Para , una de las figuras centrales para que la Ley de Fomento a las Industrias Creativas del Estado de Jalisco fuera presentada a los diputados locales en 2023, la mejor forma de comprender las industrias creativas es desentrañando lo poderosa que puede llegar a ser una idea. “Por definición, el término se basa en la propiedad intelectual. Si lo aterrizo más, tiene que ver con cómo algo tan intangible se hace realidad”, explica y enumera la cadena de empleos que detonó "Harry Potter", de J. K. Rowling: desde la industria editorial hasta el mundo del cine y el del entretenimiento con su parque temático. “Eso es la industria creativa”, recalca.

La definición de Pegueros coincide con la mayoría de los manuales, artículos y páginas web que describen la llamada “economía naranja” o creativa. Pero el ejemplo de "Harry Potter", uno de los más ambiciosos, bien podría contrastar con todo lo que falta para detonar la economía creativa en México.

La historia de Pegueros —diseñador gráfico especializado en imagen corporativa, diseño editorial y desarrollo de productos, quien no se considera un gestor de industrias creativas sino un empresario creativo, “un diseñador que se convirtió en empresario creativo”, dice— es fundamental para trazar un camino en el que México está, a la par, picando piedra y a la vanguardia, puesto que se convertiría en el segundo país de América Latina en tener una ley de economía naranja (Colombia, el otro).

La experiencia que obtuvo con Antavia, su empresa de diseño y producción de proyectos de interiorismo; en la Cámara de Comercio de Guadalajara como jefe de Diseño e Industrias Creativas y como enlace Internacional de IIDA (International Interior Designers Association), en su capítulo estatal, lo lleva a involucrarse con el(CPID), del que se volvió director de 2020 a 2023. El CPID es, explica Pegueros, una asociación civil, fundada hace 14 años, que promociona, capacita, desarrolla y lanza internacionalmente proyectos integrales de la industria creativa.

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Alejandro Pegueros es diseñador gráfico especializado en imagen corporativa, diseño editorial y desarrollo de productos. Foto: de Antavia

La componen distintas asociaciones: la iniciativa privada, representada por colegios de distintas profesiones y colectivos de diseñadores y creativos; parte de la academia, representada por universidades que tienen carreras de base creativa en Jalisco (desde escuelas especializadas de moda o cine hasta universidades como la de Guadalajara o el Tecnológico de Monterrey) e instituciones gubernamentales. “Eso nos da margen para actuar en favor de las industrias creativas en un montón de campos”, afirma.

“Cuando asumo esto, me doy cuenta de la enorme responsabilidad de darle continuidad a lo que se viene haciendo, provocar cosas nuevas. Una de las principales dolencias son estos cambios trianuales y sexenales en todo México, donde tenemos que trabajar programas de la mano de los distintos gobiernos; si queremos que los despachos de diseño empiecen a exportar sus productos y servicios nos dirigimos con la Secretaría correspondiente para pedir apoyos en un proyecto. Nos dimos cuenta que había que tocar puertas, que había que evangelizar respecto a las industrias creativas. Algunos lo entendían; otros, no. Pero es un hecho que necesitábamos no volver a hacer lo mismo cada tres años y que los gobiernos entendieran la importancia de la creatividad profesional como factor de desarrollo económico; que abrazaran esto, prácticamente, como una política de estado”, cuenta y, a la par, se postula para el Creative Leadership Programme del British Council, cuyo objetivo principal es descrito en su página oficial como “desarrollar y enriquecer las habilidades de los líderes creativos y culturales para una mejor gobernanza de sus organizaciones y proyectos”.

Además de que una buena parte de este aprendizaje se da de primera mano, con la experiencia de profesionales creativos y culturales del Reino Unido y México durante una estancia de una semana en Edimburgo, Escocia y Reino Unido.

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año pasado, uno de los principales eventos de economía creativa. Foto: de CONSEJO PROMOTOR DE INNOVACIÓN Y DISEÑO
Actividades con un robot, en el Media Arts Festival Guadalajara del año pasado, uno de los principales eventos de economía creativa. Foto: de CONSEJO PROMOTOR DE INNOVACIÓN Y DISEÑO

Si bien no fue el caso de Pegueros, puesto que su generación (2020-2021) se integró en el confinamiento (durante dos meses fue capacitado de forma virtual), sí explica que, tras su estancia en el programa, comprendió la importancia de que el gobierno abrace las industrias creativas y tuvo el disparador que lo llevó a poner manos a la obra en la ya citada iniciativa de ley; las herramientas necesarias, en otras palabras.

La gerente de Artes del British Council México, Alejandra Montemayor, explica que el programa, que lleva ya cinco generaciones, es personalizado, dependiendo de los proyectos que se seleccionaron, con la presencia de expertos de talla internacional: cinco talleres, 15 ponentes, visitas guiadas y los aspectos logísticos (hospedaje, traslado, gastos médicos) que cuestan, quizá, de 130 mil a 170 mil pesos por persona. Montemayor habla también del concepto economía naranja (el color se relaciona a la creatividad): es un término que acuñó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y es más famoso en América Latina debido a que el propio BID acompañó el proceso en Colombia para implementar la ley naranja en 2017.

Para el caso mexicano, fue en noviembre del año pasado cuando se anunció la iniciativa de ley con abanderamiento de la diputada de Movimiento Ciudadano, Gabriela Cárdenas Rodríguez, quien ganó la elección y estará también en la próxima legislatura, que inicia el 1 de septiembre, mes en el que se cree sea aprobada la Ley.

En noviembre, entonces, se dio el anuncio, pero la presentación oficial sucedió en sesión del Congreso estatal a principios de febrero. Su primera lectura fue entre enero y febrero, mientras que en 2023 se desarrollaron las sesiones de parlamento abierto con la comunidad creativa para la redacción de la Ley. Pese a que, tras el proceso electoral, Movimiento Ciudadano sólo mantuvo cuatro curules en el Congreso local, es el partido naranja el que impulsa la Ley. En la página de la LXIII Legislatura del Congreso de Jalisco se publica que el 28 de febrero se estaban afinando detalles de la Ley.

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“Hubo una primera lectura a finales del año pasado. Luego se pasa a segunda lectura, algo que es común para afinar detalles porque puede haber observaciones de algunos otros legisladores. Incluso, antes de pasar a la segunda lectura, hicimos un par de ejercicios de Parlamento abierto donde se invitó a líderes creativos, empresarios y gente de la Academia a revisar la redacción; se hicieron algunos ajustes, y vino el periodo electoral que, de pronto, mueve mucho los tiempos en temas. Ahora, prácticamente sólo se están haciendo ajustes”, explica Pegueros.

El principal reto ante las autoridades de los diferentes niveles de gobierno es algo que le parece imposible que siga sucediendo: “No se entiende la capacidad generadora de la economía creativa. Es poco vista y se tiende a considerar que es prácticamente decorativa, algo entretenido y hasta pintoresco, pero creo que, sobre todo, nuestro trabajo es seguir señalando que la economía creativa genera muchísimo y, además, lo hace de una forma generosa: con menos contaminantes que otras industrias, de forma más incluyente y, algo muy importante, es transversal a otras industrias”.

Entre los ejes más interesantes que la Ley proyecta cabe mencionar la agenda única para Industrias Creativas y el impulso a estímulos fiscales. La directora de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) en Jalisco, Romelia Álvarez, quien ha colaborado con el CPID, dice que, como todas las leyes, lo que ésta busca es dar certeza jurídica a los involucrados: “Tiene un componente cultural y uno económico, lo cual la hace compleja”, destaca y ve como mayor reto la implementación de la misma, “contar con los recursos humanos y de infraestructura necesarios para que se lleve a cabo y funcione. El reto es que opere porque, como toda ley, va a ser perfectible”.

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