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ssierra@eluniversal.com.mx
A pesar de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha sabido responder a la crisis que representó la destrucción de una parte importante del patrimonio como consecuencia de los sismos de septiembre de 2017, tiene “vicios, rezagos e inercias que ha venido arrastrando”, y “tiene que cambiar”, expresa Diego Prieto, su director.
Él es, hasta ahora, el único funcionario cultural de la actual administración invitado por el nuevo gobierno a continuar en su cargo.
Como director del INAH ha encabezado la reconstrucción del patrimonio afectado por los terremotos, una empresa que, a 13 meses de la tragedia, evalúa, significó que una tercera parte del recurso humano de la institución se avocara a ese proceso de recuperación.
El cambio que tendrá el país —dice en entrevista— deberá permear en el propio INAH: “Tendremos que hacer que el Instituto tome parte en las transformaciones que el país habrá de experimentar. El INAH del nuevo gobierno tendrá que hacerse cargo de nuevos propósitos, y tareas y en consonancia con los cambios que tenga el país, el INAH tendrá que cambiar”.
La entrevista con Prieto tiene lugar en la nueva sede del Instituto, en la calle de Hamburgo, a donde hace unas semanas se trasladó tras los daños en su edificio a causa del sismo.
Respecto a uno de los grandes planes del nuevo gobierno, el Tren Maya, cuyo trayecto será contiguo a varias zonas arqueológicas, el director responde que no le preocupa, aunque admite que no conoce todavía el proyecto: “No causará afectaciones. Para eso está el INAH. Es tarea del Instituto cuidar que no haya daño, por el contrario, que pueda ser ocasión para intensificar la investigación, propiciar salvamento arqueológico si se requiere. Nos beneficia que haya obras, porque con las obras hay salvamento, excavación, investigación. El INAH no está para detener el avance de la actividad económica del país. No estamos para parar obras. No nos oponemos a trenes, escuelas, hospitales; estamos para que esas obras se lleven bien”, afirma.
A lo largo de la conversación, Diego Prieto retoma el propósito de la futura secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, de que “el patrimonio cultural debe ser un factor para fortalecer procesos educativos y de reconstitución del tejido social”.
Sin embargo niega que esté pensando sólo en la administración que viene. Cuando se le pregunta si está más en una agenda futura que en la del presente, responde: “No. No ando en el futurismo. Me compromete y me causa satisfacción que se ha hecho esta propuesta por parte del Presidente electo y de Alejandra Frausto, pero me ocupo de lo que hoy tengo”.
Fue Alejandra Frausto directamente quien invitó a Prieto a sumarse al equipo de trabajo de nuevo gobierno. Tras la invitación, le llegó un mensaje, vía WhatsApp para asistir a un evento donde se reunió por vez primera con López Obrador. Ahí, recuerda, el mandatario electo habló de la restauración. “Lo señaló como uno de los proyectos prioritarios, no sólo patrimonio, sino que habló de la reconstrucción de viviendas e infraestructura afectada por los sismos como uno de los programas prioritarios”.
Déficit y autogenerados. Al indagar con Prieto acerca de los rezagos de la Institución, asegura que son vicios “de orden administrativo. Son déficits presupuestales porque el INAH ha crecido sin que crezca su soporte presupuestal y financiero”.
Una de las propuestas será fortalecer los recursos autogenerados, que han ido aumentando en los últimos años, aunque no tanto como se espera. En 2013 estos fueron, de acuerdo con el director, de aproximadamente 340 millones de pesos, y en 2017 rebasaron los 680 millones de pesos.
En cuanto a la posible basificación de trabajadores que no la tienen, sólo comenta que será a consideración de las autoridades hacendarias.
Un año de conmemoraciones. Este 2018, una de las últimas acciones del INAH será la apertura de la primera zona paleontológica del país, se trata de Rincón Colorado, en Coahuila, un área donde se podrán observar huellas y testimonios de especies de distintas eras geológicas.
Además del programa por los 80 años del Instituto —que se cumplen el 3 de febrero de 2019—, también se delinea el programa conmemorativo por los 500 años del desembarco de los españoles.
El proyecto de conmemoraciones podría coincidir con un programa que anunciará el Presidente electo sobre la memoria nacional. La memoria, adelanta Prieto sin dar muchos detalles, será fundamental en el programa del nuevo gobierno.
“(La de los 500 años) va a ser una efeméride compleja porque nos tiene que llevar a reflexionar lo que representó esto para el cambio y la reorganización general de la sociedad. Cada vez nos damos cuenta de que ese ‘México profundo’ del que habla Guillermo Bonfil no está tan profundo, está en todas partes: lenguas originarias que siguen conservando de alguna manera su vitalidad a pesar de estar en riesgo; grupos étnicos y pueblos que reclaman sus derechos y territorios. Eso que dice la Constitución pero que no se ha traducido en el espacio que amerita esa diversidad”.
Una de las actividades más definidas será la exposición La Europa de Carlos V, que estará en el Museo Nacional de Antropología.