Las tumbas de algunos de los pilares de la cultura y la historia mexicana, como los pintores David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco; los compositores Manuel M. Ponce y Julián Carrillo; el pedagogo Gregorio Torres Quintero; los escritores Amado Nervo y Rosario Castellanos; el piloto aviador Francisco Sarabia Tinoco; el general José Ceballos y el político Joaquín Baranda y Quijano se encuentran abandonadas, en franco deterioro o con huellas de saqueo, robo y con placas y adornos faltantes al interior de la Rotonda de las Personas Ilustres.
No es la primera vez que durante los últimos años se denuncia la falta de rehabilitación en la Rotonda o que dicho espacio se encuentra en medio de la polémica. Pero este actual descuido en las tumbas se vincula directamente con el 50 aniversario luctuoso de David Alfaro Siqueiros, que se cumplió el 6 de enero y el abandono de su monumento funerario, denunciado por Alfonso Miranda, director del Museo Soumaya, y la gestora cultural Miriam Kaiser, quienes el fin de semana visitaron el Panteón de Dolores para rendirle honores al pintor: “Entre tumbas en absoluto descuido y el paso del tiempo, sobre las hojas sin barrer y hierba caminamos hasta quedar de espaldas de la escultura de Armando Ortega realizada en la Tallera, matriz creativa, como monumento póstumo al prócer de la experimentación plástica. (...) Quité las hojas sobre la placa y con mi pañuelo la limpié. El trozo de algodón blanco pronto quedó marrón grisáceo. Saqué el móvil y tomé la imagen como testigo de memoria y denuncia”, fue el mensaje que publicó Miranda en su cuenta de Facebook.
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Más allá de que la visita a la tumba fuera provocada por la sorpresa de que no se haya realizado una ceremonia en la fecha exacta que se cumplió el aniversario luctuoso, lo más grave —explica Kaiser en entrevista— es que, durante esa visita, personal del panteón les comentó que la Rotonda lleva dos años cerrada al público: “El rato que estuvimos ahí en la Rotonda no vimos policías ni gente barriendo. Sólo vimos a dos trabajadores en una tumba muy a la entrada, del lado derecho. No vimos a nadie cuidando, como si todos estuvieran de vacaciones. Luego, alguien nos hizo el comentario de que la Rotonda tenía dos años cerrada. Hablamos del descuido de tenerla cerrada por dos años, de la mugre que vimos por todas partes en el panteón, aunque de lejos y a puertas cerradas la Rotonda se ve bien”, dijo la gestora cultural.
Cuando EL UNIVERSAL visitó el Panteón de Dolores, en febrero de 2023, para registrar el avance de las obras de infraestructura del Proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura, el acceso a la Rotonda no era posible. El domingo pasado, sin embargo, sus puertas estaban abiertas al público: dentro de la estructura circular es notorio el mal estado deprácticamente todas las tumbas, monumentos funerarios y cenotafios. Más allá de las tumbas de los diez creadores mencionadas inicialmente se puede hacer una larga lista de afectaciones, dejando un poco de lado los montones de hojarasca vieja, el pasto quemado y las capas de polvo: se ve el gran deterioro en la piedra de la tumba de Luis G. Urbina; la suciedad en las sepulturas de Agustín Yáñez, Genaro Estrada y Diego Rivera; el mármol percudido en la de Angela Peralta; el bronce picado en la reproducción de la máscara mortuoria de Amado Nervo.
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Kaiser centró su atención en la de José Clemente Orozco: “La vi de lejos, tras la reja, y me pareció que está muy lastimada, que le falta muchísima piedra de tezontle. La vi triste porque es una tumba muy linda, una columna austera, en cuya parte inferior se lee ‘José Clemente Orozco’ y las fechas correspondientes. Le tengo un aprecio personal, por ser de Orozco y por la delicadeza y austeridad del monumento entre las demás tumbas que hay allí”.
Pero esto es sólo una muestra, puesto que hay 116 monumentos en la Rotonda, ciertos daños son más notorios: el monumento de Manuel M. Ponce, al que le arrancaron la placa, que es huella de robo y saqueo; la ausencia de ciertas letras de gran formato en los nombres de Julián Carrillo y Rosario Castellanos; tres lápidas en las que es difícil leer el nombre: en la primera, la del general José Ceballos, aún es posible; en la del político Joaquín Baranda y Quijano y la de Gregorio Torres Quintero, el deterioro es tal que es imposible reconocer a quién pertenecen las sepulturas. La huella de una cruz de metal que fue arrancada es visible en la tumba del piloto aviador Francisco Sarabia Tinoco.
Al recorrer la Rotonda y observar desde su parte trasera, Kaiser contó que ella y Miranda vieron un “cochinero lamentable”: aunque aquel día las puertas estaban cerradas, a lo lejos era notorio, dijo, que requiere ser restaurada.
La lista sigue: el daño en la piedra de la tumba del escritor Vicente Riva Palacio; el rastro dejado por la lluvia sobre la del astrónomo Guillermo Haro; la notoria suciedad que mancha los sepulcros del pintor y arquitecto Juan O'Gorman, de la primera mujer embajadora que tuvo el país, Amalia González Caballero de Castillo Ledón, y de Jaime Nunó y Francisco González Bocanegra, autores del Himno Nacional Mexicano; la hojarasca desperdigada que cubre uno de los monumentos más hermosos —el de la pintora María Izquierdo— y hasta la presencia de heces de animales del bosque al pie de dos esculturas —una de ellas es, justo, la de Siqueiros.
“La Rotonda de las Personas Ilustres debería tener un significado mayor. Si viene alguien de Zacatecas, Sonora o Chiapas a la Ciudad de México; si vienen los bisnietos de algún prócer, ¿qué querrán ver? Por supuesto que la tumba de sus ancestros. Para eso están allí reunidas una serie de personalidades históricas, debe ser posible visitar un lugar de este tipo los 365 días del año. Esa es la finalidad de un lugar como la Rotonda”, abundó.
La lámpara votiva, continuó, debería estar siempre encendida. Un dato curioso si se recuerda que en agosto de 2014 se reportó el robo de siete de sus rejillas de bronce y que con anterioridad se ha denunciado que ésta es apagada en ocasiones. Ese mismo año, dos meses antes, la gestión de la Rotonda atravesó uno de los momentos más críticos de su historia, cuando salió a la luz que Claudia Cervantes, actriz y sobrina del expresidente Calderón, realizó allí su fiesta de cumpleaños.
Hay otras figuras en la Rotonda cuyo aniversario luctuoso también se conmemora en 2024: José Clemente Orozco (75 años), Alfonso Reyes (65), Gerardo Murillo, el "Dr. Atl" (60) y Jaime Torres Bodet (50).
A nivel administrativo, la responsabilidad directa es del Consejo Consultivo de la Rotonda, presidido por la Secretaría de Gobernación y conformado por su secretario, así como los de Defensa Nacional, Marina, Educación Pública y Cultura; su presupuesto proviene de Gobernación. La Secretaría de Cultura y el Inbal informaron que, a través de la dirección de la Sala de Arte Público Siqueiros/La Tallera, desde 2023 se gestionaron los permisos ante la Secretaría de Gobernación para realizar una ceremonia, que será presidida por la familia de Siqueiros el 16 de enero a las 9:00 horas. También informó que, en diciembre, el personal del CENCROPAM limpió la escultura “Prometo encadenado” y la placa en la tumba. La Secretaría de Gobernación, a cargo de la Rotonda de las Personas Ilustres, no respondió a la petición de información hasta el cierre de la edición.