En un breve telegrama, un corresponsal alertaba a EL UNIVERSAL lo que ocurría en Michoacán hace 80 años: “reventó un volcán que ha empezado a arrojar humo”.

Se trataba del nacimiento del , que comenzó a tener actividad el 20 de febrero de 1943, agarrando desprevenidos a los pobladores de la zona.

Entonces, se usaron todos los medios posibles para evacuar a los pobladores de Paricutín y Parangaricutiro, pueblos que serían reemplazados por el crater de este nuevo volcán.

Este fenómeno de la naturaleza cautivó al pintor Dr. Atl y a vulcanólogos en todo el mundo.

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Un volcán está haciendo erupción en Parangaricutiro

21 de febrero de 1943

Únicamente para EL UNIVERSAL

URUAPAN, Mich., 20 de febrero de 1943.- El Presidente Municipal de San Juan Parangaricutiro, Michoacán, se dirigió telefónicamente al de Uruapan notificándole que los habitantes de aquel pueblo piden angustiosamente medios de transporte para salir de allí, debido a que reventó un volcán que ha empezado a arrojar humo.

El alcalde y las autoridades federales proceden con toda actividad.

EL CORRESPONSAL


Hay serios temores por el nuevo volcán

22 de febrero de 1943

Todos los habitantes del poblado de Parangaricutiro saldrán de ese lugar

Telegrama para EL UNIVERSAL

URUAPAN, Mich., 21 de febrero de 1943.- Ampliando mi información de ayer sobre el volcán que apareció a cinco kilómetros de Parangaricutiro, Michoacán, y que en plena actividad ha estado arrojando humo y fuego hasta obscurecer esta ciudad, debo agregar que los habitantes del pueblo siguen evacuando éste rápidamente y que la presidencia municipal obligó anoche a los camioneros a ayudar al traslado del vecindario. La policía y el departamento de tránsito han procurado guardar el orden y desde esta ciudad se observa la actividad del volcán, sobre todo al obscurecer en que el reflejo rojo del penacho es más visible. La mayoría de los habitantes de Parangaricutiro están llegando aquí.

Entre temblores, grietas en el suelo y “lluvia” de piedras: así nació el volcán Paricutín hace 80 años
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EL CORRESPONSAL

Éxodo de 3,000 personas

Las autoridades del Estado de Michoacán están haciendo arreglos para evacuar alrededor de tres mil personas de San Juan Parangaricutiro. El general Félix Ireta se trasladó desde la ciudad de Morelia al lugar del suceso, acompañado del Alcalde de Uruapan, la más cercana ciudad a San Juan.

Todos los autos de alquiler, camiones y vehículos particulares de la región han sido movilizados para transportar a los habitantes, por considerarlo necesario las autoridades.

Los reportes recibidos son muy escasos, pero indican que la erupción comenzó antes de ayer en la tarde, y testigos presenciales aseguran que se levantó una columna de humo de cerca de dos mil pies de altura desde el cráter, en forma intempestiva.

Los dispositivos para la evacuación han sido hechos violentamente, pues las autoridades temen que de un momento a otro la erupción entre en mayor actividad y constituya, por lo tanto, mayor peligro para los habitantes.

Otros reportes dan cuenta de que en la población de Paritucuri, cercana a Parangaricutiro, cuando la erupción ocurrió, se abrieron enormes grietas en el suelo.

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EL CORRESPONSAL

El nuevo volcán en erupción

23 de febrero de 1943

United Press.

LOS REYES, Michoacán, 22 de febrero.- Después de haberse registrado pequeños temblores con intervalos de quince minutos, por espacio de quince días consecutivos, el último sábado, a las diecisiete horas, hizo erupción un volcán con cráter de diámetro muy reducido, en terreno plano, en la zona de Paricutín, Michoacán, a tres kilómetros de la municipalidad de Parangaricutiro, según ha informado exclusivamente a la United Press el señor Sabás Herrera y Zavala.

Parangaricutiro se encuentra a veintiocho kilómetros al Sureste de Los Reyes y a ciento veinte kilómetros al Suroeste de Morelia, la capital del Estado. El volcán comenzó arrojando humo espero en gran cantidad y ensanchó paulatinamente el cráter, que el domingo tenía más de veinticinco metros de diámetro, arrojando llamas y piedras incandescentes de volumen aproximado hasta de un metro cúbico, las cuales formaron rápidamente en derredor del cráter un montículo de más de cincuenta metros de altura.

Entre temblores, grietas en el suelo y “lluvia” de piedras: así nació el volcán Paricutín hace 80 años
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Ha nacido un volcán

4 de marzo de 1943

Como vió nuestro redactor la erupción del volcán de Paricutín.- Se trata de un volcán auténtico

Por Figaro

Los rayos del sol mañanero apenas logran atravesar la capa de ceniza que cubre el cielo. El sitio está obscuro, no obstante que los alrededores se ven iluminados. De la cerca de piedra a la masa de lava que circunda al volcán habrá unos trescientos metros, que se recorren sobre el campo de cultivo, con el polvo hasta los talones. Más allá empieza el amontonamiento de escorias humeantes. El cono se alza a no menos de unos seiscientos metros de allí. Por eso es divertido cuando alguien, para darse importancia, asegura, muy serio, que un fotógrafo, “con peligro de muerte”, logró tomar una fotografía a DOSCIENTOS METROS de distancia del cráter. Para eso, habría que marchar sobre los restos quemantes de la erupción. La distancia al cráter, de acuerdo con la velocidad del sonido (400 metros por segundo) puede calcularse en no menos de mil metros.

A los pocos minutos de estar allí, se da uno cuenta de que hay un límite al “No man's Land”, o sea la región peligrosa. Fuera de ella se sitúa uno, sin temor de que le caigan las piedras. Pero sucede que hay algunas que son proyectadas fuera de este límite y que van a caer a la llanura, en donde se entierran. Esto, sin embargo, es muy raro. Durante nuestra visita cayó una, detrás de nosotros de un cuarto de tonelada por lo menos, y tuvimos que retroceder, espantados, no fuese a suceder que nos tacar el “gordo” de la lotería, o cuando menos alguna aproximación.

La dirección que toman las andanadas no es siempre la misma. Se siente, de pronto, que todas las piedras se nos vienen encima. Pero éstas, una vez que llegan al final de la parábola, descienden perpendicularmente, con un sordo zumbido y un “chás” final, que recuerda el del hierro caliente al entrar al agua. Es una pedrea furiosa, como nube de moscas, en que figuran varias toneladas de roca desmenuzada, la que va acumulándose al pie del volcán. El depósito de fragmentos que se forma cada segundo, hace presión sobre las anteriores y, de esta manera, el volumen de tobas basálticas avanza como un carro que rodará imperceptiblemente. Es difícil, sin aparatos adecuados, calcular la velocidad de esta marcha; pero, con asombro, ve uno cómo en donde estuvo unas horas antes ya no se puede estar.

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