Cuando se realizaban trabajos de instalación de velaría en el Museo Nacional de Arte (Munal) -uno de los museos del Instituto Nacional de Bellas Artes - cinco obras del acervo del museo resultaron afectadas con salpicaduras de cemento . Sin embargo, según el INBAL no hubo daños en el patrimonio .
Aunque el Instituto informó que las pinturas fueron atendidas por personal del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble ( Cencropam ), no indicó por qué se realizaban estos trabajos en un espacio donde podrían afectarse las pinturas o por qué, en su caso, no fueron retiradas previamente.
El INBAL aseguró en su comunicado que el lunes 25 de octubre, mientras se realizaban trabajos de obra civil previos a la instalación de la velaria, ocurrió “de manera accidental” una filtración cuando se llevaba a cabo una inyección a base de cemento en una esquina del pretil de la azotea del recinto.
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Según la institución fueron “salpicaduras leves” que alcanzaron “superficialmente” a cinco piezas pictóricas resguardadas en la bodega de caballete. Añadió que personal de Cencropam procedió con la limpieza especializada y determinó que no se registró daño patrimonial en las obras. La pregunta es si fue un accidente o un descuido.
Las pinturas afectadas fueron “Retrato ecuestre de Simón Bolívar”, de Sóstenes Ortega Solórzano; “Santos representados en un altar barroco”, óleo de pintor anónimo; “La anunciación” y “La presentación del Niño al templo”, de Baltasar de Echave Orio, y “Dalila llama a los filisteos para entregarles a Sansón”, de José Salomé Pina.
Los trabajos de colocación de la velaria fueron detenidos temporalmente por la Subdirección General del Patrimonio Artístico Inmueble, con el propósito de que el director responsable de obra (DRO) revise cada uno de los procesos técnicos del alcance de las labores para continuar con los trabajos.
Cencropam inició un programa de conservación preventiva en el acervo del Munal con la obra “Los santos niños Justo y Pastor”, de José Juárez, que data del siglo XVII; continuará con la conservación de las obras “La incredulidad de santo Tomás”, de Sebastián López de Arteaga, de 1642; “La Virgen del Apocalipsis”, de Miguel Cabrera, de 1623-1624, y “La oración en el huerto”, de 1615, también de José Juárez.
fjb