Es difícil definir en pocas palabras a Elvis Guerra , joven lleno de inquietudes sociales, artísticas y creativas. Sus perfiles en redes sociales dejan ver a un muchacho que se reúne a tomar café con amigos, ávido lector de poesía, preocupado por el bienestar de su comunidad y con un sincero orgullo por sus tradiciones.
Un día puede compartir una foto en el taller de Creaciones Biulú, tienda que produce textiles tradicionales que realiza junto a más de 20 mujeres juchitecas, y al siguiente contar que hace de intérprete-traductor del zapoteco en procesos judiciales.
En sus ratos libres, Elvis cuenta que se dedica a la poesía. Ha obtenido la beca del programa Jóvenes Creadores del Fonca en dos ocasiones, apoyo que le ha permitido desarrollar proyectos que cuestionan la identidad del muxe en la sociedad juchiteca.
Inevitablemente, las disciplinas se entrecruzan y podríamos pensar que Elvis realiza huipiles-poema. De allí que, al hablar de Creaciones Biulú, lo primero que aclara sobre el proyecto es que lleva el nombre que en zapoteco se otorga al colibrí.
Elvis habla con emoción de Biulú y su éxito en el comercio electrónico. Hace poco más de un año abrió la página de Facebook de este proyecto comunitario y, actualmente, 80 por ciento de sus ventas se realizan por esta vía. Han enviado huipiles a Sudamérica, España e incluso a Tailandia.
El también traductor de zapoteco ha hecho de la creación de textiles tradicionales istmeños una actividad con un prometedor futuro en el mercado digital. Para el joven, amante de su lengua y origen, “la tradición es todo aquello que nos han impuesto. Todo lo que somos y nos representa. Todo aquello que tenemos derecho de romper”.
Diseña los huipiles y trajes tradicionales que realizan con las técnicas de bordado y tejido a mano, así como cadenilla.
Declara que le interesa revalorar el trabajo de las artesanas, pues muchas veces se les regatea o menosprecia. Las 20 mujeres que colaboran en Creaciones Biulú, de entre 17 y 58 años, son ejemplo de cómo en Juchitán existe una profunda preocupación por heredar el conocimiento.
Sin embargo, Elvis explica que la mayoría de artesanas no tuvo la posibilidad de estudiar o desarrollarse en otras labores. “Los jóvenes consideran a las artesanías un oficio y no una profesión. Cada vez hay menos artesan@s”, señala.
El mismo espíritu rompedor se encuentra en sus escritos sobre la identidad muxe. Definido por muchos como un género intermedio entre hombre y mujer, generalmente se considera que el muxe está encargado de las tareas del hogar y el cuidado de la familia.
Elvis critica estas nociones, pues cree que estos roles impuestos por la sociedad han justificado la exclusión y explotación de quienes se asumen distintos.
En un ensayo publicado en la revista literaria Blanco Móvil, Elvis escribe cómo lo enorgullecen algunos elementos del muxe que han hecho que el mundo los voltee a ver, tales como “pertenecer a un grupo indígena y ser tan abierto en temas de sexualidad, el hecho de asumir una postura política ante el mundo: usar un traje indígena tan famoso como el de tehuana, siendo hombre y además un discurso pro liberación sexual”.
De forma contundente, se niega a seguir el “sinfín de eventos para hacer del muxe un espectáculo”. Por ello, prefiere las satisfacciones del trato cercano con su comunidad a las grandes celebraciones; los huipiles y poemas a la fiesta y los excesos.
akc