A 25 años de que surgiera el proyecto de la red de Faros (Fábricas de Artes y Oficios), con la inauguración del primero de ellos, Faro de Oriente en Iztapalapa, temas como el hostigamiento laboral, la falta de insumos, el abandono de la infraestructura, un modelo de contratación similar al de las Becas del Bienestar, pero sin derechos laborales, y los adeudos y retrasos en los pagos son constantes a las que se enfrentan talleristas y coordinadores.


Deterioro de las instalaciones e infraestructura del Faro de Oriente, en la alcaldía Iztapalapa. Foto Hugo Salvador / EL UNIVERSAL
Deterioro de las instalaciones e infraestructura del Faro de Oriente, en la alcaldía Iztapalapa. Foto Hugo Salvador / EL UNIVERSAL

Faros celebran 25 años

El primer cuarto de siglo de uno de los proyectos culturales más relevantes del centro del país —que se cumple el 24 de junio, día en que se inauguró el Faro de Oriente— se acerca en medio de un clima de protestas recientes, con pancartas y lonas colocadas en el Faro Cosmos durante las últimas semanas, el paro de la jornada el 19 de enero en el Faro Milpa Alta-Miacatlán y la protesta del 24 de enero en la Secretaría de Cultura, principalmente por un tenso clima laboral, y el fin de la colaboración entre los Faros y el artista Francisco Javier Santiago Regalado “Puga”, fundador del Faro de Oriente.

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Deterioro de las instalaciones e infraestructura del Faro de Oriente, en la alcaldía Iztapalapa. Foto Hugo Salvador / EL UNIVERSAL
Deterioro de las instalaciones e infraestructura del Faro de Oriente, en la alcaldía Iztapalapa. Foto Hugo Salvador / EL UNIVERSAL

Faro de Oriente en el abandono

Un recorrido de por el Faro de Oriente, clave en la historia del proyecto, constata el crítico estado de su infraestructura. Particularmente vacío, aún sin iniciar los talleres (arrancan el 18 de febrero), lo registrado cobra más dramatismo. Una de las primeras imágenes es simbólica, la estructura rectangular de lo que fue la librería del Fondo de Cultura Económica (FCE) Eusebio Ruvalcaba, inaugurada con bombo y platillo en agosto de 2019, pero que dejó de operar a mediados del año pasado por falta de ventas, informa un trabajador del lugar.


Deterioro de las instalaciones e infraestructura del Faro de Oriente, en la alcaldía Iztapalapa. Foto Hugo Salvador / EL UNIVERSAL
Deterioro de las instalaciones e infraestructura del Faro de Oriente, en la alcaldía Iztapalapa. Foto Hugo Salvador / EL UNIVERSAL


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Áreas con sillas desfundadas, techos oxidados y percudidos, exposiciones con piezas de usuarios del Faro y mesas en mal estado conforman el camino de la nave principal que da a la Biblioteca Alejandro Aura, la cual está inhabilitada y no se ha podido restaurar desde hace cinco años por daños estructurales.


Deterioro de las instalaciones e infraestructura del Faro de Oriente, en la alcaldía Iztapalapa. Foto Hugo Salvador / EL UNIVERSAL
Deterioro de las instalaciones e infraestructura del Faro de Oriente, en la alcaldía Iztapalapa. Foto Hugo Salvador / EL UNIVERSAL

Una regla necesaria para la protección de los usuarios es que en la nave industrial es necesario entrar con equipo especial. Alberto Paz, maestro de escultura en metal, que da su clase en la nave, cuenta que en época de lluvia hay numerosas goteras que ponen en riesgo la integridad de las personas; la instalación eléctrica no tiene mantenimiento ni la potencia necesaria (debido a la alta demanda es constante que las pastillas de luz se boten): “Hay un reglamento interno de uso de la Nave Industrial con las disposiciones que me parece que son acertadas, el problema es que no hay personal que las haga cumplir.

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Deterioro de las instalaciones e infraestructura del Faro de Oriente, en la alcaldía Iztapalapa. Foto Hugo Salvador / EL UNIVERSAL
Deterioro de las instalaciones e infraestructura del Faro de Oriente, en la alcaldía Iztapalapa. Foto Hugo Salvador / EL UNIVERSAL


Una inclinación visible en la estructura y el suelo cuarteado confirman las razones por las que la biblioteca no opera; en la parte de atrás es mucho más notorio con las irregularidades del piso por la falla tectónica de la zona. Hace poco más de un año, también, cuentan usuarios, dejó de operar un puente de metal que conectaba la nave principal con las áreas verdes. Los baños no tienen papel y están deteriorados.

Deterioro de las instalaciones e infraestructura del Faro de Oriente, en la alcaldía Iztapalapa. Foto Hugo Salvador / EL UNIVERSAL
Deterioro de las instalaciones e infraestructura del Faro de Oriente, en la alcaldía Iztapalapa. Foto Hugo Salvador / EL UNIVERSAL

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El caso del músico Ricardo Merlos, quien da clase de batería en el Faro de Oriente para grupos de adultos y niños, habla del funcionamiento interno. Desde hace un mes, él debería saber si el taller infantil de batería continuará, pero es la hora en que la evaluación de su trabajo y la confirmación oficial no se han dado. Los padres de Valentina, una niña de 10 años que es alumna de Merlos, cuentan que desde siempre ella ha mostrado una inclinación particular por la música y lamentan la posibilidad de perder las clases que un artista profesional le daba de forma gratuita.








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