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Resaltar en la transición gubernamental las fortalezas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para alcanzar un acuerdo presupuestal que reconozca los déficits históricos acarreados por la Institución y que implican el logro de ciertas negociaciones, rumbo al “reconocimiento de los apoyos presupuestales al Instituto”, fue una de las recomendaciones que María del Carmen Castro Barrera, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, dio durante la mesa de análisis “Realidades y desafíos de la conservación y restauración del patrimonio cultural”, que forma parte del ciclo “Grandes problemas de la cultura y el patrimonio cultural”, ciclo que coordina el investigador Bolfy Cottom y que se lleva a cabo en la Dirección de Estudios Históricos del Instituto.
En la mesa estuvieron la ya citada Castro Barrera y Yolanda Madrid Alanís, subdirectora de investigación de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía.
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Castro Barrera empezó su intervención detallando ciertas líneas estratégicas que sirven como recuento de esta administración: el hecho de que hay, por ejemplo, un gran número de restauradores en la zona centro del país y la ausencia de los mismos, tanto de base como contratados, en Baja California y Durango; la relevancia de la estrategia nacional de conservación de bienes culturales muebles y de los asociados a inmuebles paleontológicos, arqueológicos e históricos; la atención a comunidades; los seguros institucionales; la conservación preventiva, que es medular y la prevención del robo.
“El recurso institucional en muchos casos no es suficiente”, señaló y recalcó que algunos estados donde se han abocado a la reconstrucción, no han sido sencillos, más aún si se le suman las complicaciones de la pandemia.
Los inventarios son otro tema fundamental que enlista: “Si no hay inventarios, difícilmente podemos atender el patrimonio, porque no hay registro ni memoria entonces”, abundó Castro.
“Necesitamos una estructura administrativa más amplia que esté reconocida por Hacienda (..) Hay dos direcciones que han estado funcionando por el apoyo de compañeros de base (...) Se requiere mayor solvencia económica para poder operar los centros de trabajo”, dijo en su primera participación.
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En su turno, Madrid afirmó que los restauradores tienen presencia, en términos de investigación, a nivel nacional e internacional, pero ésta podría ser mucho más amplia. Coincidió en que la falta de recursos impide generar vínculos fundamentales. “No tenemos acceso a publicaciones de alto nivel porque son pagadas y no hay una infraestructura adecuada”.
No omitió temas como la equidad de género y el debate de los grafitis en el patrimonio. “Hay un grave problema relacionado con los fondos y los recursos que son insuficientes y merman la profundidad en la que quisiéramos poder actuar en todos los casos o lograr los alcances previstos. Creo que hay un problema nacional e internacional: el apoyo financiero. Donde hables con un restaurador, con una restauradora, donde sea que esté, tiene problemas de financiamiento porque es limitado, llega a cuentagotas y porque provoca retrasos en los proyectos”.