Ante la demanda hecha desde principios de este año por el grupo de científicos mexicanos —integrado por alrededor de 40 de cerca de una decena de instituciones, entre universidades y centros de investigación, además de estudiantes— para obtener recursos que les permitan mantener activos sus proyectos de investigación y la colaboración con el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN) —el más prestigioso laboratorio internacional para el estudio de la física de partículas que se ubica entre Francia y Suiza—, la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) lanzó la Convocatoria Vinculante de Organismos Internacionales, que paliará la urgencia, pero no resolverá las necesidades económicas.
Hace unos días, el físico mexicano Gerardo Herrera Corral, investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) y quien ha sido líder de colaboraciones mexicanas en ese laboratorio, denunció la “inminente salida de México del Gran Colisionador de Hadrones” del CERN debido a que desde 2021 México no ha cubierto el costo de mantenimiento de los equipos, cuyo total es cercano al millón y medio de dólares. Y aseguró que esta convocatoria no ayuda pues “es una agencia la que debe coordinar el esfuerzo nacional”.
La Secihti asegura a EL UNIVERSAL que han ratificado al CERN su interés de colaboración a través de los proyectos científicos con más de nueve instituciones mexicanas y encontrar mecanismos que permitan cubrir cuotas anteriores en el marco de entendimiento de buena voluntad.
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Pero su convocatoria sólo precisa que podrán recibir hasta 15 millones de pesos, 5 millones por año, 2025, 2026 y 2027, pero no habla del total de recursos, ni del número de apoyos que otorgarán, aun cuando se trata de proyectos de altísimo nivel, así como de proyectos a muy largo tiempo.
Además, justo ese periodo de tres años de una convocatoria que ya está abierta y cuyos resultados se darán a conocer el 2 de mayo, dista de los convenios de colaboración que el Conacyt —antes de sumar la H de Humanidades—, en su papel de agencia financiera de México, firmaba con el CERN y con otros laboratorios internacionales, pues eran por periodos de cinco años y los convenios se renovaban automáticamente, lo que no podrá ocurrir con la nueva Convocatoria Vinculante de Organismos Internacionales.
La doctora Brenda Valderrama, investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM y especialista en política científica, apunta que la nueva convocatoria no le hace sentido porque a nivel internacional la Secihti no puede sostener convenios por falta de personalidad jurídica.

“La Secretaría carece de personalidad jurídica, porque son órganos auxiliares de la Presidencia. Toda la Secretaría tiene órganos paraestatales, la actuación de la Secretaría se dio de manera incompleta. No tiene más facultades que el Conacyt, sino que tiene menos y además menos presupuesto”, señala la investigadora.
Además, las universidades y centros de investigación “no tienen facultades para firmar convenios a nombre del gobierno mexicano. Si lo que se busca es restablecer las relaciones del gobierno de México con organismos internacionales, eso no requiere a las instituciones nacionales, se hace directamente entre el Gobierno y la entidad extranjera”.
Valderrama asegura que le parece que están “tratando de cumplir algo que sí consideran que debe ser atendido, pero no tienen los medios jurídicos para hacerlo”, y pretenden que las universidades firmen los convenios a nombre del gobierno de México, pero eso no es posible, “los convenios de México con otros países no los pueden firmar las universidades, son facultad del gobierno”.
México en el mundo científico
El CERN, donde, entre otras cosas, con el Gran Colisionador de Hadrones se descubrió la llamada “Partícula de Dios”, es por supuesto el más destacado de los laboratorios de investigación internacional con el que México participa en cuatro de sus grandes experimentos: Alice, CMS, AMS 02 y NA 62, pero hay otros laboratorios internacionales como el KEKB de Japón, donde se encuentra el proyecto Belle II; o el Sincrotrón electrónico DESY, de Alemania.
Aunque en cada uno México tiene convenios y proyectos distintos con participación específica y con equipos diversos provenientes de instituciones como el Cinvestav, la UNAM, la Universidad de Sinaloa y la Universidad Iberoamericana, entre varios más, el físico Gerardo Herrera no considera que haya interés de México por mantener el apoyo.
Pero el doctor Eduard de la Cruz, a cargo del Departamento de Física del Cinvestav y participante de experimentos del CERN, reitera que no existe un pronunciamiento por parte del CERN con respecto a México, sin embargo, reconoce que sí existe la preocupación de los colegas de que a medida que pasa el tiempo, los gastos de mantenimiento y operación de los equipos se van acumulando, “pero nuestros estudiantes siguen llegando de manera normal, nuestros investigadores siguen participando de manera normal”.
Dice que estas respuestas pueden no ser suficientes para cubrir todas las necesidades, pero eso no se va a saber hasta que se vea la realidad actual del país con respecto a las diferentes contribuciones en todos los grandes proyectos internacionales en los cuales México participa. “Veremos cómo se pinta el panorama y si es posible cubrir estas necesidades sin dejar de pensar en cómo subsanar todo lo que se pudo haber acumulado de falta de pago”.
Herrera vislumbra el carácter surrealista de México: “se desmantela y se abandona al grupo de científicos y se sacrifica todo ese legado, pero hemos tenido apoyos por parte de la agencia de financiamiento para la movilidad para ir a al CERN y continuar con nuestras actividades. Esas son las contradicciones muy típicas de México”.
Llama incluso un mito que con la llegada de un científico o en este caso una científica a la Presidencia de México, habría mejores condiciones para la ciencia, “es un mito, hemos tenido en la historia de la humanidad científicos que destruyen la ciencia en su país, no necesariamente el ser científico garantiza que la ciencia va a prosperar”, concluye.