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En 1990, con el patrocinio de la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería de la UNAM (en particular de la Generación 1954), de la Asociación de Ingenieros Universitarios Mecánicos Electricistas y del Colegio de Ingenieros Civiles de México AC, el artista plástico mexicano de origen canadiense Arnold Belkin pintó su mural Inventando el futuro en uno de los muros interiores de la Biblioteca Enzo Levi, de la División de Estudios de Posgrado de la mencionada facultad, en Ciudad Universitaria.
“Inventando el futuro corresponde a la última etapa de la producción de Belkin, quien dos años más tarde moriría en la Ciudad de México, y si no me falla la memoria, es el antepenúltimo gran mural de alrededor de 30 que hizo”, señala Luis Vargas Santiago, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
De acuerdo con Vargas Santiago, la idea de los patrocinadores era regalarle a su facultad un mural que resaltara el papel que ha jugado la ingeniería en la historia de la humanidad.
“Se llama Inventando el futuro porque muestra la capacidad visionaria de la ingeniería para mejorar las condiciones de vida de las personas”, agrega.
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Con base en alegorías
Elaborado con base en alegorías, este mural tiene dos niveles: uno superior y otro inferior, en los cuales se registran cuatro grandes momentos de la historia marcados por figuras que representan los cuatro elementos de la naturaleza: la tierra, el fuego, el agua y el aire.
“En primer lugar, como representante de la tierra, hay un agrimensor viendo a través de su herramienta cómo se pueden trazar caminos; después, como representante del fuego, un Prometeo; a continuación, como representante del agua, una especie de androide abriendo, delante de unas tuberías, una válvula de lo que parece una presa hidráulica; y finalmente, como representante del aire, un personaje alado conectado a una serie de invenciones satelitales”, dice el investigador.
Un segundo nivel de información se asocia a momentos históricos en los que la ingeniería ha contribuido definitoriamente para que la humanidad avance.
“En éste se aprecian la estructura de la pirámide del Sol, en Teotihuacan, que nos recuerda la importancia de la ingeniería para las civilizaciones mesoamericanas; una representación del Palacio de Minería, que es donde surgió la primera escuela de ingeniería de la UNAM, vinculada a la explotación de minas; el Puente Tampico, construido en 1988; y los proyectos de los satélites Morelos, que México lanzó al espacio en 1985. Por supuesto, cada una de estas obras y de estos proyectos se relaciona con los mismos elementos: la pirámide del Sol, con la tierra; el Palacio de Minería, con el fuego; el Puente Tampico, con el agua; y los satélites Morelos, con el aire”, apunta Vargas Santiago.
Un tercer nivel de información tiene que ver con los seres humanos que hacen posible o, bien, operan estos inventos tecnológicos de la ingeniería.
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“En este nivel se observan dos personas usando computadoras, otra controlando un circuito eléctrico, otra más impartiendo una cátedra (en referencia a las labores de la Facultad de Ingeniería), una mujer (la única) manipulando los controles de una grúa, un individuo frente a un mapa, otro con un teléfono, otro más operando un satélite en un monitor, un estudiante tomando clases y, por último, alguien con una antena. Sin duda, el elemento que más se conecta con el público es el estudiante que toma clases, pues el mural se localiza en una biblioteca y ésta es visitada, sobre todo, por estudiantes… En pocas palabras, la temática de este mural aborda los cuatro elementos de la naturaleza y los avances más notables de la ingeniería en sus ramas mecánica, hidráulica, civil y eléctrica.”
Superficies heladas
A partir de su práctica pedagógica en el “Taller de perfeccionamiento y producción de mural”, que fundó en la década de los años 80 en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) de la UNAM, hoy Facultad de Artes y Diseño, Belkin se convirtió en el último gran innovador o, si se quiere, en el refundador del muralismo (en la década de los 50 había sido ayudante de David Alfaro Siqueiros).
“En esa época empezó a pensar en cómo se podía rescatar y reinventar el muralismo cuando éste estaba llegando quizá a su ocaso o ya no era un arte con la fuerza necesaria para representar la historia y la política que tuvo en la posrevolución”, comenta el investigador universitario.
En dicho taller, donde llegó a ser uno de los profesores más populares y carismáticos de la ENAP, Belkin creó un método pedagógico y un modelo para pintar murales con relativa rapidez y a un bajo costo.
Un producto de este modelo es Inventando el futuro. El artista plástico nacido en Calgary, Canadá, en 1930, lo concluyó en tan sólo seis meses, con la colaboración de cuatro de sus alumnas: Maribel Avilés, Leonora González, Susanne Junge y Patricia Quijano, quien posteriormente sería su última pareja y esposa.
“En su elaboración, Belkín usó pintura sintética de resina, la famosa Politec, que aplicó con diferentes técnicas, pero sobre todo con un aerógrafo. Por eso es que vemos superficies tan heladas… Un aspecto interesante de Inventando el futuro es que pertenece a la etapa en la que Belkin comenzó a ser más optimista con respecto a lo que la ciencia, la tecnología y la cultura podían hacer por la humanidad. Es un mural que refleja colores mucho más intensos, alegres. Además llama la atención que lo haya realizado en una universidad pública, donde se construyen los proyectos de renovación en términos de infraestructura y tecnología para el país. Creo que por ahí iba un poco la apuesta de Belkin”, indica Luis Vargas Santiago.
Pintado en un muro falso de triplay de cedro, cubierto con sellador acrílico y montado en un bastidor de madera, este mural de 42 metros cuadrados fue inaugurado el 14 de septiembre de 1990, con la presencia de José Sarukhán Kermez, entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Luis Vargas Santiago
Investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM
“Se llama Inventando el futuro porque muestra la capacidad visionaria de la ingeniería para mejorar las condiciones de vida de las personas”
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