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A través de ocho cartas que a lo largo de ocho años Mario Vargas Llosa le envió a la ‘socialité’ Isabel Preysler, el Premio Nobel de Literatura le externó frases amorosas como: “Qué revolución has causado en mi vida, amor mío”, “Pienso en la impagable dicha que será vivir toda una vida a tu lado” y “Te quiero mucho y te mando muchos besos y palabras bonitas para esas orejitas que parecen dos signos perfectos de interrogación”.
Entre esas cartas, escritas a mano, que Preysler ha publicado en su autobiografía “Isabel Preysler. Mi verdadera historia” (Espasa), la actriz desmiente que el escritor no fuera feliz a su lado.
Las cartas del Nobel son la parte más atractiva de la biografía, de la cual Isabel Preysler habló en exclusiva con la revista “¡Hola!” y que luego presentó a los medios de comunicación.
En la entrevista, Preysler afirmó que empezó a escribir su autobiografía antes de que Vargas Llosa falleciera, el pasado 13 de abril. En el libro también aparecen imágenes y transcripciones de estas misivas.
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En total, las epistolares recopiladas en la autobiografía son ocho: cuatro que Preysler recibió al principio de la historia de amor y otras cuatro que corresponden a los últimos años:
“Que el lector saque sus propias conclusiones”, afirma Preysler, quien en el libro publica también una carta que ella le envió a Vargas Llosa al final de la relación, en la que le dice: “Por favor, manda a alguien a recoger todas tus cosas”.
Sobre esas cartas, Isabel Preysler dijo a la revista “¡Hola!” que “reflejan la realidad de mi historia con Mario, sin intermediarios ni interpretaciones de cómo era nuestra relación. Ahí están las cartas y que el lector decida”.
Las cartas de amor integran el último capítulo de la autobiografía titulado “Desmentidos y cartas de amor”, donde, asegura el diario El País, el protagonista absoluto es Mario Vargas Llosa.
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"Te hecho de menos"
La primera carta está fechada el 21 de marzo de 2015. Isabel Preysler estaba de viaje a México y Vargas Llosa le escribió:
“Te echo mucho de menos y pienso todo el día en la felicidad que será volver a verte. Nunca imaginé que me harías tanta falta, que, en tan poco tiempo, te hubieras vuelto alguien tan imprescindible y querido en mi vida. [...] Te quiero mucho y te mando muchos besos y palabras bonitos para esas orejitas que parecen dos signos perfectos de interrogación”.
La segunda carta es del 11 de abril de 2015, allí el Nobel le escribe: “Amor mío, cada vez que descubro en ti cosas bellas, delicadas, pequeños detalles que me llenan de admiración y de felicidad. Y pienso en la impagable dicha que será vivir toda una vida a tu lado, descubriendo cada día uno de los tesoros y maravillas que hay en ti [...] Te extraño, te quiero, el mundo parece vacío y sin vida cuando no estás conmigo.”
En la tercera carta, del 14 de abril, el escritor le dice:
“Te quiero y nada me haría más feliz que pasar todo lo que me queda de vida a tu lado, adorándote y procurando hacerte feliz… Qué revolución has causado en mi vida, amor mío. Cuando menos lo esperaba, ocurrió lo que ocurrió y fue como si empezara a vivir de nuevo. Desde la noche maravillosa de la peletera, mi vida se llenó de juventud, de sueños, de deseos y fue como si por fin empezara a vivir con una vida que secretamente soñé desde que te vi por primera vez. Es una historia tan bonita que tiene que tener un final feliz.”
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El 26 de mayo de 2015 está fechada la cuarta carta, en donde el Nobel le señala:“Empieza otra etapa en mi vida y de la tuya y tenemos que hacer todo lo posible para que sea una aventura extraordinaria, que nos enriquezca, que nos haga gozar y de alguna manera nos vacune contra el infortunio.”
La quinta carta es del 18 de febrero de 2018 y le escribe:“Estos tres años que hemos pasado juntos han sido ambas cosas, una larga felicidad, que yo no había conocido hasta ahora, y una experiencia veloz, que a mí me hubiera gustado inmovilizar, eternizar.”
Para la sexta carta le afirma:“No recuerdo un periodo comparable, en el que, gracias a ti, he sentido que la vida tenía sentido, era bella, y valía la pena gozar de ella y aprovecharla. Nunca antes he escrito con tanto entusiasmo, y sentido que todo, incluso las cosas más triviales, valían la pena y tenían un sentido.”
La séptima carta está fechada el 18 de febrero de 2021:“Gracias a ti, he sido muy feliz, más, creo, que en el resto de la vida. Ha sido mucho más fácil de lo que pensaba acostumbrarme a tu casa, a tu familia.”
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Un año después, en febrero de 2022, le escribió la que sería la última carta:“Somos felices hasta donde la felicidad es posible en esta vida y creo que lo seremos los años que nos faltan por vivir.”
Tras esa octava carta de Mario Vargas Llosa, Isabel Preysler publica en su autobiografía una que puso punto final a su relación de ocho años, en ella le dice que han sido muy felices, pero la situación entre ellos se ha ido deteriorando:
“Hemos perdido ilusión, complicidad, alegría y se ha hecho más difícil la comunicación entre nosotros. Y como, afortunadamente, no estamos casados porque no acepté tus proposiciones durante el tiempo de felicidad, ni tenemos hijos ni intereses en común que nos obliguen a permanecer juntos cuando ya no estamos bien el uno con el otro. Lo mejor es que demos por terminada esta relación ya tan cargada de costumbre y de rutina”.
Preysler relata en esa carta una escena de celos de Vargas Llosa que detona el rompimiento:“Lo que de verdad hace imposible la convivencia es la mala educación y tú estás muy mal educado. Por favor, manda a alguien a recoger todas tus cosas”.
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Al hablar sobre el rompimiento, la ‘socialité’ de 75 años apunta en la entrevista:“No quedaba otra forma de terminar la relación. Ni tuve ocasión de despedirme de él antes de su fallecimiento ni me lo hubiese permitido la familia.”
Se sabía ya de la existencia de esas cartas románticas, y los programas de televisión hablaban de las cartas que Mario Vargas Llosa le había enviado a Preysler. También se mencionaba que esas cartas formarían parte del libro. Además, se incluyen otros textos que ella misma le envió y con las que dio por concluida su historia de amor.
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