Entre Eje Central y Xola hay un terreno en ruinas, cuyo abandono es delatado por escombros, hierba crecida y basura. Es un estado desfavorable para resguardar obras de arte con declaratoria de Monumento artístico, pero aun así ahí yace lo que en algún momento fue el Centro SCOP, con algunos de los murales en el suelo, embodegados con estructuras prefabricadas y otros expuestos a la intemperie porque sus protecciones se han vencido.
El edificio de la ahora Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte (SICT) fue un ejemplo de integración plástica —“es una de las obras más destacadas de la arquitectura del siglo XX”, se lee en la declaratoria que se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en octubre de 2023—, pero en el terremoto de 1985 colapsaron tres de sus pisos y en 2017 sufrió daños estructurales.
A ocho años de este último sismo, el rescate del Centro SCOP no se ha logrado, aun cuando para 2025 se le asignara un presupuesto de 2 mil 48 millones 988 mil 712 pesos al Parque del Muralismo (que es en lo que se convertirá el Centro SCOP), y que abarca también 2026: 257 millones de pesos, los cuales no aparecen ya en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación del siguiente año.
La duda es si esa suma será ejercida o se reasignará a otro proyecto.
La conservación, en jaque
En los últimos dos años del sexenio pasado se trabajaba en el Centro SCOP a toda prisa. A finales de 2023 se había iniciado el retiro de los murales, así como la demolición de los edificios.
En abril de 2024, la SICT y la empresa CAV Diseño e Ingeniería ofrecieron un recorrido a EL UNIVERSAL para conocer los trabajos de conservación y la protección de los murales. El siguiente paso era la construcción del Parque del Muralismo Mexicano, para cuya edificación las autoridades proyectaron necesitar mil 600 millones de pesos, recurso con el que no contaban.
“Estaba proyectado terminarse en junio de 2025. Consideramos que llevará un año y medio la construcción y partiremos cuando tengamos los recursos y los trámites administrativos”, dijo entonces la SICT.
Poco después todo se detuvo. Cambió el gobierno, llegó Clara Brugada a la CDMX asegurando que el SCOP será una Utopía y lo último que se supo es que el gobierno federal anterior pagó 36 millones a la empresa Ignitia para hacer el proyecto ejecutivo del Parque.
Lee también Así es el diseño de los espacios para lo que fue el Centro SCOP
Para los especialistas Renato González Mello y Jatzive Soto, que forman parte del Seminario del Centro SCOP del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, los renders, aunque dejan ver las modificaciones que se harían al conjunto artístico original —como la nueva distribución de las cenefas de los murales y la nueva ubicación del alto relieve de Francisco Zúñiga—, no bastan: “Hace falta conocer el expediente técnico, los planos y la justificación”, dice Renato González Mello, quien recomienda que eso debe ocurrir lo más temprano posible, antes de la toma de decisiones.
El historiador de arte concluye que el caso del Centro SCOP puso en crisis los documentos normativos de la conservación. “Nos obliga a reflexionar sobre ellos y a preguntarnos cuál va a ser su relación con la realidad”, dice González Mello.
“Estas cartas en su mayoría están hechas en Europa para monumentos europeos. La mayoría de las veces tratamos de aplicarlas exactamente a los monumentos latinoamericanos. Sale a la luz la necesidad de crear nuestras propias estrategias de conservación y de restauración porque no es lo mismo un mosaico veneciano al mosaico del Centro SCOP”, añade Soto, una de las autoras del libro Los murales del Centro S.C.O.P. Historia y conservación, quien considera que es urgente que un grupo interdisciplinario, junto con el gobierno y órganos internacionales como UNESCO e Icomos trabajen para hacer estas nuevas estrategias.
Los dos expertos insisten en que este caso demuestra la urgencia de actualizar la Ley Federal de Zonas y Monumentos Arqueológicos e Históricos para proteger el patrimonio del siglo XX.
ee también Nuevo libro del Centro SCOP analiza lo que ya no existe
Paró también la acción civil
“Nos encontramos en una etapa crítica en cuanto a patrimonio en nuestro país. Tristemente cuando se habla de patrimonio, se habla casi siempre de polémica”, reflexiona Jesús Vega, integrante del grupo civil En Defensa del Centro SCOP, que durante años estuvo presionando a las autoridades para rescatar la obra. El activista considera que se llegó a este abandono por tres motivos:
“La primera falla fue la falta de transparencia, la opacidad que lo envolvió. La segunda falla fue la falta del diálogo para que todos los involucrados trabajaran de manera conjunta para llegar al mejor curso de acción, me refiero desde académicos de la UNAM, de la UAM, del Politécnico, restauradores, como grupos ciudadanos, autoridades a nivel local y federal, como instituciones internacionales como UNESCO. El tercer punto sería la politización del tema para otros fines que no era directamente la preservación del patrimonio”.
Vega piensa que la publicación del Proyecto Ejecutivo del Parque es una oportunidad para que de nueva cuenta “se dé un diálogo sincero y genuino”. Y es que la SICT no fue la única que paró actividades, pues desde 2024 En Defensa del Centro SCOP ha estado inactivo. Cuando se le pregunta a Vega qué ha pasado, indica que “por ahora no hemos podido reunirnos”.
Se solicitó entrevista al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura para saber qué seguimiento ha dado a los murales del Centro SCOP para garantizar su conservación, y a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte para saber qué depara al proyecto, pero al cierre de edición no hubo respuesta.
[Publicidad]
[Publicidad]