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La continuación de los trabajos en una cripta con, al menos, 72 lóculos, construida bajo la parroquia de San Bartolomé Apóstol, en el municipio de Hueypoxtla, Estado de México, arrojó el registro de los restos de dos personas adultas y de un infante de cinco años de edad, tras la apertura de tres nichos o huecos.
Con el respaldo del INAH, la temporada de campo se realizó del 18 al 22 de noviembre de 2024, bajo la dirección de la profesora del Centro de Estudios Antropológicos (CEA), de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Perla Ruíz Albarrán. Con financiamiento de la Fundación Stresser-Péan, que otorgó 60 mil pesos para el trabajo en campo.
En esta ocasión se abrieron tres sepulturas, identificadas como C1, H1 y M1. Las dos primeras contenían, respectivamente, un individuo del sexo masculino, en posición decúbito dorsal extendido con los pies hacia el atrio de la parroquia y las manos colocadas sobre la región abdominal. El tercer lóculo se divide en dos y solo se intervino el lado izquierdo, donde reposan los restos de un infante de cinco años de edad, con las mismas características de los anteriores. Además, preservaba vestigios metálicos como adorno y los remanentes de una prenda, hasta el momento indeterminada.
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El objetivo era destapar cuatro lóculos; sin embargo, el W1 ya estaba abierto en su lado derecho, el cual contenía a un perinato, de 32 semanas in utero, que habría nacido prematuro y murió. Tiene evidencias de haber sido removido intencionalmente y se microexcavará en la temporada siguiente.
Al referir que el sistema funerario que es cristiano y que los restos datan del siglo XVIII o principios del XIX, Ruíz Albarrán indicó que la arquitectura de la cripta es peculiar por sus pasillos y nichos numerosos, característica que no se había visto en el centro de México, aunque para esa época estaba ampliamente difundida en Europa.
En el sitio, se hizo una microexcavación con pinceles y recogedores pequeños para quitar gradualmente la tierra, tomar muestras de material biológico y otros elementos que permitieron hacer el registro y el levantamiento de cédulas, a fin de comenzar a determinar el sexo y la edad de cada individuo.
La antropóloga explicó que el procedimiento se efectuó de esta manera porque si extraían los restos, corrían el riesgo de fragmentarse, erosionarse o deshacerse, debido al exceso de humedad que presentan.
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Los habitantes de Hueypoxtla entran cada año a la cripta con motivo de la fiesta de san Bartolomé Apóstol, el 24 de agosto, en un recorrido en el que los cronistas locales les exponen lo más importante sobre el sitio –el cual anteriormente creían era de origen prehispánico–, y ahora suman las interpretaciones aportadas por el equipo de investigadores del INAH.
Respecto a los resultados del trabajo de gabinete de la temporada pasada, en la que se abrieron dos de las sepulturas del mausoleo subterráneo, se informó del hallazgo de los restos de un adulto en el lóculo T1, mientras que en el K1 se encontró a un infante y un individuo neonatal.
La iniciativa es impulsada con el fin de investigar la identidad de los restos resguardados en el lugar, así como formar a los alumnos del CEA, con la guía de especialistas de la ENAH, quienes apoyaron en la apertura de lóculos y el registro, además de asesorarlos en el trabajo de campo.