Para el director Enrique Singer, el Rigoletto es una ópera, un drama que, sin lugar a duda, presenta una denuncia cruda y total sobre su sociedad; 170 años después de su estreno, el clásico de Giuseppe Verdi sigue dialogando con el presente y es adaptado ahora a un contexto mexicano.
“Es una de las óperas que yo conozco que denuncian con mayor asertividad el mal uso del poder”, explicó Enrique Singer en la rueda de prensa para anunciar esta obra que se presentará con la Compañía Nacional de Ópera, Benjamin Pionnier en la dirección concertadora del maestro y el propio Singer en la dirección escénica.
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No se puede, continuó, hacer la misma denuncia que en el siglo XIX, por lo que se decidió plantear el conflicto en la Ciudad de México de la década de 1960, en un tiempo que “fue un parteaguas mundial en la cultura”, con la segunda ola del feminismo, la liberación social y la protesta estudiantil.
“Pero al mismo tiempo todavía existe y convive con movimientos muy conservadores, con una visión muy masculina de la forma de conducir la sociedad del poder. Todavía vivimos bajo un régimen, los que tienen mi edad para arriba, absolutamente masculino y patriarcal. Es un momento muy interesante de cambio.
“Comparto la idea de que la ópera tiene que conectarse con nuestros problemas, con nuestra sociedad, de una manera muchísimo más directa. Normalmente lo que estamos haciendo son óperas basadas, incluso en lo estético, en la manera europea de ver el mundo. La ópera debe hablar también de nuestra realidad”, agregó.
Además subrayó que si bien hay quienes ven en el Rigoletto una obra machista y misógina, nada hay más alejado de la realidad porque la trama de la ópera es una denuncia sobre la violencia contra la mujer.
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Un dato curioso es que el Rigoletto es una obra que ha jugado un papel crucial en la trayectoria de varios de los artistas participantes: fue la primera obra que Singer y Alfredo Daza vieron en la vida, así como la última en la que cantó Marcelo Lombardero, director de la Compañía Nacional de Ópera y del Estudio Ópera de Bellas Artes.
En la producción también participan la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes, con Rodrigo Elorduy como director huésped. Entre los artistas que alternan están Alfredo Daza (los días 8, 11 y 15) y Jorge Lagunes (13 y 18) en el papel de Rigoletto; Arturo Chacón-Cruz (8 y 13) y Leonardo Sánchez (11, 15 y 18) le dan vida al Duque de Mantua; y Leticia de Altamirano (8, 11 y 13) y Génesis Moreno (15 y 18) como Gilda. También participan los coreógrafos Raúl Tamez y Rodrigo González Juárez.
En el reparto general están José Antonio García, Guadalupe Paz, Oscar Velázquez, Édgar Villalva, Amed Liévanos, David Echeverría e Hildelisa Hangis, entre otros. Las funciones son el 8, 11, 13, 15 y 18 de mayo (martes y jueves, 20:00; domingos, 17:00 horas) en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.