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El tan cuestionado, y con mucha razón, rediseño de los Libros de Texto Gratuitos que ha emprendido Marx Arriaga como director general de Materiales Educativos de la SEP y que se ha empeñado en tener listos el 31 de mayo, casualmente una semana antes de las elecciones intermedias (las más importantes de los últimos años para nuestro país) no sólo ha mostrado la carencia de cordura y de un diagnóstico que sustente la reforma sino además ha puesto sobre la mesa el despropósito de su estrategia social y “revolucionaria”, pues ni su jefa, la maestra Delfina Gómez, ni su jefe indirecto, Eduardo Villegas, a cargo de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México y de la Estrategia Nacional de Lectura, han dicho “esta boca es mía”, por el contrario, lo que Arriaga ha obviado es que apenas el 11 de marzo, cuando Marx tenía 11 días en el cargo y aún no se encontraba, otra vez, en el ojo del huracán, Villegas presumía ante promotores de la lectura de España, Argentina y Chile que su gran logro en año de pandemia había sido la digitalización de los Libros de Texto Gratuitos, esos que Marx "Che Guevara" busca reformar con las “armas melladas”. La pregunta es ¿y ahora que va a presumir México en fomento a la lectura? Porque expertos apuntan que del dichoso rediseño no saldrán mejores libros, sino bodrios.
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Que esperen, familias que viven de la cultura
Sin importar las críticas ni que el sector cultural haya pedido apoyos, el Proyecto Chapultepec avanza. El lunes, en el Diario Oficial de la Federación se dio a conocer que 2 mil 637 millones de la Secretaría de Cultura federal fueron reasignados a la Secretaría de Obras y Servicios (mil 357 millones 900 mil) y a la Secretaría de Medio Ambiente (mil 279 millones 970 mil) para estudios y obras en Chapultepec. Sin embargo, muchos se preguntan cuántos programas y proyectos culturales se hubieran beneficiado si ese dinero mejor contribuyera a disminuir los efectos de la pandemia, pues la cantidad no es menor. Chapultepec fue catalogado como proyecto prioritario, no así las familias que viven de alguna actividad relacionada con la cultura, ellas pueden esperar, todo sea por cumplir órdenes del Presidente.
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