Al menos un centenar de objetos de oro que retratan la vida cotidiana y los rituales de muerte de una élite precolombina que habitó en la provincia central de Coclé, en Panamá, se exhiben al público desde este viernes en un museo que abre a los ciudadanos una colección hasta hace poco reservada a los investigadores.
Se trata de las riquezas encontradas en el Parque Arqueológico de El Caño , declarado en 2018 patrimonio de interés nacional por la Alcaldía de Natá de Los Caballeros, que ahora da reapertura a la pinacoteca clausurada hace dos años, hoy enfocada a contar desde la ciencia lo que pasó con los primeros pobladores de Coclé, así como su cosmovisión y estructura social.
Desde que se realizaron las excavaciones en el sitio El Caño, bajo la supervisión de la arqueóloga panameña Julia Mayo entre 2008 y 2018, se descubrieron varias tumbas suntuosas que datan entre los años 700 y 1.000 de nuestra era, lo que es considerado uno de los hallazgos más importantes de América.
La también directora de la Fundación El Caño expresó que entregan al museo un producto de incalculable valor para el conocimiento de la historia y las culturas antiguas del país a cambio de lo cual se han beneficiado con una experiencia de aprendizaje.
"La exposición muestra a la sociedad de Coclé como una necrópolis compleja, bien estructurada, generadora de una riqueza cultural, y de técnica y artística muy impresionante", sostuvo la investigadora.
Mayo pidió a las diversas entidades seguir con un continuo mantenimiento para que el lugar sea un atractivo para el público.
El administrador de Turismo de Panamá, Gustavo Him, precisó en un comunicado que el Museo de El Caño fortalece la oferta turística, dado que en los últimos años han captado el interés de los viajeros de Europa.
El recinto, que se divide en una sala y antesala, cuenta con una muestra documental permanente y artefactos originales y réplicas, que pueden convertirse en un referente en la construcción de las teorías antropológicas sobre el desarrollo del poder político y el surgimiento de los Estados en la antigüedad.
Un proyecto de rehabilitación del museo contó con el apoyo del Instituto Nacional de Cultura, la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología, así como de particulares y empresas locales.
Dentro del perímetro de El Caño además del museo se encuentran dos áreas arqueológicas: la estructura de columnas ceremoniales basálticas (algunas de ellas talladas) y los montículos mortuorios de tierra y de tipo funerario.
De acuerdo con la Fundación, en 1973 la empresa dueña del terreno destruyó inadvertidamente varios montículos mientras realizaban trabajos para la plantación de caña de azúcar, lo que motivó a que fuera inspeccionado por varios investigadores.
En ese mismo año la encargada de la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico, Reina Torres de Araúz, preparó un programa para el sitio, que culminaría con la creación del Parque y en 1979 la casa que alberga el museo.
akc