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La galería Queen's del Palacio de Buckingham muestra los 300 años de relaciones que existieron entre Rusia y Gran Bretaña, las cuales se hicieron más fuertes con bodas entre miembros de la familia imperial rusa “Los Romanov” y la familia real británica.
La exposición “Rusia: Realeza y los Romanov”, que permanecerá abierta hasta el 28 de abril de 2019, explora los vínculos entre la realeza británica y la rusa a través de pinturas, joyas Fabergé, muebles, acuarelas, y diversos regalos diplomáticos.
Una de las salas presenta las tres obras pictóricas del danés Laurits Regner Tuxen, a quien la reina Victoria de Inglaterra comisionó una pintura del matrimonio de su nieta la princesa Alix de Hesse con el zar Nicolás II , quienes se casaron el 26 de noviembre de 1894.
Foto: Notimex
Sin embargo, los lazos matrimoniales datan de dos décadas antes, cuando el segundo hijo de la reina Victoria, Alfredo duque de Edimburgo, se casó con la gran duquesa María Alexandrovna, la hija del Emperador Alejandro II , un evento que fue inmortalizado con el pincel del ruso Nicolás Chevalier.
Los lazos anglo-rusos comenzaron con la visita a Londres en 1698 de Pedro el Grande, el primer zar ruso en pisar suelo inglés como parte de un viaje a Occidente para reforzar lazos diplomáticos.
Durante su estancia de tres meses, el zar se reunió con el rey Guillermo III y a su regreso le presentó un retrato de cuerpo completo del pintor de las cortes inglesas, Godfrey Kneller.
La curadora de la exposición Caroline de Guitaut, señaló a Notimex que el retrato de cuerpo completo de Pedro El Grande refleja la nueva relación que se forjaba entre las dos naciones.
“El retrato se convirtió en el prototipo de la imagen de Pedro el Grande con la mirada del zar mirando hacia Occidente y fue copiado en años subsecuentes. El fondo del cuadro puede aludir a una batalla simulada de Pedro en el puerto inglés de Portsmouth”.
Durante los siguientes siglos emperadores, emperatrices, duques y duquesas rusas fueron recibidos en suntuosas bienvenidas en Inglaterra.
Tal fue el caso del emperador Nicolás I, quien estuvo en Inglaterra en 1816-1817 para asistir a un banquete de 100 platillos, ofrecido por el príncipe regente.
Las piezas de arte y los regalos diplomáticos como las dos urnas gigantes de porcelana y oro que adornan la primera sala son una muestra del afecto que reinó entre ambas naciones hasta la ejecución del zar Nicolás II y su familia el 17 de julio de 1918.
Varias piezas invaluables del joyero Carl Fabergé entraron a la Colección Real británica entre ellas el huevo Fabergé con mosaicos diminutos de 1914.
Nicolás II y su familia visitaron Inglaterra por última vez en agosto de 1909
para asistir a la regata anual en la Isla de Wight, y ambas familias cenaron juntas en sus respectivos yates.
En esa visita, la princesa de Gales (más tarde la reina María) recibió un broche de diamante Fabergé hecho de la piedra imperial ametista siberiana, que se distingue por un color morado intenso.
Tras la ejecución de la familia imperial rusa en 1918, la reina María se dedicó a reunir los regalos rusos que actualmente forman parte del fideicomiso de la Colección Real (Royal Collection Trust).
akc