llevada hasta la ambulancia número 8 de la Cruz Roja. Tras de la ambulancia, a pie, corrían cinco hombres desesperados: el esposo, Salomón Cohén, era quien encabezaba al grupo al que seguían el hermano y otros parientes que gritaban histéricamente y reían de gusto, sabedores de que aquélla estaba viva.
Apenas colocada en un cubículo de la sala de emergencia para mujeres del hospital de la Cruz Roja, le fué aplicado el pulmotor para darle oxígeno. Susana respiraba ya con mayor seguridad. En las venas de sus brazos y en el corazón se le aplicaba “Coramina'' y otras sustancias. Pero estaba gravísima. Había respirado demasiado gas butano que escapó de los tanques y tubería que se rompió.
Se quejaba mucho la señora por los intensos dolores que sentía. Su rostro densamente, pálido contrastaba con el color violáceo de las contusiones abajo de los ojos y en la mejilla izquierda.
Desgraciadamente a las 16.30 aquella mujer que había pasado tantas horas debajo de los escombros, de cincuenta o sesenta toneladas, entraba en agonía. Se hizo lo indecible para rescatarle a la muerta, pero todo inútil. Faltaban cinco minutos para las cinco de la tarde cuando dejaba de existir Susana Banrey de Cohén. Afuera, los parientes daban gritos de desesperación y de dolor. Esposo y hermano se arrojaron sobre el cadáver de Susana pretendiendo impedir que se les fuera para siempre, como ya había ocurrido en realidad.
Foto: Hemeroteca El Universal
En cuanto al número de víctimas de este sitio, ha seguido aumentando ya que a medida que se van quitando los escombros, van quedando a la vista, cuerpos de mujeres, hombres, niños y ancianos que encontraron una de las muertes más dolorosas y dramáticas de cuantas pueda haber.
Tardarán todavía unas treinta horas los soldados, bomberos, policías y miembros de la benemérita Cruz Roja, en su tarea de remover totalmente los escombros de ese edificio que constaba de cinco pisos y que vino por tierra como si hubiera sido construido con naipes.
Muchos son los vidrios rotos
Y para reponerlos habrá de pagarlos la ciudad a muy alto precio
En medio de los innúmero males que trajo consigo el sismo de la madrugada del domingo, uno de los más generalizados es el de la rotura de los vidrios de los ventanales de la casi totalidad de los edificios que hay en el Distrito Federal, las pérdidas es de varios millones de pesos.
Pero el mal no para allí, sino que los vidrieros, considerando que “ha llegado su momento”, están creando la escasez de vidrio, especialmente el plano, que es el más usado en los ventanales, para forzar a una elevación en el precio del mismo.
Antes del temblor el vidrio plano sencillo se cobraba en el comercio a un precio de ocho pesos el metro de longitud por medio de anchura, que son las medidas más usuales para la mayoría de las ventanas de los edificios
Foto: Hemeroteca El Universal
Ayer, al abrir sus establecimientos, el vidrio se compró a dieciséis pesos el metro de longitud por medio de anchura. Ya de cristales biselados, ni se hable, pues se consideran artículos de lujo.
Se estima de momento que la producción nacional de vidrio quizá no sea suficiente para el consumo que ahora se presenta; pero en caso de ser así, se autorizará la importación de determinadas cantidades de acuerdo con los propósitos presidenciales de ayudar, lo más posible a los que sufrieron con el terremoto.
Afectó el Temblor a los Animales de Chapultepec
Sólo la oportuna intervención de los veterinarios evitó mayor mal
Instintivamente los huéspedes del zoológico presintieron el fenómeno y desde la medianoche del sábado sembraron el pavor con los rugidos que se originaron en su desesperación
Nota de MIGUEL T.
El temblor tuvo efectos casi mortales en muchos animales del Zoológico de Chapultepec, según supimos ayer, y si no hubiera sido por la oportuna intervención de los veterinarios y por las atenciones especiales que por orden de la administración se les están impartiendo, muchos y valiosos ejemplares se hubieran perdido, entre ellas las jirafas, los leones y los tigres, los elefantes y varias aves.
Los animales selváticos, por un instinto muy agudo que heredaron de sus antecesores, presienten los fenómenos telúricos y meteorológicos con mucha anticipación y esto hace que tomen dispositivos para prevenirse de las calamidades que puedan sobrevenir.
Así se dan cuenta de que va a caer una tormenta, que viene sobre ellos una marabunta, que va a temblar, el desbordamiento de los ríos, etc.
Los animales se aprestan a defender a la prole si la tienen, o a defender su vida a como dé lugar. El estado nervioso en estos casos es de suma excitabilidad y es muy peligroso encontrarse con ellos cuando el pavor los hace alejarse precipitadamente del lugar de peligro.
No hay barrera suficiente que los detenga, especialmente a los felinos, a los grandes paquidermos, a los rumiantes del tipo de jirafas y las cebras.
Las aves procuran emprender el vuelo lo más pronto posible antes que las rachas de viento, la lluvia o cualquier otra circunstancia los ponga en imposibilidad de volar alto y a largas distancias. Sólo quedan esperando lo que haya de suceder en los nidos con cría, los padres, y de éstos, al fin madre, es ella la más abnegada que prefiere morir antes de abandonar a sus polluelos.
Foto: Hemeroteca El Universal
Los felinos, se nos aseguró, sienten un temblor hasta, del grado 2 de Mercalli, lo que no pasa con el hombre, quien apenas si empieza, a ser sensible a estos fenómenos desde el grado 4 ó 5.
Así pues, desde la medianoche del sábado pasado comenzaron los rugidos de los leones, panteras y tigres, aullidos de coyotes y hienas; los chillidos de los monos y la desesperación de las jirafas, que al ser completamente mudas, su actitud es más imponente, pues corren de un lado a otro con sus largas patas y a ratos otean abriendo sus grandes fosas nasales.
Aquello -nos contó un guarda- parecía el fin del mundo; pero cuando el sismo llegó a su máxima intensidad y las jaulas y madrigueras se sacudían, cayendo, inclusive, algunas piedras de sus cuevas, esos sacudimientos y todos los ruidos producidos por el sismo encontraban gran eco en las pequeñas cuevas, aumentando el pavor de los animales prisioneros.
Los felinos daban grandes zarpazos tratando de escapar, y los monos no dejaban grieta propicia de sus jaulas por donde sacar sus manos en demanda de auxilio, en medio de sus agudos chillidos.
Al terminar el baile orogénico, hubo que esperar hasta veinte horas para que la excitación se calmara, procurando darles en el agua bromuros y otros calmantes. Murieron un águila caudal, ejemplar muy caro y otros pájaros también costosos.
Foto: Archivo El Universal
Muchas personas salieron ayer a la calle por temor
Durante hora y media la gran mayoría de los capitalinos volvieron ayer a vivir la angustia y el terror, al suponer que repetiría el sismo de la víspera.
Esto hizo que de la una y media de la mañana a las tres salieran a la calle refugiándose principalmente en parques y jardines cientos de personas que llevaban en brazos, muchas de ellas, a sus hijos.
En las calles pudo observarse también a infinidad de familias enteras teniendo a su lado hasta objetos de valor o que para ellas son indispensables en su vida.
Al convencerme de que el sismo no había repetido decidieron regresar a sus habitaciones y dormir, ya más o menos tranquilos.
fjb