El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2022. La noticia se dio a primera hora del miércoles pasado, tiempo de la Ciudad de México, porque el galardón es otorgado en España por la fundación Princesa de Asturias, de la familia real.
La comunidad cultural, académica y de otras áreas celebraron el reconocimiento al arqueólogo y antropólogo que ha participado en innumerables excavaciones arqueológicas, que fundó el Proyecto Templo Mayor y que a lo largo de 62 años de vida ha aportado nuevos conocimientos sobre las culturas prehispánicas. Sin embargo, parece que estos no son méritos suficientes para que el presidente Andrés Manuel López Obrador o la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, le extendieran sus felicitaciones personales al galardonado.
¿Qué hay detrás de este desdén al investigador?, ¿el látigo de la indiferencia será porque Matos Moctezuma ha sido crítico a los recortes a la cultura y la ciencia y a la manipulación de la historia para cuadrar celebraciones?, ¿será porque el galardón es entregado por la familia real española? Extraña el silencio de estos funcionarios que cada día pregonan dedicar su labor a la protección, divulgación y enaltecimiento de las culturas prehispánicas y no reconocen a uno de los máximos estudiosos vivos de lo que oficialmente llaman la “grandeza mexicana”.
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