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Este viernes 6 de septiembre, se presenta por primera vez el colectivo chileno feminista LASTESIS en la Ciudad de México, con el performance “RESISTENCIA o la reivindicación de un derecho colectivo”, una obra que surgió durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19. Este performance que se realizará en el Centro de Cultura Digital ha dado la vuelta por el mundo, al igual que “Un violador en tu camino”, la canción y coreografía que las catapultó hace cinco años al reconocimiento internacional (fueron incluidas en la lista de las 100 personas más influyentes del 2020 por la revista estadounidense “Time”).
A un lustro de este suceso mundial, impulsado por la viralidad de las redes sociales y el hartazgo de las mujeres en el mundo ante la violencia de género, el panorama sociopolítico internacional, la lucha feminista y LASTESIS han cambiado. En entrevista con EL UNIVERSAL, las dos integrantes originales restantes del colectivo, Daffne Valdés Vargas y Sibila Sotomayor Van Rysseghem conversan sobre estos cambios, su nueva obra, su visión del alcance del arte y el ciclo de la lucha feminista.
¿De qué va el performance?
SIBILA: La performance la creamos en pandemia, pensando en una manera de poder volver a colectivizarnos y ocupar el espacio público en ese momento en el que parecía que lo que sucedía era todo lo contrario, pero también nace articulado con la violencia transversal, institucional, histórica, esas violencias que nos cruzan en nuestro cotidiano. Cuando hablamos de ”la reivindicación de un derecho colectivo“, es el derecho a una vida libre de violencias. Hemos viajado y realizado esta performance en distintos lugares, siempre se sitúa en el contexto en que se realiza, porque se genera con un taller de cuatro días, con una convocatoria abierta a mujeres y diversidades para crear en conjunto. Veremos qué pasa aquí en Ciudad de México, qué es lo que va a surgir, qué es lo que se va a necesitar reivindicar, además de esta vida libre de violencia.
¿Qué expectativas tienen de lo que resultará el performance con los habitantes de la CDMX?
DAFFNE: Tenemos mucha emoción de estar por primera vez en Ciudad de México. Sentimos siempre, desde que empezamos a trabajar como colectivo, que hay un diálogo entre los movimientos feministas de Chile y de acá. Tenemos mucha lucha y demandas que son comunes, hay mucho diálogo, entonces me emociona poder acuerpar ese diálogo. Más allá de la distancia que podamos tener, existe esa red.
¿Qué tesis aborda este performance?
S: Nos llamamos LASTESIS porque trabajamos en base a tesis feministas. En este hay de Judith Butler, Paul B. Preciado y también de María Lugones.
De Paul B. Preciado tomamos un texto específicamente que escribió al principio de la pandemia que se llama ”Aprendiendo del Virus”, en el cual hablaba de las políticas de Estado que se van aplicando en torno al control de la pandemia, que finalmente es el control de los cuerpos, pero de ciertos cuerpos. Se articula con lo que dice Judith Butler en un libro que se llama “Sin Miedo” y en otros textos, donde habla de cuáles son los riesgos para ciertos cuerpos de aparecer en el espacio público. Porque hay personas que tienen ciertos derechos, por ejemplo, de estar en el espacio público, de protestar en el espacio público, y otras personas tienen menos, o pueden estar vulnerables a violencia y represiones. Entonces, este análisis que hace Judith Butler, nos parecía que se articulaba muy bien con esta idea de qué vidas son las llorables, qué vidas son las salvables y quiénes tienen derecho, por ende, a vivir una vida libre de violencia. Con María Lugones aparecía también una perspectiva más decolonial, más situada también en Latinoamérica.
¿Cómo ha sido hacer arte después de la viralidad?
S: Siempre nos movimos en un circuito totalmente underground, ahí claramente hubo un punto de quiebre, de un cambio para el colectivo y de tener otras posibilidades que antes no teníamos. Y eso tiene cosas positivas y negativas, ¿no? Positivas, bueno, la cantidad de redes con las que hemos podido conectar, organizaciones, personas, activistas, artistas, en distintas partes, hemos escrito un par de libros también. Pero para nosotras, como un colectivo artístico y activista que somos, siempre el objetivo ha sido difundir teorías, tesis feministas, difundir urgencias feministas, denuncias feministas. Nuestro objetivo no ha cambiado en ningún momento. Ese es el lado más luminoso. Pero en el lado más complejo está toda la violencia de la cual hemos sido lamentablemente víctimas también de violencia directa, institucional, estatal, policial, de persecución, también acoso en redes sociales, todo el tiempo por esta visibilidad. Pero finalmente bueno, es como lo que le pasa probablemente a todas las personas que además se declaran activistas y más aún si se declaran feministas.
Empezaron siendo cuatro en el colectivo, estaban Lea Cáceres y Paula Cometa. ¿Qué pasó?
S: Lea y Paula están haciendo sus proyectos personales, con justo derecho que tienen de hacerlo. El activismo feminista es muy desgastante, la verdad es duro, no ha sido fácil, han sido años con cosas maravillosas pero también con mucho desgaste. Cada una tiene su proyecto personal, nosotras también, como artistas pero también como docentes, hay que vivir, hay que parar la olla, como decimos en Chile. Claramente el arte y el activismo no nos permite parar la olla solamente.
Esta experiencia de llegar a todo el mundo de forma involuntaria, ¿les cambió la perspectiva sobre el arte, el performance y sus alcances?
D: Esa performance demostró (en acción) las tesis, lo que en teoría siempre habíamos leído. Una lo que intenta hacer es un aporte, un granito a la reflexión de ideas que se necesitan reflexionar y colectivizar para poder ver cómo vamos cambiando y trabajando por una sociedad más justa. De alguna manera con “Un violador en tu camino”, la forma en que sucedió y cómo se replicó y cómo se hizo patente esta red tan rápido también, pasaron cosas que no planeamos, pudimos ver que las cosas sí pasan y eso es lo que una quiere, que cambien las cosas.
¿Entonces dirían que en estos cinco años ha cambiado la relación de la sociedad con las mujeres?
D: La historia es cíclica, que no necesariamente se puede entender de manera lineal, sino que hay ideas que circulan y que dan una vuelta, y que luego pensamos que quizás íbamos hacia adelante, pero en verdad no necesariamente, sino que hay ideas que vuelven, que pensamos que habían pasado, pero que vuelven.
Yo siento que el mundo es distinto en relación a estas ideas, como cuando yo era adolescente, por ejemplo, que las adolescentes de hoy pueden relacionarse con estas ideas de una manera mucho más natural, como mucho más cercana.
S: Vemos una derecha y una extrema derecha fortalecida, peligrosa, llegando a lugares de poder y que, por supuesto, tienen un discurso totalmente antifeminista, totalmente misógino, homofóbico, transfóbico. Eso lo miramos con mucha preocupación también porque decimos: ¿a ver qué pasa? Hace cinco años estábamos hablando algo y ahora parece que de nuevo tenemos que estar repitiendo lo mismo porque pareciera que se nos olvidó. Es como este meme de “Betty la Fea”: “Marce el fascismo me está respirando la nuca”. Es muy fácil retroceder, por eso pensamos que que la lucha feminista es cíclica porque hay que estar ahí alerta, pendiente, trabajando siempre porque muy fácilmente se ponen en duda.
LASTESIS se presentarán este viernes a las 20 horas en el Centro de Cultura Digital.