Para el pintor Guillermo Arreola, las sensaciones más profundas del ser humano —soledad, miedo, incertidumbre, vacío— son un elemento fundamental en su nueva exposición, titulada Provincia Purgatorio, la cual comenzó a materializarse en aquellos días de inquietud y enfermedad que la pandemia de Covid-19 trajo consigo.
En una realidad como el confinamiento sanitario, en donde la preocupación y el miedo eran una constante, Arreola explotó esas emociones para construir sus más recientes obras, las cuales se expondrán a partir del 6 de mayo en la galería del Centro Cultural Casa Lamm.
Para el artista, pintar en Querétaro —de ahí el nombre de la muestra— fue una experiencia reveladora, ya que, dice el también escritor, experimentó “una especie de purgatorio” al realizar las pinturas.
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“Ya existe una obviedad sobre la disolución pandémica por el asunto de las vacunas y demás, pero yo no creo en los finales o cortes así de drásticos, creo que los efectos de todo ese tiempo, del aislamiento, todavía tienen su peso, estamos lejos de reconocer todos los efectos que la pandemia nos dejó”.
Arreola explica que la muestra no es directamente sobre la pandemia, sino que tiene “filtraciones” sobre esta realidad en los procesos creativos que utilizó para construir las obras. “Los estados anímicos condicionan al artista y hace que vaya en una u otra dirección, el título de la exposición hace referencia a una serie de cosas que atravesé, que tienen que ver con un estado crítico que viví estando en Querétaro en medio de una pandemia”, detalla el artista.
Uno de los puntos clave de la muestra de Arreola es la soledad, ya que el pintor trabajó las obras en el momento cumbre del aislamiento por la pandemia, además de hacerlo en Querétaro, un lugar desconocido para el artista.
“La muestra expresa la forma en que yo asumí el aislamiento, pero también cómo se dio el cambio entre ese aislamiento y el regreso a la normalidad, todo eso aunado a lo que significó para mí el cambiar de residencia después de 20 años en los que viví en la Ciudad de México”, reitera Arreola.
El artista comenta que los ritmos entre la Ciudad de México y Querétaro son muy distintos y que incluso se nota en los circuitos de arte en ambas ciudades. “Pensé que esa producción que hice en Querétaro tenía que mostrarse allá, pero me di cuenta de las dificultades que tuve para incorporarme en esa ciudad, hay diferencias culturales y artísticas entre ambas ciudades, en los tiempos creativos”.
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Entre las obras que se pueden apreciar en la exhibición destaca Confinamientos, un acrílico sobre papel sobre madera que muestra 20 rostros de distintos colores y formas, los cuales denotan emociones como tristeza, preocupación e incertidumbre.
También las obras La consulta, La inconclusa y Quédate, las cuales expresan a través de rostros sensaciones asociadas a los días más inciertos de pandemia y confinamiento.
“Se trata de un purgatorio artístico que refleja lo que es cambiarse de lugar de residencia, es un periodo de crisis artística en donde me cuestioné mi propia producción”, concluye.