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Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia descubrieron lajas de basalto, correspondientes a un espacio abierto del Palacio de Axayácatl, residencia de Hernán Cortés desde que llegó a Tenochtitlan en 1519 hasta junio de 1520; así como vestigios de la morada del conquistador, posterior sede del primer Cabildo de la Nueva España y del Marquesado del Valle de Oaxaca.
Los hallazgos se hicieron debajo del Nacional Monte de Piedad, a un costado de la Catedral Metropolitana, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, porque como señalan las fuentes históricas, a ese lugar se le conoció como Casas Viejas de Axayácatl, tlatoani de Tenochtitlan entre 1469 y 1481.
Los descubrimientos se hicieron como parte de los trabajos del Programa de Arqueología Urbana (PAU), encabezados por Raúl Barrera Rodríguez, y su colaborador José María García Guerrero, que se hacen en ese sitio donde también se realizan obras de rehabilitación para el inmueble del Nacional Monte de Piedad.
“Las excavaciones dieron como resultado el hallazgo de pisos de lajas de basalto, los cuales debieron integrar parte de un espacio abierto del Palacio de Axayácatl, gobernante que dirigió los destinos de Tenochtitlan entre 1469 y 1481”, informó el Instituto a través de un comunicado.
Sin embargo, no fue el único hallazgo, también se encontraron restos de una casa del periodo virreinal temprano (1521-1620 d.C.), que fue ordenada y habitada por Cortés, y sede del primer Cabildo de la Nueva España (hacia 1525) y del Marquesado del Valle de Oaxaca, concedido al conquistador cuatro años después.
Raúl Barrera y José María García explicaron que excavaron 12 pozos de sondeo de 2 metros por lado y 1.50 metros de profundidad en torno al patio principal del Nacional Monte de Piedad, donde se efectuaban obras para reforzar las columnas que lo delimitan y soportan el primer nivel del edificio.
A través de los pozos, en los lados norte, este y oeste, se localizaron restos de un muro de piedra y argamasa —de 1.50 de alto por 1.25 metros de ancho—, el cual sirvió de cimiento y desplante para una serie de columnas del inmueble edificado hacia 1755, lo que permite deducir que el patio central fue originalmente más amplio.
También, en la sección oeste de este mismo espacio se encontraron los desplantes: basas y un fuste de otras columnas de la época virreinal temprana.
En el cuarto adyacente, los arqueólogos del PAU excavaron y ubicaron los restos de una habitación hecha con sillares de basalto y tezontle —de 5 por 4 metros—, cuyo desplante partía de un piso de lajas de basalto. Análisis posteriores permitieron concluir que ésta fue la morada de Hernán Cortés, una vez caída México-Tenochtitlan, en 1521.
Por debajo del firme de la casa cortesiana, a más de 3 metros de profundidad, se detectaron los restos de otro piso de lajas de basalto, pero de época prehispánica. Dadas sus características, los expertos sostienen que formó parte de un espacio abierto del antiguo Palacio de Axayácatl, probablemente, un patio.
Barrera y García señalaron que los vestigios corresponden a materiales reutilizados de las Casas de Axayácatl.
En el cuarto colonial se detectaron dos sillares prehispánicos trabajados en altorrelieve que representan una serpiente emplumada (Quetzalcóatl) y un tocado de plumas, que debieron pertenecer a un panel del Palacio de Axayácatl. Así también, formando parte un fuste, se registró otra escultura mexica con el glifo que simboliza el tianquiztli o mercado.