Tres meses después de “ El Halconazo ” (10 de junio de 1971), el entonces presidente Luis Echeverría dio el grito de Independencia en el Zócalo capitalino, un evento donde no se hizo mención el suceso que marcó un episodio más sobre el abuso de autoridades y del ejército sobre jóvenes estudiantes.
“El apoyo que dan las Fuerzas Armadas, más la conciencia patriótica de los ciudadanos, es lo que asegura la existencia de un clima de paz social”, declaró Echeverría durante la noche del 15 de septiembre.
La población se reunió en la Alameda Central, donde niños con bigotes y patillas postizas gozaban del escándalo de las cornetas y del sabor de los elotes.
Foto: Hemeroteca El Universal
Durante el desfile, se soltaron palomas blancas, los bomberos fueron uno de los contingentes más ovacionados por la población -más que el resto de militares. Mientras que en el recorrido destacaron las compañías de yaquis, quienes hicieron la “Danza del Venado”, así como la presencia de gaiteros, que habían viajado desde Escocia, en nombre de la reina Isabel II .
Así fueron las fiestas patrias en uno de los años más controvertidos en la historia del gobierno de Luis Echeverría.
Sacrificio Victorioso de Todo un pueblo por Crear una Patria Libre
Viernes 17 de Septiembre de 1971
Por Javier Martínez
“El apoyo que dan las Fuerzas Armadas, más la conciencia patriótica de los ciudadanos, es lo que asegura la existencia de un clima de paz social, sobre lo que se construye nuestro país”. Así lo afirmó ayer el Presidente Luis Echeverría, al ser entrevistado en Palacio Nacional, al concluir el tradicional desfile militar.
Minutos antes de las 14 horas, el jefe del Ejecutivo Federal había recibido los partes -sin novedad- que le rindieron el comandante de la Columna Militar y el jefe de la Fuerza Aérea Mexicana, generales Enrique Sandoval Castarrica y Roberto Salido Beltrán, respectivamente.
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Por otra parte, y al pedirle su opinión sobre el desfile militar que había presenciado desde el balcón central de Palacio Nacional, acompañado de los miembros de su gabinete, el Presidente de la República expresó:
“Hemos presenciado, con un profundo interés, el progreso, la disciplina, el patriotismo de las Fuerzas Armadas, que en nuestra Patria son un ejemplo de lo que es el apoyo a las instituciones republicanas, a la ideología en marcha de la Revolución, y hemos visto también cómo están preparando a las nuevas generaciones que, con un gran fervor patrio, ingresan a las filas de las Fuerzas Armadas para servir así a México.
Foto: Hemeroteca El Universal
“Asimismo, observamos a los contingentes de las escuelas militares, con satisfacción. Sabemos cómo ha aumentado el número de solicitudes de jóvenes para ingresar a esas escuelas, por la excelente preparación profesional que en ellas se imparte.
“También hemos visto cómo los recursos humanos técnicos y materiales de las Fuerzas Armadas, encuentran caminos de superación permanente.El mejoramiento de éstas, en todos los órdenes, es sin duda producto del acendrado patriotismo que cada uno de los integrantes, desde la tropa, clases y oficiales, hasta los más altos jefes como son los señores secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, quienes han mostrado una personal preocupación por poner en marcha los programas que permitan a las Fuerzas Armadas de México continuar por un camino de sólido progreso”.
Al servicio del pueblo
Igualmente, el presidente Echeverría señaló “la marcha ascendente de las Fuerzas Armadas de México, que de acuerdo a la Constitución y con el espíritu patriótico que tienen, están al servicio del pueblo”. Señaló que ya en el ejército ha salido del pueblo mismo por ello está a su servicio, además de que día a día aumenta su profesionalismo y su técnica, mejora su equipo y desarrolla programas para el bienestar o auxilio de las comunidades de México.
El Grito. Gran sencillez y júbilo desbordante
Por Ángel Gómez Granados, redactor de EL UNIVERSAL
La impotente ceremonia de “El Grito”, que presidió por primera vez el Primer Magistrado Luis Echeverría tuvo la noche del 15 mayor emotividad y significación republicana, al conmemorarse 161 años de haberse iniciado nuestra lucha libertaria, y en el año en que se cumplen 150 de nuestra vida independiente.
El Presidente Luis Echeverría hizo su aparición en el balcón central del Palacio Nacional a las 23 horas en punto. Sosteniendo la Enseñanza Nacional con ambas manos, con gran emoción en su rostro y voz clara, dirigiéndose al pueblo de México, su pueblo , dijo: MEXICANOS: ¡Viva la Independencia Nacional! ¡Vivan los héroes que nos dieron patria y libertad! ¡Viva Miguel Hidalgo! ¡Viva José María Morelos! ¡Viva Vicente Guerrero!
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Y poniendo mayor énfasis y emoción a su voz agregó: “Viva la Revolución Mexicana” para terminar repitiendo tres veces “Viva México”, lo que provocó gran emoción entre los asistentes al salón de recepciones y que la multitud, congregada en la Plaza de la Constitución, estallara en júbilo y aclamara entusiastamente al Jefe del Ejecutivo, que ondeaba la Enseñanza Nacional.
El Primer Magistrado en unión de su esposa, la Señora María Esther Zuno de Echeverría, arribó al salón de recepciones a las 22:37 horas en punto.
Verbena en la Alameda
Animada verbena popular, en la que participaron miles de familias capitalinas, se efectuó en la Alameda Central la noche del miércoles.
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Mientras por las calzadas que atraviesan la Alameda, familias enteras se paseaban disfrutando del ambiente de fiesta, en el teatro al aire libre “Agustín Lara”, se desarrolló un festival artístico, organizado por la Dirección de Acción Social y Cultural del Departamento del Distrito Federal, con la participación de cantantes folclóricos y grupos de danzas regionales.
Niños con patillas y bigotes postizos hacían sonar sus cornetas tricolores, mientras vendedores de elotes, serpentinas, conffeti, sombreros, antifaces, etc., ofrecían insistentemente su mercancía, obligando a los padres de familia a meter la mano en la bolsa y complacer a sus hijos.
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En esta ocasión la Alameda fue profusamente iluminada con guirnaldas de focos tricolores, lo mismo que las fuentes, que por medio de reflectores especiales semejaban pequeñas cascadas de luz con los colores patrios.
Cuando se acercó la hora del tradicional “grito” en el Zócalo, el torrente humano comenzó a desplazarse hacia la Plaza de la Constitución, en medio de alegres manifestaciones.
Para evitar accidentes fueron cerradas al tránsito de vehículos la avenida Juárez y otras calles adyacentes.
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El desfile, cátedra de marcialidad
Por Mario Aguirre Rosas
En un marco de absoluta mexicanidad y fiel republicanismo, que mereció el elogio del Presidente Luis Echeverría Álvarez, las fuerzas armadas de México dieron ayer cátedra de disciplina y marcialidad, al participar en el magno desfile militar con que culminaron los festejos de conmemoración del 161 aniversario de la iniciación de nuestra Independencia Nacional.
En el formidable desfile de ayer, primero que presencia desde el balcón central de Palacio Nacional el licenciado Echeverría Álvarez, con la alta investidura de jefe super de las fuerzas armadas, también participaron grupos no dependientes del ejército, algunos de ellos por primera vez, como las compañías de yaquis y zapotecas, y principalmente la Banda de Gaiteros del Real Regimiento Montañés “Guardia Negra” de Gran Bretaña, que a su paso inundaron el ambiente con sonidos de gaitas y tambores el trayecto de la parada, desde la calle Pino Suárez, al sur del Palacio Nacional, hasta la Diana Cazadora, donde se desintegró la columna.
El sector femenino participante puso la nota alegre en la jornada, lo mismo al paso gallardo de las alumnas de la Escuela Militar de Enfermeras, que al delicado ritmo de marcha de las guapas muchachas de la Escuela Comercial Cámara de Comercio, y la presencia de las erguidas profesionales de enfermería, que en transportes del ejército, pasaban junto con médicos, veterinarios e ingenieros y en general los miembros de la brigada de labor social de agrupamientos motomecanizado.
Foto: Hemeroteca El Universal
Organización de la columna
A las 11 horas el Presidente de México, entre una jubilosa aclamación de los miles de asistentes al Zócalo, infinidad de ellos turistas, nacionales y extranjeros, el licenciado Echeverría ordenó el desfile que se inició con una descubierta de oficiales motociclistas de la Subdirección de Tránsito, que avanzaban con lentitud y frente al balcón central saludan al Jefe del Ejecutivo mexicano.
Estaban ya frente al presidente y sus invitados los miembros del agrupamiento de transmisiones, cuando se dejó escuchar el potente rugido de los motores de nueve aviones de transporte militar que cruzaron el cielo de Anáhuac. Contrastaron con el vuelo vertiginoso de naves de retroimpulso que como exhalación pasaron por el Zócalo a baja altura, y de siete modernos helicópteros cuyos colores azul y blanco sobresalían en la nublosa mañana.
Foto: Hemeroteca El Universal
Precisamente frente a Palacio Nacional fueron liberadas decenas de palomas mensajeras, que con armonioso vuelo buscaron los recovecos centenarios de Catedral y de los edificios que circundan al Zócalo, improvisando vistoso desfile colombófilo que propició estruendoso aplauso, antes de dirigirse al Campo Militar No. 1.
La Cruz Roja y bomberos
Muchos aplausos y vítores cosechó el contingente que presentó la benemérita Cruz Roja Mexicana, por la que desfilaron 7 motociclistas, un vehículo de comando, 2 camiones, 3 plataformas, 10 patrullas, 8 ambulancias, 200 personas transportadas y 100 socorristas a pie, entre ellos los grupos de salvamento de montaña y rescate acuático.
Siguieron los miembros del agrupamiento de la Dirección General de Autotransporte Federal, comando, grupo de comando, unidades y un escuadrón de autopatrullas de la Policía de Caminos.
Un espontáneo aplauso surgió de la multitud, el más prolongado hasta esos momentos, y todas las miradas convergieron en extremo sur del Palacio donde comenzaron a desfilar los integrantes del Heróico Cuerpo de Bomberos del Distrito Federal, al mando del coronel Juan Gómez Rodríguez.
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División de infantería “Hermenegildo Galeana”
El general de brigada DEM leopoldo Garduño Canizal mandó la División de Infantería “Hermenegildo Galeana”, organizada por los siguientes grupos: estado mayor, primera brigada de infantería del Cuerpo de Guardias Presidenciales, segunda brigada de infantería, brigada de fusileros paracaidistas, segundo batallón de tropas de administración, agrupamiento femenino del Ejército y fuerza aérea, brigada mixta del SMN, batallón de zacapoaxtlas, compañías yaquis y compañía de zapotecas.
Armonía, férrea disciplina, perfecta coordinación, gran sentido de la exactitud y arrojo a toda prueba son los timbres característicos de quienes forman esta división, sobre todo de los fusileros paracaidistas que marcharon a paso de ganso.
Los primeros eran comandados por el ciudadano Ezequiel Flores García. Proceden ellos de la región noroeste de Puebla, apartada y agreste zona asiento de las razas mixteca y totonaca. Avanzaban con su típica vestimenta, una especie de jubón café que se ciñe a un atuendo hecho de manta. Marchaban con sus machetes, donde algunos rayos de sol, que se colocaban entre las nubes, brillaban.
Foto: Hemeroteca El Universal
Vienen en seguida lon integrantes de la compañía de yaquis, fornidos y bravos guerreros que por primera vez desfilan en un 16 de septiembre en la Capital de la República. Son gente de Bacum, Torim, Vicam y Potam, en Sonora, virtuosos en el valor y la nobleza, de gran resistencia física y mucho amor al trabajo. los precedía un transporte militar de amplia plataforma sobre la que mujeres yaquis portaban banderas nacionales y sus compañeros interpretaban la Danza del Venado.
Contrastando en estatura, pero compitiendo con los primeros en lealtad, patriotismo y valor, pasan ante el Presidente Echeverría los miembros de la compañía de zapotecas.
La “Guardia Negra”
Foto: Hemeroteca El Universal
De gran colorido resultó la participación en la excelente parada militar de la banda de gaiteros del Real Regimiento Montañés Guardia Negra, procedente de más notables en su uniforme es el tocado, hecho de plumas de avestruz. La pluma roja en los botones, es una famosa insignia concedida al Regimiento Guardia Negra para que su uso exclusivo como distintivo.
Usan también el “kilt” o falda tableada, que en los gaiteros y tamborileros es de dos tipos: una obscura que corresponde a la Guardia Negra y una roja, que corresponde a la familia real.
Atronadores aplausos brindaron los mexicanos congregados en el Zócalo a estos marciales gaiteros, que desde su país vinieron al nuestro como embajadores de buena voluntad, para afirmar los lazos de amistad de México y Gran Bretaña.