Más Información
MC pide a “quienes tienen decencia” que voten contra Rosario Piedra en la CNDH; hay muchos “queda bien”: Castañeda
VIDEO: “¡Qué violenta!”, grita Noroña a senadoras; Jucopo ordenó retirar mampara del Senado lo que provocó jaloneos
Félix Salgado gana premio en Festival de Cine de Bielorrusia; película “Tétano” obtiene reconocimiento a “Mejor Argumento Narrativo”
”El movimiento feminista en los últimos años ha demostrado la forma de vincularnos entre las mujeres que ha sido muy fraternal, esa cosa de contar con la otra, la sororidad”, asegura la escritora argentina Claudia Piñeiro, quien puso en este mundo actual —con tantas luchas de mujeres ganadas y batallas feministas por dar— a Inés, la protagonista de su novela Tuya, que ahora protagoniza El tiempo de las moscas (Alfaguara), la novela en la que Piñeiro recupera a Inés, ya libre, tras 15 años en la cárcel por matar a la amante de su marido; pero ahora ya no está sola, la acompaña su amiga, la “Manca”.
“Mi editora dice que en esta novela tengo a las Thelma & Louise del subdesarrollo, y yo pienso sí, son como Thelma & Louise, pero ahora Thelma & Louise podrían tener un final mejor con el apoyo del movimiento de mujeres. Ya no están solas. En ese momento no tenían otra salida, pero hoy sí”, afirma Claudia Piñeiro.
La también autora de Catedrales, Una suerte pequeña y Las viudas de los jueves, asegura que “hoy si una mujer está acusada por aborto y la apresan con una pena de 48 años en El Salvador, toda Latinoamérica sale con los distintos grupos de mujeres a apoyar; igual si pasa algo en Venezuela, en Chile o México ya no está esa soledad. En la literatura igual, siento un gran acompañamiento en el éxito de las otras”, afirma la narradora y guionista.
Lee también: El concierto de Rosalía, los comentarios de Ricardo O’farrill y AMLO resucitado: los memes de la semana
Sin embargo, reconoce que la realidad de América Latina aun es muy oscura; en Argentina se mata cada día a una mujer, pero en México son diez; y esa realidad le parece terrible, brutal.
“Uno dice que las mujeres hemos aprendido a que no debemos dejarnos violentar, que tenemos que denunciar, y somos cada vez más mujeres que nos plantamos y decimos: ‘no quiero que esto suceda más’, pero los resortes del Estado que tienen que acompañar no están. No están los perimetrales, los botones de pánico, los jueces y la policía no reaccionan de la manera que tienen que reaccionar; y se siguen cometiendo estos asesinatos estos feminicidios”, afirma.
Con todo, de 15 años a la fecha, el mundo es otro, las mujeres hemos avanzado, señala Piñeiro, quien asegura que pese a que las instituciones no nos acompañan los cambios se van dando, “vamos a ponerle esperanza que esos son cambios que llevan un poco más de tiempo y todo se van a ir acomodando”.
También por los colectivos de mujeres que resuenan en todo el continente, Piñeiro usó un coro griego que es como la comunidad internacional, que lleva las decisiones al plano político, “porque lo personal es político”, afirma.
Lee también: El papa Francisco, dispuesto a devolver las obras de arte de la colonización
Pero, además del contexto feminista que ahora vive Inés junto con la “Manca”, ya fuera de la cárcel, en la nueva novela, Claudia Piñeiro necesitaba escribir la historia con el nosotras, con la tercera persona del plural. “Ahora me quedaba chica que fuera una voz en primera persona del singular, esa voz no me alcanza para contar hoy lo que les pasa a esas dos mujeres, por eso recurrí al nosotras, para que pudiera dar cuenta de todas estas luchas y que pudiera dar cuenta también de las discusiones que todavía se siguen dando hacia dentro en muchos de los temas que se plantean en la novela: la violencia, la maternidad, la discriminación en el trabajo hacia las mujeres, son los temas que nos enfrentamos cuando salimos a la calle”.
Lo que más le entusiasmó a Claudia Piñeiro de traer al presente a su Inés de Tuya, fue darle más armas porque este es otro mundo, tan distinto. “Yo viví estos años de cambios, estuve muy metida en las luchas que hubo en mi país con todos los temas que nos interesan a las mujeres, eso no me sorprendió; lo que sí me sorprendió fue el cambio como escritora con respecto a algunas decisiones relacionadas con el lenguaje. Algunas palabras que una prefiere ya no usar más. Hoy yo y muchas estamos muy pendientes de qué palabras elegimos para que el lenguaje nombre lo que tiene que nombrar”.