El filólogo y catedrático Aurelio González Pérez falleció hoy a los 75 años. A través de su cuenta de Twitter, la Academia Mexicana de la Lengua (@AMLengua) lamentó el deceso de quien además fuera académico de número (secretario adjunto; silla XXX) de la corporación desde el 27 de febrero de 2014
El doctor González Pérez nació el 18 de enero de 1947 y su rama de estudió abarcaba un abanico que iba de la literatura medieval y de los Siglos de Oro a la novohispana y la oralidad en el castellano (el estudio de los corridos fue una de sus grandes inquietudes).
Se especializó, por ejemplo, en el Romancero y la novela de caballerías, además de ciertos escritores que marcaron una de las épocas más fértiles de las literaturas de España y México: Cervantes, Lope de Vega y Calderón de la Barca, por un lado; Sor Juana y Juan Ruiz de Alarcón, por el otro.
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Impartió clases y conferencias en instituciones como El Colegio de México, la Universidad Nacional Autónoma de México ( UNAM ), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad Iberoamericana, por no mencionar destacadas instituciones latinoamericanas y españolas.
Algunos de los libros que escribió — por citar sólo unos pocos títulos entre su vasta bibliografía— son prueba de los intereses que el catedrático tuvo: “Formas y funciones de los principios en el Romancero viejo”, “Romancero tradicional de México”, “El corrido: construcción poética”, “Los espacios del Barroco: Cervantes y Sor Juana” y “Amadís y sus libros”.
González Pérez recibió premios como la Orden de Isabel la Católica de España en 2012, el reconocimiento “Escuela Nacional de Altos Estudios” de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en 2017, además de que fue presidente de honor de la Asociación Internacional de Hispanistas de El Colegio de México.
Desde su cuenta de Facebook, el escritor Jorge Comensal escribió: “Aurelio González Pérez fue profesor genial y extravagante. Llegaba al salón de clase (casi siempre con mucho retraso), se sentaba sobre el escritorio y con los pies bailando en el aire señalaba a alguien y le preguntaba cosas como "¿Qué es la Edad Media?". Alguna vez mi respuesta lo incitó a preguntarme si yo era lector del Times de Metepec (sigo sin entender qué quería decir, pero sospecho que pude haberme ofendido). En sus clases descubríamos que a pesar de estar en la Facultad de Filosofía y Letras todavía seguíamos aprendiendo a leer. Y leímos a Garcilaso, Aldana (la prodigiosa Carta a Arias Montano), La Celestina, El Quijote, El Lazarillo de Tormes (con quien Aurelio compartía apellidos). Lo recuerdo con afecto y gratitud”.
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