Más Información
Sheinbaum supervisa avances de la Línea 4 del Tren Ligero en Guadalajara; “siempre será bienvenida a Jalisco”: Lemus
ONG obsequia implantes anticonceptivos a mujeres migrantes; buscan dar acceso a servicios de salud sexual
Hermila Galindo
fue de las primeras mujeres feministas que luchó por incluir los derechos de las mujeres en la Carta Magna.
Luchadora social, oradora por excelencia, maestra y periodista que durante su vida encontró en la defensa de los derechos de las mujeres el aliciente que condujo su vida y su trayectoria política.
Nació en Lerdo, Durango, en 1896, desde muy joven se mostró aguerrida y convencida de sus ideales antireeleccionistas, mismos que transmitía en clase a sus alumnas y alumnos duranguenses y de Chihuahua.
Como periodista, fundó el diario feminista La Mujer Moderna , publicación que promovió el desarrollo de las mujeres al ubicarlas en el sitio que les correspondía en la sociedad.
Desde este medio afirmaba que la igualdad política debía extenderse a la educación, al trabajo y a las relaciones personales.
Mediante esta publicación defendió la educación laica, reclamó la educación sexual y el derecho de las mujeres a ejercer libremente su sexualidad, sosteniendo que las mujeres, al igual que los hombres, tienen los mismos deseos sexuales, tesis que le acarreó fuertes críticas de sectores feministas conservadores y el rechazo social.
En el ámbito político trabajó como secretaria para el régimen maderista, luchó en oposición al gobierno contrarrevolucionario de Victoriano Huerta y participó de forma activa en la Revolución constitucionalista.
Además organizó varios clubes revolucionarios en Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán.
Hermila tuvo una importante participación al presentar una ponencia revolucionaria en el primer Congreso Feminista en Mérida, Yucatán, en 1916, en la cual demandó los derechos políticos y sexuales de las mujeres.
Durante los debates previos a la constituyente de 1917, Hermila Galindo, de 20 años de edad, exigía la ciudadanía de las mujeres.
Se incorporó al movimiento constitucionalista, en 1914, convirtiéndose en la secretaria particular de Venustiano Carranza, primer gobernante de la revolución triunfante.
Carranza la nombró su representante en Cuba y Colombia, donde Galindo se hizo cargo de difundir la doctrina internacional del gobierno, haciendo gala de su excelente oratoria.
Cuando el mandatario accedió al poder, Galindo tuvo la oportunidad de presentar una propuesta para que la nueva Carta Magna incluyera los derechos políticos de la mujeres.
Sin embargo el voto femenino no estuvo en la agenda de los constituyentes, lo que fue el primer desengaño que sufrió Hermila Galindo confiada en que la revolución garantizaría los derechos políticos de las mujeres.
La promesa de Venustiano Carranza de restablecer la igualdad entre los mexicanos y la efectividad, así como el pleno goce de sus derechos e igualdades ante la ley, no incluyó a las mujeres.
Pese a la decepción del movimiento revolucionario y el supuesto cambio social, Hermila decidió postularse como candidata a diputada por el 5º distrito electoral de la Ciudad de México, suceso histórico en nuestro país, que convirtió a Galindo en la primera mujer que contendió por un cargo de elección electoral.
Según la historiadora Gabriela Cano, Hermila obtuvo la mayoría de los votos que la hubieran conducido hasta la Cámara de Diputados, pero el Colegio Electoral rechazó el resultado.
Su participación política, fue ejemplo seguido por otras mujeres del país, en los años de 1920 y 1930.
En 1952 fue nombrada la primera mujer congresista. Galindo logró ver concluida la lucha por el voto de las mujeres mexicanas en la Constitución, en 1953.
Con sus logros en el ámbito de la política, la feminista consiguió mostrar de manera pública que las mujeres podían y debían ser elegidas para ocupar puestos públicos.
La trascendencia de esta mujer radica en la apertura de espacios que se creían exclusivamente masculinos para las siguientes generaciones de mujeres mexicanas comprometidas con la lucha por los derechos políticos de las mujeres y la inclusión de estos en la Constitución Política Mexicana.
Hermila Galindo de Topete
murió en 1954, un año después de la aprobación del derecho al voto de las mujeres.
akc