"Por naturaleza, en una banda hay algo de político; por esencia, contamos historias que tienen un tiempo y un lugar. Y si son buenas historias se vuelven universales. Cuando escribo música no trato de educar a la gente sobre política. No es algo que yo haga bien, creo, pero de cierta forma si hay algo político en nuestra banda: hay hombres, hay mujeres, hay afroamericanos y asiáticos; hay un rango de edad de gente de veinte, treinta, setenta años. Estamos dejando esa declaración de que trabajamos y hacemos arte juntos y en esta línea tenemos canciones que cuentan historias importantes sobre nosotros mismos, sobre la época, sobre la historia", dice Wade Schuman, vocalista y líder del grupo Hazmat Modine, que mañana se presenta en El Trasnoche del 52 Festival Internacional Cervantino, tras una breve gira que pasó por el Circuito Cervantino y el Festival CulturaUNAM.
Lee también: Rescate arquitectónico y tecnología en la renovada casa de la Sinfónica de San Diego
"Estamos viviendo momentos difíciles en Estados Unidos, pero también estamos fundados en esta idea de que la gente se reúne y se junta. Creo firmemente que la cultura no tiene un límite. No conoce límites. Te mueve de un lugar a otro, de un grupo a otro y creo que eso es parte de la belleza al crear algo. Solo espero que de verdad pase algo positivo; que no haya división entre nosotros. La negatividad y la ira no ayudan a ninguna vida. Todos necesitamos algo positivo. Estoy aquí para hacer música. Es lo que mejor sé hacer y es la pequeñísima contribución que puedo aportar", continúa Schuman, quien explica que Hazmat Modine proviene de las raíces americanas, del blues, del folk y la multiculturalidad. El grupo es principalmente famoso por haber participado en la banda sonora de la película "Pina", de Wim Wenders, y por tocar en la ceremonia de los 75 años de los premios Nobel.
"Tomamos este viaje musical juntos y nos llevamos a toda la audiencia por nuestra experiencia. Nosotros venimos de Nueva York, donde hay una inmensa población latina y mexicana", señala y abunda en que la inmigración es parte de la formación de la cultura de Estados Unidos. Recuerda, por ejemplo, que los instrumentos de viento provienen de la cultura alemana.
"Nos encanta que la cultura mexicana sea muy vital. Nos encanta que a la gente le importe mucho la música y que es parte de su rutina diaria, lo cual cada vez es menos común en Estados Unidos. La música es como algo que llegas a escuchar de fondo cuando vas a un café".
Lee también: Un libro con los pasos del biólogo Isaac Ochoterena
"Es bastante obvio que está sucediendo una polarización en América y que hay fuerzas que quieren separarnos y tomar ventaja de esta condición. Desde mi punto de vista, creo que lo mejor que puede haber en Estados Unidos es la diversidad en su población y la creatividad que ello implica. Son tiempos difíciles, no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo".
Sobre la multiculturalidad cuenta, por último, que siempre ha estado interesado en la música del oeste de África y que "las tradiciones son el lenguaje común que todos podemos entender, pero hay muchas otras formas. Me gusta mucho usar la comida como una metáfora y ejemplo: todos usamos el maíz o el chile que vienen de Mesoamérica".
melc