El Semillero creativo del municipio San Luis de la Paz, ubicado al noreste de Guanajuato y dedicado a la enseñanza de pintura, cerró sus puertas a inicios de enero y las autoridades no abrirán otro espacio con actividades culturales para niñas, niños y jóvenes. Secretaría de Cultura alega que la no continuidad responde a la indisciplina del maestro, sin embargo, la pregunta que hoy se hacen las madres de familia es si el gobierno sólo vio a sus hijos como cifras.
A ese cierre se suma, al menos, otro en la Ciudad de México. Se trata del Semillero creativo tecnologías creativas, que se impartía en la alcaldía Miguel Hidalgo (en el Centro Social y Cultural ADG, ubicado en General Méndez 47).
Además, en entrevista, Esther Hernández, encargada de la Dirección General de Vinculación Cultural, área de la Secretaría de Cultura que coordina el programa Cultura Comunitaria, señala que la apertura de nuevos Semilleros creativos dependerá de los diagnósticos que emita la estrategia de seguridad que coordina Secretaría de Gobernación.
Lee también Trabajadores hacen mitin fuera de la Secretaría de Cultura
En ediciones pasadas, EL UNIVERSAL informó sobre el desmantelamiento de Cultura Comunitaria como consecuencia de una reducción presupuestal, afectando a uno de los proyectos insignia del anterior sexenio: Semilleros creativos, que hasta 2024 eran 418 Semilleros conformados por 14 mil 801 niñas, niños y jóvenes.
Historia del cierre
“El 8 de enero nos citó el maestro Octavio para decirnos que le habían mandado un mensaje informal avisándole el cierre del semillero. Éste es un lugar donde los niños pueden sentirse seguros y expresarse. No hay espacios así aquí en San Luis de la Paz”, expresa Karen, una de las madres inconformes ante el cierre del Semillero.
La guanajuatense narra que ninguna autoridad se ha acercado a ellos. “A nuestros hijos nunca les dieron una explicación, no sé, a lo mejor somos números o nada más una lista, pero si vienen y checan lo que hay aquí, verán que son niños a quienes el arte les cambió la vida”. La comunidad ha recabado firmas que entregarán a autoridades para la reinstalación del Semillero.
Sonia, otra madre de familia, comparte que para su hija las clases de pintura eran su único motivo para salir de casa.
Lee también Ciencia, cultura y compromiso social
“Mi hija tiene discapacidad auditiva, su manera de comunicarse es por medio del dibujo y es lo que le apasiona. No va a la escuela porque le hacen bullying y al decirle que no habrá clases de pintura se puso muy triste”, cuenta.
EL UNIVERSAL habló con el profesor del Semillero cerrado, Octavio Martínez.
“Tengo las rúbricas de evaluación y en función de las cuales se tomaron las decisiones pertinentes, no es una decisión unilateral”, dice Amairani Cabrera, coordinadora regional centro de Semilleros creativos, en un audio de WhatsApp enviado al docente sobre los motivos de la baja del Semillero. “Me informaron a través de un tercero, me dicen que mandaron un correo que nunca me llegó, luego recibí el mensaje y así me entero que el Semillero ya no sigue”, comparte.
Lee también Cultura Comunitaria requiere un segundo piso sostenible: Marina Núñez Bespalova
Octavio Martínez asegura que en cinco años las autoridades nunca le hicieron una observación sobre su mal desempeño. “Soy consciente que como empleado en cualquier momento me pueden decir hasta aquí, pero por qué cerraron el Semillero, ¿qué pasa con la población?”.
El profesor relata que su Semillero siempre tuvo demanda, atendía a 65 alumnos a pesar de que la Secretaría de Cultura les exige tener 20 niños y niñas y 20 jóvenes. En 2024 —platica—, su promotor renunció, entonces las autoridades le pidieron fungir como docente y promotor, ante su negativa, le sugirieron dar tres días clases y dos dedicarlas a la burocracia.
“Lo platiqué con los papás y me dijeron: no te preocupes, pagamos a una persona que te ayude. Ellos le pagaban a alguien y mandaron un oficio a Secretaría de Cultura haciéndose responsables, pero pidiendo que en el siguiente año ellos se comprometieran a tener las dos figuras”, indica.
Octavio Martínez también recuerda que en diciembre pasado se organizaron “sin pies ni cabeza” las Brigadas de Paz en Guanajuato.
Lee también Cultura gastó 22.3 mdp en la Verbena Navideña
“Nos dijeron que teníamos que trasladarnos a León o a Celaya, les dije que no podía porque no tengo recursos, en fin, fui a Celaya y estaban todos los de la Federación: Secretaría de Gobernación, Secretaría de Cultura, IMSS, Jóvenes Construyendo el Futuro… y no teníamos ni siquiera material para lo que querían que hiciéramos: encuestas casa por casa, preguntarle a la gente ¿usted conoce el programa tal? No traían ni siquiera las hojas impresas para encuestar”, narra Martínez.
Otro tema que menciona el docente es el manejo de sobresueldo en Cultura Comunitaria.
“En nuestro contrato dice que ganamos 6 mil pesos a la quincena, pero de ésos tenemos que quitar mil para material y unos 500 pesos el envío quincenal de recibos. Sin embargo, esos eran actos de fe entre Secretaría de Cultura y nosotros”, expresa.
Lee también Ajustes de cinturón en Cultura
Oportunidad
En entrevista, Esther Hernández, encargada de la Dirección General de Vinculación Cultural, afirma que el maestro del Semillero ya había recibido desde 2019 observaciones por no seguir con la metodología del programa, por utilizar su casa para dar clases y porque sus informes no coincidían con lo reportado, situación que se agudizó en 2023 cuando el promotor renunció.
“Se le dio la oportunidad en 2023 y ya en 2024 no quiso trabajar en nada, ni con la entrada de la nueva administración quiso colaborar en la estrategia de atención a las causas que coordina Secretaría de Gobernación. Se convocó a todos los maestros para que participaran, él fue el único en incumplir”, señala la funcionaria.
—¿Entregaba resultados?
—No había evidencia contundente de lo que reportaba. Los resultados de los niños son distintos a los resultados del docente, a quien se le contrató para llevar un modelo del cual no hizo caso. Él recibió un pago por ocho horas de trabajo, que es lo que reciben todos los docentes y promotores, de las cuales, cuatro horas son en clase y las otras cuatro son para las actividades de planeación y para llamados a estrategias nacionales.
—¿Qué pasará con el Semillero?
—De acuerdo con los diagnósticos de la estrategia de seguridad, se abrirán nuevos Semilleros, entonces se puede invitar a las niñas y niños a que formen parte de éstos.
—¿Se abrirán en San Luis de la Paz?
—En los municipios que determine la estrategia.
—¿San Luis de la Paz está dentro de la estrategia?
—No te sé decir cuáles serán los lugares en los que se determinará. Se empieza con un cierto número de municipios y los van ampliando prácticamente cada semana.
—¿Cuándo se anunciarán?
—Dependemos de la estrategia, no te sé decir una fecha.
Esther Hernández añade que los contratos de los docentes de Semilleros son anuales y por honorarios asimilados a salarios, Capítulo 1000, por lo que no había obligación de renovar contrato al docente; y sobre el espacio para dar clases menciona que hasta 2024 le ofrecieron la Casa de Cultura municipal.
—¿Cómo funciona la compra de materiales?
—Hay gastos de operación del presupuesto del programa (Cultura Comunitaria) y ahí están incluidos.
Lee también “Bajo presupuesto en cultura frena nuevos valores”: Diego Torre, tenor
En opinión de Carlos Lara, especialista en política cultural, Cultura Comunitaria es un programa envuelto con lenguaje agrícola que nació muerto.
“Fracasó porque no tenía un sistema de riego: el dinero. Decían que era nacional y que estaba amparado en un sistema de descentralización, pero todo lo que hacían era en Ciudad de México, Tengo un sueño se hizo el Auditorio Nacional y las actividades más importantes que pudieron tener las hacían en Los Pinos, de nuevo el centro del país, nunca tuvieron un enlace que funcionara”.
En palabras del gestor, eso es un retrato de cuerpo entero de quien presidió la Secretaría, Alejandra Frausto Guerrero, que “no se le exigía más que entretener gestores, sirvió para hacer una serie de fotos y videos para mostrar una falsa preocupación por las comunidades”.
Cultura Comunitaria, agrega, no pasa una revisión mínima de impacto y recuerda que hace tres años el Coneval lo reprobó. “Ni siquiera construyeron indicadores, fue un programa para atender militantes y cooptar un sector al cual tienen en lo más precario, para tratarlos al igual que tienen a los artesanos: viviendo de la caridad estatal. Es un programa que nació muerto”.
En ediciones anteriores, Marina Núñez Bespalova, subsecretaria de desarrollo cultural, declaró a EL UNIVERSAL que Lucina Jiménez, encargada de la Dirección Formación y Gestión Cultural, realiza una especie de diagnóstico llamado “catálogo de los modelos de trabajo comunitario”, a lo que Lara menciona que es una manera de justificar un cargo.
“No hay una honestidad intelectual o la honestidad intelectual se pone al servicio de este gobierno que ha sido un fracaso, encima del fracaso vamos a hacer un diagnóstico del fracaso y vamos a pagar por ello. Cultura es un sector castigado, al que nunca le dan dinero, que ahora vive en la más triste precariedad y los funcionarios en vez de hacer su mejor esfuerzo para que no sea así, convalidan para que todo siga igual”, opina.